Mi dulce niña

En esta novela nos encontramos con un inicio que nos va a desconcertar, una mujer escapa de aquel que la tenía retenida, su nombre y datos concuerdan con chica que desapareció hace años, pero cuando el padre acude a reconocerla, ve que la mujer no es su hija. Ahí empieza una historia que se irá desgranando poco a poco y que nos mostrará las normas, y también los castigos, que existían en su encarcelamiento pero deberemos avanzar para entender la magnitud de la situación de la mujer y de los hijos.

Es un libro narrado a través de varias voces: Lena, Hannah o Matías y en cada voz se trasmite su personalidad y como pasa siempre, no tienen porque contárnoslo todo o incluso, pueden mentirnos, así que tendremos que intentar separar lo que es cierto de lo que no. A la vez, nos hacen sentir sus miedos, su angustia y parte de lo que ha ocurrido en su pasado, entendemos a través de su lectura lo que ha sido su vida y como les ha afectado todo.
Los capítulos más interesantes son los narrados por Hannah, la niña tiene su forma característica de hablar y creo que los lectores vamos cambiando nuestra manera de verla a medida que avanza la historia y si no, ya me lo contaréis.

Hay mucho más diálogo que descripciones o narración, esto junto a los capítulos breves y a los cambios de narrador hacen que avancemos mucho muy rápido en su lectura, además como no, siempre nos quedan esos detalles al final de un capítulo que hacen que queremos volver a ese personaje en concreto, vaya, que hay abundancia de cliffhangers en la obra.

Y a pesar de sus 350 páginas, se lee muy rápido, su lenguaje es cercano, el estilo de la autora es preciso, no se pierde en detalles que no aportan ni añade páginas por añadir.

Es un historia que creo que puede resultar bastante intensa, además siempre que hay niñ@s por medio, muchos lectores lo sufren más.

“Así es el amor. Por muy enfermizo, retorcido y mal entendido que sea, sigue siendo amor. El amor que nos impulsa. Que nos convierte en monstruos, a cada uno a su manera.” ~ Mi dulce niña de Romy Hausmann.

Lena desapareció hace años cuando salió de su casa con un alegre despedida hacia su padre. No se sabe nada de ella desde entonces. Sus padres Matthias Beck y Karin viven desesperados por la ausencia de noticias pero sobre todo Matthias sigue enfadado con el mundo y con el sistema policial. En este contexto aparece una joven que ha huido de su secuestrador con una niña. La niña, Hannah, explica lo sucedido a trozos y se llega a la conclusión de que la joven es Lena para lo que llaman a sus padres con el fin de que la identifiquen.

Y hasta aquí puedo contar porque a partir de ese momento se monta tal “totum revolutum” que será mejor que lo descubráis por vuestra cuenta porque si algo tiene este libro es que eso es lo que queréis hacer. Os olvidaréis de comer, de ir al supermercado o de poner la lavadora porque solo querréis saber lo que le pasa a Hannah y a Lena. Por lo menos es lo que me ha sucedido a mi con este libro que me lo hubiese tragado de una tacada si hubiese podido. ¡¡Imposible parar de leer!! Avisados estáis.

Me ha encantado como la autora ha imbricado la trama, la forma de narrarla y la intriga que ha sabido mantener hasta el final. Uno de los pocos libros que me han sorprendido y que no he podido ni vislumbrar un poquito por donde iba la historia. Por momentos me parecían todos culpables.

“Mi dulce niña” es una novela que inevitablemente me ha recordado a la historia que Emma Donoghue nos narraba en "La Habitación", aunque ya os digo que aparte del secuestro en sí, la historia es muy diferente.

Antes de nada os diría que os saltéis la sinopsis del libro porque en mi opinión ofrece demasiada información, aun así no me ha impedido disfrutar de la lectura, pero preferiría haber ido a ciegas.

La novela comienza con el atropello de una mujer, que al parecer está huyendo de su secuestrador en compañía de su hija. Cuando la recoge una ambulancia, es Hannah, la hija, la que facilita el nombre de su madre a los sanitarios, Lena, un nombre que coincide con el de una chica que había sido secuestrada hace más de doce años.

Los datos (entre extraños y terroríficos) que la niña va ofreciendo en el hospital mientras atienden a su madre, ponen en guardia a la policía y pronto darán con la cabaña donde estuvo secuestrada. Allí encontrarán un segundo hijo y el cadáver del secuestrador. Lo que puede parecer un final feliz no lo es tanto, porque Lena ya conocía un mundo distinto a las cuatro paredes donde estuvo encerrada, pero sus hijos no. Para ellos el mundo era aquella cabaña y lo que allí pasaba era “normal”, así que nada será fácil para ninguno, ni para los liberados ni para los que llevaban esperando esa liberación.

