Guía del club de lectura para matar vampiros

-¿Por qué quieres hacerme creer que lo que hacemos no vale nada? -espetó- Cada día de nuestras vidas se produce caos y desorden y cada día lo limpiamos.(…)¿Quién te enseñó a ignorar todo eso? Yo te diré quién. Alguien que no valoraba el trabajo de su madre.

-Se disculpa usted mucho -observó.
(…)
-Las únicas personas que no se disculpan son los psicópatas.

Ellas (las madres) recibían los golpes para que nosotros no tuviéramos que enterarnos, porque ese es el trato: como padre soportas el dolor para que tus hijos no tengan que hacerlo.

Quería enfrentar a Drácula contra mi madre. Algo que, como veréis, no es una pelea demasiado limpia

— Un lector vive muchas vidas. La persona que no lee vive solo una.

- Algunas personas utilizan la literatura para entender sus vidas.

Toda historia comienza con sangre: con un bebé chillón arrancado del vientre materno, bañado en mucosidad y en medio litro de la sangre de su madre.

Patricia tuvo claro que necesitaba salir de casa y conocer gente nueva la noche en que se inclinó sobre el plato del jefe de Carter y trató de cortarle el filete.

-Padre celestial - dijo Slick -. Danos fuerza en nuestra misión, y haznos justas en tu causa. Te lo pedimos, Señor, amén.

Yo he tenido tres hijos... Y un hombre que nunca ha sentido... lo que es parar a un hijo... ¿va a ser más fuerte que yo? ¿Más duro que yo? Él cree que está a salvo... porque piensa como tú... Mira a Patricia y piensa que todas somos un puñado de blandengues... Piensa que somos lo que parecemos por fuera: unas agradables damas del sur. Pero dejadme que os diga algo... No hay nada agradable en las damas del sur.