Kate lo besa, pero no ya con la urgencia del principio, no con la sed incontrolable. Lo besa como deberían hacerlo los que se aman.
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Kate lo besa, pero no ya con la urgencia del principio, no con la sed incontrolable. Lo besa como deberían hacerlo los que se aman.
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Óliver se adelanta para entrar en el despacho y, cuando se cruzan, busca la mano de Kate para acariciarle los dedos. Es un gesto cómplice, sencillo, que hace que su corazón aumente el ritmo de sus latidos.
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Te lo dije el día que llegaste y te lo repito ahora: si dentro de un año decido abandonarte, rogarás de rodillas que te acoja. Vives con tus sentidos constantemente contenidos, manteniendo tu corazón humano a fuerza de costumbre. Crees que luchar como un Alfa es lo único que puede aportarte haber nacido como preceptora. No tienes ni idea de nada. Cuando tengas mis años y mires hacia atrás, descubrirás que has sido ridícula.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?