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Críticas sobre Rostros en el agua (11)
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RocioPV
 01 May 2023
Rostros en el agua” nos traslada al mundo de los pabellones psiquiátricos de Nueva Zelanda a través de una narración documental en primera persona apretada y estructurada. Cualquier lector creería que el personaje principal y narradora de la historia, Istina, es una mosca en la pared que observa los tejemanejes de su entorno, pero eso cambiará rápidamente a medida que vuelve a la realidad cuando algunos de los otros personajes entran en juego. Se trata de un relato profundamente personal de una narradora claramente confiable pero intensamente perturbada y aislada.

El título, “Rostros en el agua” proviene de un comentario silencioso sobre estar fuera del cuerpo y mirar hacia abajo a su propio rostro bajo el agua, y sentir que podría ser cualquier rostro, como una metáfora de que ya no se reconoce a sí mismo o incluso a su propia humanidad. Este tema parece resonar a partir de la distinción de los “pacientes mentales” del resto de nosotros, las “personas”, con Istina convenciéndose lentamente de que ya no es humana, ya que su psique es efectivamente erosionada por los abrasivos entornos de la sala psicológica típica. Incluso si no fuera por los tratamientos atroces y deshumanizantes, esta historia revela que el entorno de un hospital psiquiátrico y la actitud hacia aquellos que padecen una enfermedad mental invariablemente resultará en un despojo de todo lo que es esencial para la humanidad.

El libro está tan maravillosamente elaborado, y la distancia psicológica y la destreza en la observación de la narradora son tan sinceras que es una maravilla para la vista. Nos vemos obligados a entrar en un lugar tan incómodo e impactante que urge la necesidad de poner un espacio entre nuestro mundo y el de Istina. Hay muchos que flotan solos en montones de hielo y lo que este libro logra muy bien es la personalización y los "rostros" claros que Frame asigna a sus personajes que evitan que sean tan extraños y, en cambio, humaniza estas frágiles vidas.

El estilo de narración de la corriente de la conciencia, así como el uso de una prosa fragmentada y recuerdos fracturados, permiten que la historia se manifieste en todo su horror. La novela en sí es impresionante y contundente, y no se puede leer a la ligera o sin la dedicación del lector. “Rostros en el agua” es innegablemente una lectura intensa, y leerla es, en algunos puntos, decididamente agotador, pero es de esos libros que sabes que realmente deberías leer el catálogo completo del autor tan pronto como te sea posible.
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herbookss
 27 February 2023
Istina está ingresada en un centro psiquiátrico, ni siquiera ella misma sabe bien porqué, y en un desolador relato nos cuenta su experiencia allí. Despojada de toda humanidad y dignidad, la van llevando de un lado a otro, sin explicaciones, sin ningún respeto hacia su persona, siempre bajo la amenaza de recibir un tratamiento de electroshock "si no se porta bien"...
Su voz se te clava, puedes notar su angustia, su confusión, su terror, su absoluta desesperación. Es desgarrador. No tengo palabras para describir la congoja y el desconsuelo que transmite.

Y, lamentablemente, la autora sabía bien de lo que hablaba. Porque si bien no es una autobiografía como tal, la novela está basada en sus propias experiencias en diferentes hospitales mentales por los que pasó. Todo lo que narra en cuanto a rutinas en los centros, los tratamientos que se aplicaban, la forma de proceder de médicos, enfermeras y cuidadores fueron hechos que vivió ella misma en primera persona. Y mezcla esas prácticas y procedimientos concretos con unos pasajes llenos de sensibilidad y lirismo, atravesando sus pensamientos y sensaciones cargadas de simbolismo, a veces de una lucidez deslumbrante y otras sumergidas en la más completa oscuridad. Me ha sorprendido muchísimo su narración, y más después de leer la nota del editor en la que nos habla un poco más de la vida personal de la autora, y que esta vez me ha emocionado especialmente.

