La librería

Sin ser un mal libro, ni una mala historia, me ha dado la impresión de que la autora ha pasado por encima de la historia, sin profundizar mucho en los personajes. Y queda esa sensación de no saber si me ha gustado o no el libro. Es de los pocos libros que quiero ver que tal la adaptación al cine, porque con poco va a decir mucho más que el libro.

La II Guerra Mundial dejó viuda a Florence Green y, ya en 1959, su único deseo es invertir sus ahorros en la puesta en marcha de una librería en un pequeña y tranquila localidad costera inglesa.
Para ello se fija en una abandonada casa en ruinas que adecentará conveniente para alcanzar su sueño. Sin embargo, no todos en Hardborough estarán dispuestos a que se les arrebate lo que consideran un histórico edificio.
Entraba en esta novela muy condicionado tanto por opiniones de otros lectores, que normalmente aman está historia o por el contrario les deja indiferente, y por haber visto la adaptación cinematográfica en el cine, sin experimentar una sentimiento del todo satisfactorio.
Y es que cuando un libro suscita emociones tan diferenciadas, más me llama la atención, y ya puedo confirmar, sin duda alguna, que soy de los que lo adoran. Me encantan estas historias en las que aparentemente no sucede nada, o muy poco, pero nada más lejos de la realidad.
Una premisa muy sencilla pero que esconde los anhelos de una mujer que cree que encontrará la felicidad y satisfacción personal en algo aparentemente sencillo, y que se encuentra con una fuerza enemiga inesperada representada por unos altos estamentos sociales, amigos de una administración corrupta. Los peligros de vivir en sociedad.
Además salpicado de un humor inglés con el que, es verdad, conectas o no, pero que en mi caso ha resultado un elemento positivísimo en una narración pausada y sin adornos que me ha hecho pasar muy buenos ratos en los pocos días que me duró la lectura, de la que salí para mi gusto de manera prematura, queriendo conocer más sobre el devenir de Florence Green.

Lo curioso de esta historia es que, a pesar de su título, en vez de una librería Florence podría haber montado cualquier otro negocio, porque aquí lo importante no son los libros sino el poder.

Lo que refleja esta historia es como algunas personas que tienen los medios para ello, con tal de salirse con la suya, son capaces de todo sin importar las consecuencias para los ciudadanos de a pie, acabando con sus sueños y su futuro.

Creo que esta historia tiene de todo pero se queda en nada. En muy poco tiempo quiso abarcar demasiados temas, hasta un fantasma se cuela entre las páginas pero yo sentía que muy bien no encontraba el rumbo de la trama ni la intención de las idas y venidas de esta mujer hasta que es hacia el final que se empezó a resolver este dilema. A pesar de que me encontré con un final acorde con la historia y apropiado, en general este relato no me dijo mucho; si hubiera sido más largo lo más seguro es que lo hubiera abandonado.
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Esta misma semana empecé a leer La librería. Llevaba un tiempo retrasando la lectura por miedo a llevarme una decepción; pero entretanto he tenido tantas desilusiones en forma de libro que decidí arriesgarme y leer éste.
Por ser breve os puedo decir que es un libro que me ha dejado un gusto agridulce. Sin embargo la parte triste del libro es, por desgracia, totalmente realista. Así que no sé muy bien que hacer con mi estrellita y si calificar esta obra como maestra o casi maestra. al final me he decidido y le he quitado un punto y medio porque me ha dejado un poco triste.
Pero sólo por eso. Penélope Fitzgerald ha escrito una novela muy buena sobre la situación social y laboral de una mujer normal y sola en el medio rural de la primera mitad del siglo XX.
Florence, que así se llama la protagonista, quiere ganarse la vida por sí misma y para ello decide abrir una librería en un tranquilo y aburguesado pueblo inglés.
Y lo que en un principio parecía que iba a ser una tarea sencilla se va complicando: la oposición de la señora Gamart, representante de la aristocracia del lugar, las jugadas sucias de otros habitantes del lugar, la vista gorda de las autoridades y de los abogados defensores y la presencia de fantasmas en el local donde ha decidido instalarse juegan decididamente en su contra.
La narración es sencilla y se lee de manera ágil. No hay un número excesivo de personajes y lo que es mejor, la autora tiene una pluma muy afilada para poner a cada uno en su lugar. Para ello se sirve de acertadas descripciones o de la fuerza expresiva de algunos diálogos, que arrancan la sonrisa al lector.
He tenido la intuición de que en esta narración lo que le importaba a la Penelope Fitzgerald no era tanto retratar el quehacer cotidiano en una librería, los problemas y las alegrías que proporciona el comercio de libros y el trato con los clientes, como retratar la sociedad que le rodeaba. Y el pretexto para hacerlo ha sido la librería, un lugar en el que se podía concebir que trabajara una mujer y también en el que una mujer podía realizar acciones que indignaran a las personas con una visión conservadora (como la venta del libro de Lolita).
En fin, una buena novela, en la que importa más lo que se intuye que lo que se dice abiertamente y con la que pasar un rato agradable.

