Melancolía

Nueva incursión en la obra del Premio Nobel de Literatura, en esta ocasión para adentrarme en "Melancolía", dos novelas cortas, pero relacionadas entre sí, publicadas en 1996 y 1997, ahora en un sólo volumen.

En la primera parte y narrada en primera persona, Fosse nos invita a la experiencia inmersiva de introducirnos en la mente de un personaje real, Lars Hertervig, un importante pintor noruego de finales del XIX que, devastado por la esquizofrenia, terminará recluido en un sanatorio de Oslo.

Desde el principio, conoceremos su flujo de conciencia, de sus pensamientos repetitivos, recurrentes, en bucle, paranoicos y obsesivos sobre el amor que siente por Héléne, romántico y sublimado; sobre otros personajes de la pensión donde se aloja mientras realiza un curso de pintura. Su deseo de éxito, su autoafirmación personal, la confusión, el dolor, el sexo, todo ello plagado de alucinaciones, voces, visiones extrañas... Por este motivo, nos enfrentamos a un narrador poco fiable y nunca sabremos dónde colocar el límite de percepción de una realidad completamente distorsionada.

La segunda parte, la segunda novela, nos presenta a la hermana del pintor, Oline, ya muy anciana, con problemas de memoria, con una acentuada demencia senil o Alzheimer, que debe seguir soportando el final de su vida con dolor y sometida a todos los peajes que supone la vejez. Aún tiene la capacidad de recordarse en la juventud, más que en hoy o en ayer, y nos acercará nuevamente la figura de Lars Hertervig, con sus momentos de luz y de oscura sombra, con sus comportamientos bipolares y erráticos.

Jon Fosse, con un vocabulario y una prosa aparentemente sencilla, no es una experiencia lectora fácil. Con una narrativa carente de párrafos, en la que frases y conceptos se repiten hasta la extenuación, reflexiva y poética, que casi debes leer del tirón, tremendamente diferente y original te somete palabra a palabra a un inusitado desgaste lector.

Se la recomiendo a aquéllos que quieran estar en la cabeza del "loco Lars" o a esos otros locos, como yo, siempre a la búsqueda de nuevas experiencias lectoras. O, quizá, a aquéllos que quieran experimentar a través de los personajes de esta novela el significado potente de la "melancolía": esa tristeza vaga, profunda y permanente, nacida de enfrentarse al dolor psíquico o físico, imposible de no experimentar a lo largo de la vida.

Tras esta lectura inmersiva me tomo un descanso del autor, mentalmente fatigada pero satisfecha... claro que, para mí, merece la pena leer a Fosse. También dosificarlo...

Seguimos leyendo!

Lars Hertervig fue un pintor noruego, paisajista, que sufrió una enfermedad mental y su vida termino en la pobreza en 1902, Melancolía promete entregar al lector una obra ficcional en la que Fosse recrea apartados de la vida de Lars, desde su estilo y visión, personaje y promesa suficientes para querer leer este libro.
Escrita y publicad entre 1995 y 1996 y recopilada en español por Randon House en 2023, Melancolía del más reciente premio nobel es una obra que aborda las complejidades de la mente humana, de una mente creativa ahogada en el suplicio de una enfermedad mental latente en la que el miedo profundo al escarnio público de su obra pictórica y el amor irracional que siente por Helene Winckelmann, la hija de su casera desencadena en él una furia sexual y una serie de alucinaciones las que terminaran por arruinar su carrera como pintor y con su vida, llevándolo a la reclusión temporal en un sanatorio mental, del cual planea escapar junto con su alucinaciones para no perder la capacidad de pintar como solo él sabe pintar.
Al ser tan solo el segundo libro que leo del autor no puedo catalogar esta historia como fiel a su estilo, pero la forma que usa el lenguaje para darle voz a Lars, esta impregnada de esa continua repetición presente en Trilogía, la que nuevamente genera una musicalidad poética a su forma de narrar, pero que en este caso también remarca el carácter reiterativo de las conversaciones de la mente humana, haciendo sentir al lector no solo la furia y el miedo que albergan al protagonista de la historia, también nos permite imaginar la posible sensación de encontrarse preso dentro de una persona que sufre de esquizofrenia, que muestra la lucha del impostor que duda de su propio talento y del egocéntrico artista que se jura poseedor de una gran genialidad.
Aunque la historia recorre varios momentos de la vida del pintor, en los que él es protagonista y algunos en los que no es más que el recuerdo y la añoranza en la memoria de sus familiares, en algunos apartes, como un gran segmento de Melancolía I, la narración se siente extensa para los hechos tan concretos que cuenta ubicados en un corto espacio de tiempo, lo que puede hacer bloquear al lector o llevarlo a sumergirse en la locura de Lars sintiendo que son unos grandes pintores que visten un hermoso taje terciopelo lila, un deseo irracional por Helene y una asfixiante necesidad de escapar.

Nota: 4 sobre 5

Premisa:
Lars es un pintor que está aprendiendo de la mano de Hans Gude en Duüsseldorf. Toda la narración se tiñe por el hecho de que está sufriendo delirios mentales. Se ha enamorado de una forma irrefrenable y maniática de la hija de su casera. Esto le lleva a actuar con una conducta libidinosa y extrema lo que provoca que le echen de allí, y comienza a deambular entre sus pulsiones y los límites que le imponen sus circunstancias.

Opinión:
Vaya manera tiene de narrar Jon Fosse. Me ha sorprendido muchísimo, nunca había leído nada con este estilo. al principio me quedé muy desconcertada por sus idas y venidas, la utilización cíclica de las mismas frases, sus repeticiones constantes. Pero llega un momento en que te sumerges en la narración, te dejas llevar y el autor ya hace contigo lo que quiere. Y eso es que es maravilloso.

Además, creo que la temática de este libro acompaña muchísimo a esa forma tan particular de escribir. Plasmar un trastorno de la salud mental como es la esquizofrenia con estos recursos estilísticos es de lo más acertado, porque realmente un cerebro enfermo funciona de una manera muy similar a lo que se refleja en esta novela. Y como lector, al estar contado en primera persona, eres capaz de ponerte en la piel del enfermo y navegar en la locura como lo hace él.

A mayores, algo muy positivo en esta lectura es que tiene dos partes. La primera en la que Lars nos cuenta las cosas en primera persona y la segunda en la que conocemos a su hermana un tiempo después, y podemos tener una perspectiva distinta y completar la historia con diferentes matices y sucesos.

He de decir que no he sido capaz de leer este libro de seguido. He tenido que ir tomándome mi tiempo, ya que es una lectura exigente que demanda mucho del lector. No tengo problema con esto pero sí que es cierto que requiere un ritmo de lectura más pausado. de hecho, creo que es un autor que no es para todo el mundo. Yo particularmente me he quedado con ganas de más, y dentro de poco me aventuraré con sus novelas algo más cortas. Eso sí, si no has leído nada de él quizá te recomendaría comenzar con otra novela algo más corta para probar si os encaja y os gusta su estilo. Eso sí, si lo disfrutáis, no dudéis de adentraros en esta novela.