No es un libro fácil de leer, es muy muy duro y se pasa verdaderamente mal, pero Janet Frame merece que se le reconozca su historia, no puede caer en el olvido.
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MartaD
 29 August 2022
Janet Frame, escribió esta novela a modo de terapia, aconsejada por el psiquiatra que llevaba su caso. En principio, la prescripción fue la de recoger sus vivencias para sanearse a sí misma y asimilar lo que le había sucedido, pero se le fue de las manos y, cuando se dio cuenta, tenía una novela entre manos. Cuando publicaron la novela, ella ya estaba lejos de su país natal y lejos de todo lo que le había hecho sufrir tanto a lo largo de toda su vida.
La novela describe la estancia de la autora en distintas instituciones psiquiátricas y el trato tan denigrante que sufrían; hay que tener en cuenta la época en la que está escrita y cómo eran las instituciones psiquiátricas y qué tipo de pacientes eran enviados a estos hospitales.
Es una novela que, a pesar de no ser extensa, a veces, hay que dejar de leer y descansar; darse un baño de realidad y respirar para volver a retomarla con más fuerza.
Es dura, pero, al mismo tiempo, es una gran novela.
La leí en la edición de la editorial Trotalibros, que recomiendo acérrimamente. Es una edición estupenda y una traducción magnífica.
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lauralovebook
 03 February 2023
Me alejo muy poco de mi zona de confort pero de vez en cuando hay algún libro que me llama mucho la atención y me lanzo de cabeza.
Éste es el caso de ‘Rostros en el
agua' de Janet Frame que devoré el mes pasado. ‘Rostros en el
agua' no es una autobiografía pero la autora volcó buena parte de su experiencia como paciente de instituciones psiquiátricas en esta obra.
La vida de Janet Frome no fue fácil y esto se deja entrever en estas páginas. Ha sido una lectura durísima y más analizando el rol de los profesionales sanitarios. Como enfermera lo he pasado muy mal.
Una lectura muy recomendada. Además me ha gustado mucho este nuevo formato de Trotalibros Editorial para la colección en catalán. Deseando leer lo siguiente.

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Emocionaria
 16 December 2022
"El tratamiento te arrebata esas cosas, te deja sola y ciega y sin identidad alguna; entonces despiertas, pequeña y asustada, y las lágrimas no paran de mandar, fruto de un pesar indescriptible".

La historia de las instituciones psiquiátricas es una auténtica historia de terror. Así lo demuestra Janet Frame en "rostros en el agua", un relato impactante y duro sobre la experiencia de una mujer de mediana edad en diferentes centros psiquiátricos a mediados de siglo XX (en pleno auge de la psiquiatría en Europa).

Los límites entre cordura y locura se desdibujan tras los muros de estas prisiones, donde las internas son sometidas a prácticas inhumanas como electroshocks y lobotomías, donde son tratadas con desprecio e infantilismo, donde el maltrato psicológico que sufren no hace sino acrecentar sus problemas de salud mental.

A modo de documental la autora hace un retrato detallado de las dinámicas instauradas en el seno de los centros, del personal sanitario y de las propias usuarias. Deja translucir una crítica a esa administración que las abandona a su suerte.

Hay algo perturbador en la escritura de Janet Frame. Se muestra impertérrita a la hora de relatar los acontecimientos, lo que consigue alterar al lector y generarle una sensación de angustia semejante a la que sienten las internas. No necesita exageraciones ni dramatismos: con su estilo descriptivo consigue generar el clima perfecto para adentrarte en esos infiernos terrenales.

Gracias @trotalibros por rescatar está joyita
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inmams
 06 December 2022
Rostros en el agua” explica la historia de Itsina Movet cuando es ingresada en una institución mental al inicio del libro y a partir de ahí comienza su experiencia en ese centro y otro donde estará ingresada por más de siete años.
Aunque la autora diga que no está basado en hechos reales, el que ella misma haya pasado varios años de su vida en ese tipo de centros, algo tiene que tener de real. Leyendo sobre su vida y esta novela muchas partes pueden parecer paralelas.
Toda la trama es narrada en primera persona y son pensamientos que a Itsina se le van ocurriendo sin un orden cronológico exacto, solo divide en libro en los periodos que pasó en cada centro. Cuánto de real o cuánto de su imaginación en su testimonio no se llega a saber. Utiliza un lenguaje a veces complejo y con recursos literarios de diferente tipo.
Describe a la perfección muchas situaciones desagradables que se viven en esos lugares y que se pueden considerar maltrato. El centro psiquiátrico que debería haber sido lugar de recuperación se convierte en un lugar lleno de miedos en un ambiente hostil hacia las personas con algún problema mental. El personal médico es muy culpable de deshumanizar a esos pacientes y tratarlos con constantes humillaciones y ser indiferentes al dolor del otro. Además de tratarlos como conejillos de india para nuevas técnicas (poco amigables) como el electroshock o la lobotomía cerebral. Las escenas donde explica cómo se llevaban a cabo las sesiones de electroshock son de lo más duro.
Actualmente, la salud mental está en boca de todos pero poco hacen las instituciones gubernamentales para invertir en ello. No tienen nada que ver los centros psiquiátricos de ahora con los que describe Janet Frame pero queda mucho trabajo por hacer.
⚠️Este libro no es apto para gente aprensiva o con cierta sensibilidad a según que tema. Es a veces un tanto claustrofóbico y sobrecoge pensar en lo que han pasado esos pacientes.
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Queridobartleby
 30 November 2022
Janet en “Rostros en el agua”, se centra práctica y exclusivamente en los pasos por las instituciones mentales. Parece querer emplear un alter ego, en la persona de Istina Movet. Esa característica se encontraba en algunos relatos de Anna Kavan. Ambas, quizás para evitar el dolor de los recuerdos de hospitales, emplean la primera o tercera persona por medio de otro personaje, para narrar vivencias propias traumáticas.

