He oído llamar mala suerte a la pereza tantas veces que quizá sean la misma cosa.
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He oído llamar mala suerte a la pereza tantas veces que quizá sean la misma cosa.
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Respirar es una letra de cambio con fecha de ayer.
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Aquel disparo había hecho demasiado ruido. No sólo había hecho demasiado ruido para un disparo, sino que resultaba incluso demasiado violento para cualquier sonido, más ruidoso de lo que necesita serlo ningún sonido.
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Huía no para escapar a su pasado, sino a su futuro. Tardó doce años en aprender que no se puede escapar ni al uno ni al otro.
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El silencio que no había quedado nunca restablecido, restaurado, ni una sola vez, ni siquiera cuando él dormía, cayó rugiendo a su vez alrededor y, sin dejar de rugir, comenzó a endurecerse y a fraguar como cemento no sólo en su oído, sino en sus pulmones, en su aliento, dentro y también fuera de él, solidificándose de tronco de árbol a tronco de árbol.
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Todo su aspecto, por el contrario, sugería alguna simbología sacada de los tiempos dionisíacos: miel bañada por la luz del sol y uvas a punto de estallar, la retorcida sangría de la vid ya fecunda pisoteada por la pezuña dura y rapaz de la cabra.
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La leyenda de Sleepy Hollow es un relato corto de terror y romanticismo, se desarrolla en los alrededores de...