A mí me ha encantado la novela. La historia está narrada en primera persona desde el punto de vista de varios personajes (Hannah, Lena y Matthias, el padre de Lena y alguna voz más). Es duro ver las cosas desde la perspectiva de cada uno, creo que el aspecto psicológico de los personajes está muy logrado, la verdad.... la niña que siente que su vida era normal, la mujer a la que han robado su libertad, la del padre que ha perdido una hija y cuya vida ha quedado destrozada…

Es terrible leer esto y pensar que aunque sea una historia de ficción, está basada en las historias de mujeres que han sufrido esta privación de libertad por parte de hombres, que por otro lado hacían una vida normal y de los que nadie podía sospechar absolutamente nada. Es un libro perturbador que al principio resulta algo confuso hasta que poco a poco las piezas van encajando y es entonces cuando más terrorífico se vuelve. Esta es la historia de un amor enfermizo y de una mente perversa y de las consecuencias que tuvo para quienes se convirtieron en sus víctimas. Duro, pero muy recomendable.

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Un secuestro, unos padres que sufren el dolor y la angustia por la pérdida de su única hija “Lena”, una investigación que tras muchos años de investigación infructuosa jamás dio con el paradero de la joven ni viva ni muerta, un hecho que poco a poco fue olvidado por la gente a excepción de los padres que vivieron con la incertidumbre presente día a día sobre el verdadero destino de su amada hija, hasta que un día reciben una llamada con la noticia de que posiblemente hayan encontrado a Lena, quien ha sido víctima de un accidente de tránsito.

Pero para sorpresa de todos, la víctima no está sola, sino que viene acompañada por una pequeña y dulce niña llamada Hanna, quien resulta ser la hija de la accidentada y junto con ella vienen mas descubrimientos y secretos que tarde o temprano saldrán a la luz.

Es así que el autor nos sitúa ante una familia jugando a la casita feliz, bajo la sombra de una mente enferma, retorcida y manipuladora de un monstruo, quien juega a ser Dios, a tener el control absoluto sobre las personas que tiene bajo encierro, hasta que finalmente Lena consigue huir de su captor y aquí empieza la sucesión de acontecimientos que nos conducen a un final con algunos giros que no hacen sino mejorar la lectura.

Relatada a tres voces, este estilo hace que la historia fluya y mantenga un ritmo constante, por un lado tenemos la perspectiva de Matías, el desconsolado padre quien ha perdido a su hija hace 13 largos años, por otro están Lena la supuesta joven que ha sido raptada tiempo atrás y por último Hanna, en este caso la niña de trece años hija de Lena, todos ellos tienen una forma particular de visualizar como se desarrollan los hechos, así que esto nos permite que vayamos armando el puzzle a medida que vamos recibiendo información a través de ellos.

La intriga es un elemento esencial en esta entrega, por lo que al sumergirme en sus páginas la lectura se me hizo adictiva y me costaba dejarla porque quería conocer que era lo que se ocultaba detrás de todo, quien era el responsable directo y por supuesto ¿Dónde estaba Lena? ¿Qué fue de ella?

Terminado... Un libro adictivo, totalmente, empiezas a leer y te va atrapando.. ¿Qué le ha pasado a Lena? Libro contado por 3 voces, con capítulos cortos, que hace que poco a poco vayas reconstruyendo la historia y te equivoques. Porque sí, lo admito, me he equivocado varias veces en lo que realmente había pasado...
Buen libro, adictivo y recomendable.

Totalmente recomendable.
Me daba la sensación de que ya estaba todo resuelto, pero sabía que tenía que pasar algo, por lo que me mantuvo en vilo todo el tiempo, pendiente del más mínimo detalle.
Por otro lado, que tristeza que una niña tenga ciertos comportamientos tan interiorizados que los vea como normales.

RECOMENDADO.
Brutal, adictivo, con un ritmo trepidante.
Te mantiene en vilo y en tensión desde el principio hasta la última página sin perder un ápice de intensidad.

A quien corresponda. Necesito otro libro de esta autora. Gracias, Romy Hausmann, desde hoy mi nueva mejor amiga.

Me atrevería a decir que va a ser uno de mis libros del año si no es el mejor.