La protagonista ejerce de maestra, difiriendo de la vida real de la autora —Janet, cuando tuvo la crisis, estudiaba para ser maestra—. Convengamos en que la escritora introduce algunos rasgos ficcionales para complementar una narración basada en sus propias experiencias.

Transcurridas unas pocas páginas tenemos a Istina internada en un centro mental, temiendo la terapia de electroshock:

"Tenía frío. Traté de encontrar un par de calcetines largos de lana que mantuvieran mis pies calientes para no morir con el nuevo tratamiento, la terapia por electroshock, y evitar que hicieran desaparecer mi cuerpo por la puerta trasera para llevarlo al depósito de cadáveres".

En la reclusión, se temía el momento de aplicación del tratamiento, confiándose en milagros, como la avería de la máquina:

"En ocasiones, sentíamos un alivio casi delirante cuando la máquina se estropeaba y el médico salía, frustrado, de la sala del tratamiento, y la hermana Honey nos daba la maravillosa noticia:
—Vístanse todas. Hoy no habrá tratamiento".

Janet nos describe la confusión e indefensión que aparece tras la aplicación del tratamiento convulsivo:

"Puedo oír cómo alguien gime y lloriquea; es alguien que ha despertado en el momento y en el lugar equivocados, porque sé que el tratamiento te arrebata esas cosas, te deja sola y ciega y sin identidad alguna, y buscas a tientas el camino a la fuente del consuelo más elemental, como un animal recién nacido; entonces te despiertas, pequeña y asustada, y las lágrimas no paran de manar, frutos de un pesar indescriptible".

Nos describe un centro donde los especialistas suelen tener una edad avanzada. Parecen vivir ajenos a los enfermos mentales, como estableciendo una barrera de por medio. Tan sólo Istina alude a un joven doctor que presenta un criterio más humanista con los enfermos mentales.

El tiempo es relativo, se anula, entre los barrotes de los centros mentales, parece querer decirnos la autora a través de Istina:

"No existe pasado ni presente ni futuro. Utilizar los tiempos verbales para dividir el tiempo es como trazar rayas de tiza en el agua. No sé si mis experiencias en Cliffhaven tuvieron lugar años atrás, están ocurriendo ahora o me aguardan en lo que se da en llamar el futuro".

Como ya comenté en las notas biográficas sobre Janet Frame, los diagnósticos fueron erróneos. Janet era una persona muy sensible y tímida y esa dificultad en las relaciones con los demás fue confundida con una enfermedad mental, como lo era la esquizofrenia. Es clarificador como en un momento dado, ella sabe que no está enferma pero sí temerosa del ambiente adverso y el personal represivo:

"Yo no me sentía enferma, pero sí tenía miedo. El doctor Tall cojeaba. La hermana Creed cojeaba. La cara de carnicera de la enfermera jefe Borough se hinchaba ante mí de forma amenazadora. Y, sin embargo, me dirigía obedientemente al otro pabellón, al que llamaban el Cuatro Cinco Uno, para someterme a los electroshocks e intentaba reprimir una inquietud que rayaba en el pánico cuando captaba el olor peculiar del pabellón y oía su nombre mismo: Cuatro Cinco Uno, sin duda un código siniestro".

No es preciso ahondar más en el libro para haber ofrecido unas pinceladas del intenso texto de Janet Frame. La autora expone con toda crudeza la rutina diaria en las instituciones mentales. Así como en Unica Zürn o Anna Kavan, en sus textos de estancias en centros mentales se produce una mezcla de realidad e irrealidad, además de un fuerte componente simbólico; en Janet Frame el relato es totalmente realista, con toda su dureza.

En su relato nos describe un personal médico carente de sensibilidad, totalmente alejado de las pacientes e instaurando una barrera infranqueable hacia ellas. Las enfermeras, tampoco se salvan de su crítica, comportándose de manera indolente y represiva. Nos habla la autora de una convivencia prácticamente imposible con sus compañeras internadas, la mayoría afectadas con enfermedades mentales severas. Nos transmite Janet, los olores "ad nauseam" que se perciben en los prolegómenos de las prácticas electro convulsivas y en el interior del centro. Son escalofriantes sus descripciones de Pabellones siniestros con pacientes desahuciadas.

La autora nos transmite la indefensión a la que se vio sometida, más cruel si cabe, al tener consciencia de lo que estaba viviendo, sabedora de que ella podía tener alguna limitación en las relaciones por su exacerbada timidez, pero no un desequilibrio mental agudo. Ahora bien, vivir esas experiencias al límite, influían en su personalidad extremadamente sensible. Son desgarradores los testimonios anteriores y posteriores a los electroshocks a los que se vio sometida. Más desgarrador es aún el terror que transmite ante la inminencia de una operación irreversible como la lobotomía.

