![]() |
Oasis de arena de Mayte Esteban
Navego en un desierto infinito de arenas revueltas donde no atisbo más paz que la de este arenero del parque, un lugar en el que, durante un tiempo, no me veo obligada a esconderme para no ahogarme.
|
Calificación promedio: 5 (sobre 87 calificaciones)
/![]() |
Oasis de arena de Mayte Esteban
Navego en un desierto infinito de arenas revueltas donde no atisbo más paz que la de este arenero del parque, un lugar en el que, durante un tiempo, no me veo obligada a esconderme para no ahogarme.
|
![]() |
BRIANDA: Una bruja en tiempos de la Inquisición de Mayte Esteban
-Hay fronteras que Oli me enseñó que nunca deben rebasarse, aquellas que tienen que ver con la vida y la muerte, o esas que provocan daños irreversibles en las almas de los demás. La magia es un don poderoso que deberíamos cuidar y mantener, pero siempre teniendo claro que no debemos obrar al servicio del mal. Sin embargo, es fácil dejarse arrastrar por ese lado oscuro. Y de él nunca se regresa porque se transforma. Una vez que se aprende a doblegar a la naturaleza para que actúe a tu conveniencia es imposible resistirse.
|
![]() |
Doce horas de Mayte Esteban
A los únicos que me dejo fuera de mis aplausos es a los que se saltan la cuarentena porque están cansados de estar en casa...
|
![]() |
La colina del almendro de Mayte Esteban
Ellos, desde sus despachos, con su té caliente y su comida preparada en una cocina y no entre el barro, solo jugarán a poner banderitas sobre un mapa y a planear estrategias para que seamos otros los que sintamos las balas o el olor de la podredumbre de la muerte. Ellos no son los que llegan aquí como reses al matadero. Un matadero en el que somos a la vez víctimas y verdugos, en un sinsentido de odio que no alcanzo a comprender.
|
![]() |
La colina del almendro de Mayte Esteban
Sabía que algunos nobles se mezclaban con burgueses enriquecidos con la industria; él estaba decidido a no manchar su linaje con un enlace de ese calibre. Al menos haría todo lo que estuviera en sus manos para impedirlo. Su padre le había hecho comprender en su juventud que ese era su deber y no una opción para él, y estaba dispuesto a cumplirlo con sus hijas.
|
![]() |
La colina del almendro de Mayte Esteban
Era su atención la que pretendía, y el brillo que desprendían sus ojos le asustó, porque vio un destello de deseo en todo aquello. deseo de agradarle, deseo de tener su atención exclusiva, deseo de que sus manos la tocasen y sintiera de nuevo la turbación que la invadió cuando la visitó mientras estaba enferma.
|
![]() |
La colina del almendro de Mayte Esteban
El sendero de entrada de Almond Hill me recuerda que la vida es también camino, un puñado de elecciones que vamos haciendo. Las malas y las buenas nos llevan a nuestro destino y en ellas siempre hay algo que se pierde y algo que se gana. Y, por fortuna, algo que se aprende.
|
![]() |
La colina del almendro de Mayte Esteban
Es fácil soñar cuando la vida te sonríe. Lo complicado es seguir soñando cuando todo va mal
|
![]() |
La colina del almendro de Mayte Esteban
Sabía que nunca sentiría nada por su prima. Sin embargo, el amor no era lo mismo que el matrimonio, eso lo tenía claro desde hacía mucho tiempo, y la única renuncia que veía casándose con ella era tener que prescindir de su soltería.
|
![]() |
La colina del almendro de Mayte Esteban
Solo hay una persona a la que quiero poder mirar a los ojos sin sentir vergüenza y esa soy yo. Y te aseguro que me avergüenza que los que quiero pasen necesidades si tengo dos manos con las que trabajar.
|
¿ cómo se llama el autor de " El psiconanalista"?