"-Dicen por ahí que está usted a punto de abrir una librería. Eso significa que no le importa enfrentarse a cosas inverosímiles. (…) - ¿Por qué cree que abrir una librería es inverosímil? -le gritó al viento-. ¿La gente de Hardoborough no quiere comprar libros?
- Han perdido el deseo por las cosas raras. (...) Y no me diga usted que los libros no constituyen una rareza en sí mismos".

'La librería' forma parte de mi biblioteca desde el Sant Jordi de 2021. No me atrevía a leerlo porque casi había leído más críticas negativas que positivas. Y creo que el motivo es el mismo por el que a mí al principio me costó conectar con la novela, pero una vez entendido qué me quería explicar Penelope Fitzgerald, la he disfrutado muchísimo.
Es posible que llegues a 'La librería' buscando una novela amable sobre una señora que abre una librería. Es el sueño de muchos, ¿no? Pues si vienes con esa intención, la autora aquí te asesta el primer golpe. La novela no es un escrito bucólico y amable sobre la apertura de una libreria, sino sobre las ampollas que levanta en el pequeño pueblo de Hardborough, una comunidad cerrada, conservadora, poco amiga de las nuevas ideas, especialmente cuando las trae alguien de fuera.

La librería tiene como protagonista a Florence Green, una señora que, tras enviudar, recibe una pequeña fortuna que decide invertir en una pequeña libreria en una casa abandonada de Hardborough, un pequeño pueblo de la costa este de Inglaterra, en donde todo el mundo parece estar metido en los asuntos de todo el mundo. El hecho de abrir una librería en una antigua casa del pueblo, y otros hechos polémicos que se sucederán (como la venta de la novela 'Lolita', de Nabokov) le valdrán la antipatía y el sabotaje por parte de los vecinos.

Me ha encantado cómo Fitzgerald describe los paisajes y la atmósfera poco amigable que rodea a la protagonista, aunque me ha faltado profundidad en la psicología de la protagonista. Conocemos a Florence, cómo es, qué piensa, pero a veces he echado en falta saber la motivación de sus acciones. En algunos pasajes se me quedaba un poco plano.

'La librería' es una historia sencilla y bonita, pero al mismo tiempo triste y pesimista. Trata temas como la bondad, la soledad, el coraje, la determinación, la amabilidad y la solidaridad. Y nos deja un mensaje claro:
hasta en el pueblo más pequeño y más aislado hay guerras absurdas, abusos de poder, crueldad y envidias.

Tras leer el último párrafo y cerrar el libro, me he quedado como estoy seguro que Fitzgerald quería que me quedara. Qué forma tan bonita, sencilla, lírica y directa de escribir tiene Fitzgerald.

Mi edición de Impedimenta cuenta con un posfacio muy interesante escrito por el yerno y albacea de Fitzgerald, que narra la vida de la autora y los hechos de su biografía que marcan paralelismos con esta obra.

A finales de los años 50, en un pequeño pueblo costero al sudeste del Reino Unido, Florence Green decide abrir la primera librería del pueblo. Desgraciadamente nada va a resultar sencillo. Desde una complicada compra de la casa/librería y un poltergeist como residente a la falta de entusiasmo de sus vecinos.

La librería es una novela super cortita y que se lee muy rápido. Tengo que confesar que esperaba otra cosa, quizás una historia más completa, y me ha parecido más bien las pinceladas de una historia. Lo cual tampoco es necesariamente negativo.

Algo que me ha gustado mucho es que la edición que he leido lleva un posfacio en el cual el yerno de la autora nos explica un poco sobre la vida de ella y las partes de la novela inspiradas por vivencias propias. Para mí estas explicaciones dan una nueva dimensión al libro y han hecho que mi impresión general mejore.