Como en los textos de Unica Zürn y Anna Kavan, en el libro de Janet Frame, la incomunicación y la soledad del personaje, es decir, de la misma Janet, es desoladora.

Si queréis ver nota biográfica, más textos y citas, junto a material gráfico y sonoro, visitad la Página (¡Gracias!):

Enlace: https://queridobartleby.es/j..
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lesbouquinsdepam
 06 December 2023
Esta lectura ha sido un sufrimiento continuo. Como anécdota curiosa, en un momento dado establecí un paralelismo con otra novela que había finalizado poco antes y que hablaba de la vida en una prisión; una coincidencia nada azarosa. El relato de Frame pone en evidencia la violencia psiquiátrica estructural con crudeza, un sistema corrompido por el poder que confiere al sistema sanitario el “cuidado” de sus pacientes y desde el que se vulneran principios elementales, comenzando por la propia dignidad.
La lectura en sí me ha resultado, a partir de un determinado momento, algo monótona. El personaje principal del libro es la propia institución psiquiátrica, un personaje del que se muestran facetas y formas de actuar diversas, pero con un efecto siempre común… y aunque está presentado desde diversas ópticas (en ese sentido hay cierta diversidad), como relato resulta un poco repetitivo. Valga esto, pues, como nota para quien desee leerlo, pues pese a esto que comento, lo recomiendo mucho: el libro profundiza en el sistema psiquiátrico, pero apenas se orienta al desarrollo de los personajes que lo habitan y a las historias que los llevan allí. Y sin embargo, ese es, para mi, su gran valor, y será aquello por lo que recuerde esta obra: la denuncia de la violencia institucional que se ejerce sobre determinadas personas. Como muestra de mi interés por la escritora, estoy deseando leer “Un ángel en mi mesa”.
Enlace: https://instagram.com/lesbou..
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Clarion
 21 June 2023
🥺Hai llibros que si lus llees nel momentu "afayadizu" o al contrariu, según se mire, pueden facese agobiantes y nun ser quien de somorguiate por completu nes sos páxines porque precises parar cada poco y tomar aliendu.

🖋️Esto pasóme con Rostros en el Agua de Janet Frame. Esti llibru nació como escritura terapéutico indicada pol psiquiatra de l'autora, pa intentar superar los años y años d'internamientu en distintos y terroríficos hospitales psiquiátricos, terapies d'electroshock y una casi inminente lobotomía cerebral qu'amenaciaba la so vida y la so salú, y de la que se llibró unos díes enantes gracies a ganar un premiu lliterariu nacional.🍀

❤️‍🩹El llibru navega ente la ficción, la autoficción, l'autobiografía... L'autora trató de recordar de siguío que nun yera la so biografía y que nada de lo qu'ellí se cuntaba yera verdaderamente real, pero lo cierto ye que ta basáu na so vida y na so hestoria, anque con dalgunos cambios. Pero la esencia ye la mesma.

🥺Avéranos a la soledá que sintió durante toos esos años, el menospreciu, el constante tratu peyorativu de les enfermeres, l'anulación como persona, el constante mieu, terror y llerza de ser sometida a “tratamientu”, ye dicir a electroshocks. .

😢Ye una novela tremendamente afogadiza, que tuvi que dir amestando con otres más llixeres y espaciarla, porque llégase a sintir la presión y la llerza de la espera, la monotonía y l'aburrición d'una vida na que te traten como un oxetu, el fríu de les habitaciones y sobremanera la soledá.

💚Una llectura bien recomendable, pero que creo que ye meyor llegar a ella conociendo anteriormente la vida de l'autora, y sobremanera sabiendo lo que vas atopar. Nun hai contestu, nin esplicación de lo que ta pasando, solo'l continuu pensamientu y aforfugu d'una muyer que dexen ensin decisión, ensin poder, ensin voluntá a mercé de lo qu'otros quieran faer con ella, col so cuerpu y cola so mente.
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Zopotroco
 08 January 2023
Es un libro bastante gris que te traslada a la fría y casi yerma Nueva Zelanda de la que imaginamos más que la que nos describe su protagonista, que sirve como un sufrido vehículo que transcurre por esos pasillos, salas y habitaciones en que se reúne lo más recóndito del ser humano.

La sensación de soledad y desesperanza están bastante bien plasmadas, formando una amalgama de sensaciones agridulces que conduce la narración.

Por ser "tiquismiquis", me hubiera gustado que la descripción de ciertos sentimientos, ideas y paisajes se recortara, pero por otro lado entiendo que los días interminables en una institución psiquiátrica dan para mucha introspección y contemplación, como si pudieran ser una forma de equilibrio mental.

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