Hoy traigo la reseña de éste libro que recomendaron el mes pasado y debo decir que lo empecé ayer por la mañana y me ha acompañado menos de 24 horas hasta que lo he acabado, sí, no podía parar de leer y la verdad mientras lo leia me recordaba a ese libro que una vez me impactó tanto, #nadieteencontrara pero en otra versión...
¿¿Lo recomiendo? Pues sí, y creo que vemos la portada y no sabemos realmente de la maravilla de libro que esconde en su interior, así que si te apetece un libro que no puedes soltar sus páginas... Es éste. Me ha parecido un libro muy completo de principio a fin y donde deja todo hilvanado, algo que se agradece mucho en libros así...
𝐏𝐔𝐍𝐓𝐔𝐀𝐂𝐈Ó𝐍... 𝟗/𝟏𝟎. ⭐⭐⭐⭐.

Una bonita portada puede hacer que se equilibre la balanza a favor de uno u otro título cuando te planteas su lectura. Lo mío con este libro fue amor a primera vista, y cuando leí su sinopsis lo tuve claro como agua de manantial. Hoy comparto mis impresiones sobre una novela de suspense psicológico que, a ritmo de thriller, me ha mantenido pegada a sus páginas desde la primera frase, y en la que su autora va a explorar las secuelas de un secuestro.
4825 son los días que Lena Beck lleva desaparecida. La última vez que se vio a esta universitaria de Múnich salía de una fiesta a altas horas de la madrugada. Hasta el día de hoy, catorce años después, cuando su padre recibe una llamada de la policía. Una mujer ha sido atropellada en una zona boscosa cerca de la frontera checa, quedando gravemente herida. Está indocumentada e inconsciente, pero su descripción se ajusta a la de su hija Lena. No iba sola cuando supuestamente estaba huyendo de alguien, la acompaña una niña que dice ser su hija…
Hago un breve inciso, antes de entrar en materia, para comentar que hay ocasiones en que la sinopsis de un libro cuenta más de lo estrictamente necesario y este es un claro ejemplo. Muchas veces es mejor quedarse corto que arriesgar.
"Mi dulce niña" cuenta con un original planteamiento porque la historia se irá revelando desde varias perspectivas diferentes, todas ellas en primera persona. Alternar a los narradores es un recurso interesante porque, además de crear tensión, ayuda al lector a formarse una idea global de los acontecimientos, dotando a la historia de una mayor dimensión y dándole opción a experimentar sus emociones, sus angustias y miedos, sus pesadillas o los deseos de mantener la esperanza. No hay capítulos como tales en este libro, la historia simplemente cambia entre los distintos puntos de vista, siempre con el nombre del personaje que la enfoca en ese momento.
Tres son los narradores que nos irán revelando las piezas de una historia tan complicada como armar un puzle sin tener delante la imagen de referencia. Los tres han sufrido un trauma psicológico que ha afectado a sus vidas y serán los que guiarán al lector a través de la trama. Por un lado está Lena, una mujer retenida contra su voluntad y que ahora lucha contra las secuelas. Desde su perspectiva nos irá revelando lo ocurrido en los días posteriores al secuestro, cuando su vida se derrumbó, y sus intentos por superar esta terrible experiencia. Los detalles superan todo lo imaginable, pero no temáis porque la autora no incide en ellos, lo deja a la imaginación del lector. Luego está la pequeña Hannah, quien ha pasado toda su vida encerrada en una cabaña, en un espacio reducido sin ventanas, viendo el mundo a través de una cerradura y teniendo como referencia solo a dos personas: sus padres. Su cotidianidad siempre ha estado regida por unas estrictas reglas impuestas por el padre, al que no ve como un monstruo y le profesa un amor incondicional. El último de los narradores es Matthias, el padre de Lena. Este punto de vista da pie a la autora para mostrar las diferentes maneras de afrontar la desaparición de un hijo, la incertidumbre que ahoga, la necesidad por conocer la verdad de lo ocurrido y la esperanza que siempre persistirá en esos padres que lo han perdido todo.
Sintetizando: "Mi dulce niña" es una novela de suspense psicológico de marcado ritmo que va desentrañando una historia bien tejida, de múltiples capas, en la que se plantean temas como la peor pesadilla de unos padres ante la incertidumbre de no saber si su hija aún continua con vida, la sumisión y el trauma de las víctimas de un secuestro, así como el modo en que el confinamiento afecta a cualquiera en general, pero a los niños en particular. Un thriller trágico, pero al mismo tiempo conmovedor y emocionalmente impactante, capaz de traspasarte, superando los límites de lo comprensible, con giros argumentales que no verás venir y te dejarán la mandíbula desencajada. Una lectura adictiva cuyo original planteamiento captará el interés del lector desde sus primeras páginas y que sin duda recomiendo a los amantes de este género literario que busquen algo diferente.