Aunque no se va a convertir en uno de mis libros favoritos me han dado bastantes ganas de leer algo más de la misma autora.

Florence vive en un pequeño pueblo costero inglés. Trabajaba en una fábrica pero se estaba haciendo mayor y decidió comprar una casa vieja en el centro del pueblo y montar una librería.
Desde el primer momento en el que mostró interés en el inmueble, no dejaron de molestarla, sobre todo Violet Gamard.
La casa llevaba abandonada años, no estaba en demasiado buen estado y traía a mayores cierto inquilino algo molesto. En cuanto Florence se mudó, la señora Gamard se dedicó a hacerle la vida imposible, esta quería esa casa para montar un espacio para el arte. Así que la repelente señora que no se había salido con la suya pero que por su puesto de trabajo y el de su marido tenía muchos contactos busca y rebusca la mejor forma de destruir esa librería.
Pero no solo es eso, es que Florence no es amante de los libros, montó una librería como podría haber sido cualquier otro establecimiento del que el pueblo careciese.
Cosas de pueblo costero, a finales de los años cincuenta con todo lo que ello significa. Sorprende más lo que sucede, al leer un extra que trae el libro escrito por el yerno de la autora en el que explica que la novela tiene tintes autobiográficos.

La novela tiene sus puntos interesantes, pero es muy dificil llegar a comprender a los personajes, también cuesta un poco leerlo porque está narrada de una manera lenta que puede llegar a saturar con facilidad, sobre todo cuando estas acostumbrado a otro ritmo de lectura. Es un libro pequeño pero que tardas bastante en leer.
En definitiva, este es un libro sobre un pueblo pequeño en el que se ve como le ponen trabas a una mujer por montar una librería cuando alguien con más poder no sale satisfecho con su capricho. Y por ese lado ofende e irritan algunas cosas que pasan.
Lo mejor el rapper, que existe o existió de verdad.

La librería de Penélope Fitzgerald es una novela inglesa cuyo sitio es el pueblo de Hardborough el cual tiene un difícil acceso y en donde Florence Green vive. Después de la muerte de su marido, Florence decide comprar Old House, una antigua propiedad ideal para abrir una librería. Desde el inicio, Florence se enfrenta a la negativa de ciertos habitantes con poder e influencia a su proyecto. Después de un gran esfuerzo, Florence inaugura la librería mientras que el próspero señor Brundish, dueño de Holt House, le envía un mensaje sugiriendo la apertura de una biblioteca también. Los odiosos personajes de la señora Gamard y Milo participan de distintas maneras para frustrar el sueño de Florence y establecer un Centro de Artes. La pequeña Christine Gipping de apenas diez años es quien ayuda en diferentes labores de la librería y biblioteca a Florence hasta que es admitida en una escuela lejos de Hardborough. Old House tiene un rapper o espectro poltergeist el cual es muy respetado y tomado en cuenta durante toda la narración. Creo que no será de mis favoritas del año, pero sí tomaré en cuenta a la autora para futuras lecturas. al final del libro se dan más detalles de la inspiración de Penélope Fitzgerald para esta novela y otras posteriores y en relación con La librería. La recomiendo para todo tipo de lector especialmente para quienes aman los autores y ambientes británicos.

Había escuchado/leído buenas críticas, el título es un referente cuando de Libros sobre libros se trata, pero lamento decepcionar a quien llegue al libro como yo creyendo que va sobre libros o sobre la vida de una librería, para lectores como yo, eso fue una decepción, el libro no va de eso... Aunque se menciona... va de lucha de poderes, de intrigas en el fondo de los asuntos y ni siquiera es relevante que sea una librería y no otra cosa el uso que la señora Green le quiere dar al viejo edificio Old House.
El libro está muy bien escrito, vaya en tçermino de comas y puntos y los personajes tienen un aire muy natural, como si no les importara que los estuviéramos leyendo, no sé explicar esa sensación que me transmiten, pero la historia en sí, a mí juicio, se queda en la superficie, no profundiza en nada el particular, y bueno fue un poco decepcionante... Cosa que me temía incluso antes de leerlo.

Tenía muchas expectativas con este libro. Una mujer que decide abrir una librería en un pueblo profundo de Inglaterra en 1959... tenía muchas papeletas para ser una gran historia. Sin embargo, la narración no me a enganchado y la historia casi que tampoco. No ha estado mal, pero esperaba más.