Aunque te cueste la vida:

Alma, Candela y Penélope son tres amigas que han postergado durante mucho tiempo una tarea pendiente: viajar a Roma. Vieron una película durante su adolescencia y se enamoraron de la ciudad así que decidieron que irían a visitarla, pero los años pasan, son inclementes y ahora se ven décadas después sin encontrar el momento para coger las maletas.
De hecho, no tienen en la cabeza el viaje acuciadas por la rutina diaria y el ajetreo a que las somete la vida: hijos, padres, trabajos, maridos,... todo eso absorbe su tiempo y energías y no se dan cuenta de que la vida pasa y se están olvidando de vivir.
Llegamos a esta historia en un momento de inflexión, hay cambios importantes y somos testigos de ellos y de como afectan a cada una de las mujeres que, un poco a rastras gracias a Candela, se ponen el mundo por montera y se van rumbo a Italia a darse ese capricho y esa desconexión que no saben que merecen y, de paso, llevarse unas cuantas sorpresas.
Este es un libro de sentimientos, de circunstancias y de alma; un libro lleno de sufrimiento pero en el que siempre queda un hueco para la esperanza. Las protagonistas ven como la vida se les escapa de las manos debido a cosas que no controlan; a pesar de querer hacerlo todo bien y lo mejor posible, las circunstancias las sobrepasan y las injusticias para con ellas mismas las hiere en lo más profundo. Parece que dejar un buen trabajo de lado, una carrera, volcarte en los demás, ponerte siempre en el último lugar no solo no se agradece sino que sirve para utilizarlo como arma arrojadiza.
Vemos también como cada persona tiene sus tiempos y su duelo que pasar, me ha puesto bastante nerviosa que a alguien en concreto no dejaran de decirle que tenía que pasar página y superar algo que le ocurre, centrando el grueso de las conversaciones en eso. Otra cosa a destacar es que, por muy grande que sea la tragedia o el dolor de otra persona, se suele dar más importancia al propio y cuesta ponerlo en perspectiva y verlo con objetividad, sobre todo cuando se está hundida en un pozo en el que no hay ni atisbo de luz ni capacidad de salida. Ojo, no estoy poniendo ninguna pega porque es algo que pasa de igual manera en la vida real y me ha gustado verlo reflejado.
Los capítulos los van contando las protagonistas, con los añadidos de otros personajes, así que sabemos como ha sido la vida de cada una hasta llegar al momento del viaje. Son personajes reales, con sus virtudes y sus defectos, sus grandezas y miserias, su sonrisa y su cara oculta llena de secretos; no resulta difícil sentirse identificada con alguna de ellas en algún aspecto de la vida o reconocer a alguien cercano.
Una escritura que toca el alma, que arranca alguna sonrisa o que hace que se salten las lágrimas, todo esto lo consigue Mayte con sus tres amigas que dejan huella.