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Una mujer ha sido atropellada en un bosque. Cuando llega la ambulancia está con ella su hija de trece años Hannah quien dice que su madre se llama Lena. Ambas son llevadas al hospital y los hechos son puestos en conocimiento de la policía. Ésta pronto se da cuenta de que esa mujer puede ser Lena Beck quien desapareció en Munich cuando tenía veintitrés años. de aquello, han pasado catorce años. Pero cuando el padre acude al hospital no la reconoce: esa mujer no es su hija.

Cuando la mujer despierta habla de una cabaña en medio del bosque y confiesa haber golpeado al que dice es su secuestrador hasta matarle.

Dicen que la realidad supera la ficción y es cierto. Lo que cuenta esta novela debería ser pura fantasía pero, desgraciadamente, no lo es. al empezar a leerla, indefectiblemente nos recordará a un caso que salió a la luz pública hace unos años. Seguro que a todos os suena Natascha Kampusch, una joven que fue secuestrada cuando era una niña que iba al colegio y que vivió en cautividad ocho años. “Mi dulce niña” tiene similitudes con lo que le pasó a Natasha y también con otro caso que se conoció tiempo después en el que un hombre retuvo a su hija durante más de veinte años, teniendo varios hijos con ella. Teniendo presentes estos dos casos, Romy Hausmann construye un thriller perturbador y conmovedor.

Es imposible que la novela no te haga pupa. Por un lado, la situación de los Beck cuya única hija desapareció. Llevan catorce años buscándola; se han hecho a la idea de que está muerta pero siempre hay una pequeña esperanza. Y, aunque no la hubiera, eso de no tener unos huesos que enterrar hace que nunca se pueda llegar a cerrar el círculo. Veremos cómo han podido sobrevivir Mathias y Karin a la desaparición de su hija; cada uno a su manera. También iremos conociendo, mediante retazos, cómo se vivía en la cabaña. Una cabaña aislada en el bosque, de la que la mujer y los hijos no podían salir. Sin luz del sol pues todas las ventanas estaban tapiadas, sin contacto con nadie. ¿Cómo se puede crecer en esas condiciones? ¿Cómo afectará a los hijos haber nacido y vivido toda su vida allí? Con un padre que cubre sus necesidades, sí; un padre riguroso y con normas muy estrictas pero que les quiere y cuida. Y con una madre… bueno, de la madre permitidme no hablar. Jonathan y Hannah no pueden ser niños normales, es imposible. No tienen la experiencia de otros niños, no ven más vida que la que sus padres (su padre más bien) quieren que vean. de Jonathan no sabremos más cosas que las que nos cuenten los demás personajes pero de Hannah sí. Muchos capítulos están dedicados a ella y, así, lograremos conocerla (al menos, lo que ella permite). Los capítulos de Hannah han sido para mí los más perturbadores.

Son varios los narradores-protagonistas. Mathias (el abuelo), Hannah, Lena y Jasmin. Todos ellos utilizan la primera persona para contarnos sus angustias y su visión de lo que está pasando. Alguno se guarda cosas, es evidente, y nos preguntaremos hasta qué punto es un narrador fiable; pero tiene que ser así. Todos ellos, salvo Hannah, hablan con mucho sentimiento; su tono narrativo es intenso y conmovedor, triste, enfadado, ansioso… El tono de Hannah es, en cambio, totalmente distinto. Por un lado, es una niña de trece años y habla como tal, por otro tiene una forma de actuar y de ver las cosas totalmente diferente a los de los otros narradores que han tenido vida fuera de la cabaña y su discurso parece un tanto robótico. Su relato es el que más llega, conmueve y aterroriza.

“Mi dulce niña” es un thriller lleno de suspense, incluso más del que en un primer momento parece. Empieza por la mitad, cuando Lena y Hannah escapan de la cabaña y va avanzando y retrocediendo en el tiempo para saber qué pasó antes de que escapasen y cómo vivían allí pero también qué es lo que pasa después. Y en ese después os aseguro que hay unas cuantas sorpresas. Es una novela que pone los pelos de punta. La mirada inocente de una niña, la situación de una mujer secuestrada y utilizada, unas circunstancias brutales, es difícil no estremecerse en determinados momentos.

Aprovecha para hacer crítica social refiriéndose a esa prensa de tintes amarillistas que lo hace todo por la noticia y que, si no la tiene, se la inventa. Cómo se retuercen los hechos, cómo se caracterizan a personas que no son más que víctimas y se las quiere hacer pasar por culpables de lo que les pasa.

Conclusión final

Me ha gustado muchísimo “Mi dulce niña”, una novela que se lee como un thriller y que nos lleva a los recovecos más oscuros del alma. Una novela cruel e inocente, tierna y temible. Unos personajes fantásticos y unas cuantas sorpresas por descubrir. Muy recomendable.
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