Cranford

Presumo que los climas muy cálidos envejecen muy aprisa a las personas.

Entre las damas de Cranford sólo ocasionalmente se produce alguna pequeña desavenencia que se traduce en unas palabras subidas de tono y algunas airadas sacudidas de cabeza: lo estrictamente necesario para que sus vidas no caigan en una monotonía excesiva.

La muerte era un hecho tan real y tan común como la pobreza, y sin embargo la gente no hablaba de ella en voz alta por la calle.

Cualquier hijo de su madre quiere ser considerado Sanson y Salomon en una pieza: demasiado fuerte para ser golpeado o derrotado; demasiado sabio para ser engañado.

Descubrir la perturbación del ánimo delante de alguno era signo de debilidad y falta de dominio propio.

No permitáis que me prive la naturaleza del tesoro que me pertenece, aunque por algún tiempo no pueda utilizarlos.

La muerte es tan cierta y común como la pobreza y, sin embargo, nadie hablaba nunca de ella en voz alta.

Me sorprendió ver a la señora Jamieson comiendo tarta de carvi lenta y ceremoniosamente, como lo hacía todo, porque en la última reunión celebrada en su casa nos había dicho que ella nunca la tenía porque le recordaba demasiado al jabón de olor: siempre nos ofrecía bizcochos

Cranford, en primer lugar, está en poder de las Amazonas; los inquilinos de todas las casas que sobrepasan cierto alquiler son mujeres.

¿ Quién está totalmente libre de algún defecto mundano?