Los cuatro vientos

Las cosas que te dicen tus padres y las cosas que tu marido no te dice acaban convirtiéndose en tu espejo. Te ves como te ven ellos, y, por muy lejos que vayas, siempre llevas el espejo contigo.

Recuerda, cara, que los tiempos difíciles no duran para siempre. Pero la tierra y la familia sí.

La pasión es como una tormenta de truenos, que viene y se va. Alimenta, sí, pero también agota.

Al parecer, era imposible dejar de querer a ciertas personas y de necesitar su cariño incluso si no lo merecían.

A veces la vida elige por ti.

Yo lo que creo es que los que se aferran al pasado se quedan sin oportunidades de futuro.

Como sabemos, hay lecciones que aprender de la historia. Espero derivar de las dificultades enfrentadas antes. Hemos pasado por malos tiempos antes y sobrevivimos, incluso prosperamos. La historia nos ha demostrado la fuerza y ​​la durabilidad del espíritu humano. Al final, es nuestro idealismo, nuestro coraje y nuestro compromiso mutuo, lo que tenemos en común, lo que nos salvará.

El valor es el miedo que ignoras.

La esperanza es una moneda que llevo: un centavo estadounidense, que me dio un hombre al que llegué a amar. Hubo momentos en mi viaje en los que sentí que ese centavo y la esperanza que representaba eran las únicas cosas que me mantenían en marcha.

Un guerrero cree en un final que no puede ver y lucha por él. Un guerrero nunca se rinde. Una guerrera lucha por los más débiles que ella. Me suena a maternidad.