Todos los ojos

“Hasta que no tuve diecisiete años no llegó a aceptar mi familia que yo era estrábica. Antes de eso se habían reído de mí y me habían hecho la vida imposible con mi «ojo vago»”
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Hatty nace en una familia que no entiende y que no la entiende. A lo largo de su vida pasa por numerosas situaciones que le resultan incomprensibles y que trae continuamente al presente en una especie de monólogo interior con el que va repasando y desgranando cada una de esas situaciones.

Un ojo vago y un viaje a Ibiza le sirve a Isobel English de punto de partida para esta historia, sin embargo, la protagonista de esta novela es su relación con Cynthia, la mujer de su tío. Hatty gira de forma recurrente sobre el transcurso de su relación con ella.

En apenas 137 páginas, Isobel English tejió una historia sublime, que no te atrapa por la trama en sí, sino por la delicadeza con la que se realizan las descripciones de los lugares y de las personas y sus personalidades.
Me ha parecido increíble la forma en la que la autora va desgranando las diferencias sociales y paisajísticas durante ese viaje con destino a Ibiza.

Y, aunque es cierto que la voz narrativa, con tanto monólogo interior, a mí personalmente me resulta bastante cargante, lo cierto es que, dada su brevedad y la elegancia y belleza de la prosa, han equilibrado la balanza a favor de esta novela.

Por último, destaco el epílogo de Neville Braybrooke, marido de June (nombre real de la autora), que me ha hecho disfrutar aún más de lo que acababa de leer, al contextualizar la obra en la vida de la autora.

“Todos los ojos” es una narración breve narrado por su protagonista en primera persona. Escrita en 1956 y en el contexto de esa época, Hattie inicia su viaje de luna de miel desde Inglaterra hasta Ibiza. En ese viaje rememora su vida desde la adolescencia hasta su matrimonio actual, en especial sus relaciones familiares y sus primeros amores. Hattie ha mantenido una relación curiosa con Cynthia, su tía, que el mismo día del inicio del viaje fallece. Es esta una presencia constante en la vida de Hattie, quien además le habló por primera vez de la isla de Ibiza.

La novela es un círculo perfecto con un estilo florido (que no recargado) y no quiero hacer spoiler pero el final es una sorpresa maravillosa y en cierto modo escalofriante, como algo muy inesperado al doblar la esquina. de hecho, llegando ya las últimas páginas de la novela me preguntaba cómo podría estar a punto de acabar si, a mi entender, aun quedaba historia. Pero English, acaba en lo alto y sin nada más que se pueda añadir.

English trata Ibiza como una suerte de lugar mágico, un lugar donde reafirmar la identidad personal y los aires de libertad. Es más un destino, un viaje interior, un objetivo personal.

Me gustado también mucho el epílogo firmado por el marido y viudo de la autora, June Braybrooke, nombre real que se esconde detrás del pseudónimo de Isobel English. Escritora que lamentablemente fue poco prolífera y que a mi entender guarda ciertas similitudes con Hattie en cuanto a sensibilidad, discreción y una manera un tanto peculiar de ver el mundo, como de lado, como no fuera casi parte de él. En el caso de su protagonista, Hattie, juega con el concepto del estrabismo como metáfora de esa peculiar manera de enfrentarse a la realidad.

En resumen, una joya breve y si se publica algo más de la autora en castellano intentaré leerlo.

¿Que si recomiendo esta novela de Isobel English? Solo diré que me la he bebido en un fin de semana y me deja con ganas de seguir leyendo más obras de la autora.
Me ha gustado muchísimo, tanto por la forma magistral con la que está escrita como por la atmósfera envolvente de la historia que te atrapa desde la primeras páginas.

En Todos los ojos, acompañamos a Hatty en su viaje a Ibiza fruto de su luna de miel. Pero este viaje supondrá para la protagonista la búsqueda de su propia identidad, un viaje de descubrimiento a su yo interior. Y es que Hatty parece que no encaja en ninguna parte. Es sensible, discreta y aunque también es una mujer decidida con gran firmeza para tomar decisiones que resultan reprochables para la época (y a día de hoy las seguimos viendo) da la sensación de que sigue un camimo yendo de puntillas, como si estuviese ausente en su propia vida.

La historia alterna perfectamente recuerdos de infancia con el presente, rememorando amores pasados y relaciones familiares, sobre todo la peculiar relación con su tía Cynthia.
Además, me ha fascinado la imagen que se nos presenta de la isla en los años 50, muy diferente a la que tenemos en la actualidad, pero conservando su esencia salvaje y libertaria.

Todos los ojos es una novela de introspección escrita de una manera brillante, así que anotarla en la lista de pendientes es todo un acierto.
Ojalá nos traigan el resto de sus obras y descubrirla un poco más.

"Todos los Ojos" es una obra excepcional que teje un relato cautivador a lo largo del tiempo, fusionando pasado y presente de manera magistral hasta alcanzar un deslumbrante clímax en sus últimas páginas.

Isobel English deleita al lector con una prosa precisa y deslumbrantes descripciones que se entrelazan con una narrativa cautivadora, atrapando a quienes se sumergen en sus páginas, mientras invita a saborear cada frase con aprecio en búsqueda de su brillantez.

La historia gira en torno a Hatty, una mujer que se debate en un entorno en el que se siente alienada. La habilidad única de Isobel English para plasmar las emociones con concisión y poder evocativo es una marca distintiva de esta narrativa elogiada. "Todos los Ojos" emerge como una obra exquisita que juega magistralmente con la perspectiva y la percepción, envolviendo al lector en una experiencia literaria reveladora.

En resumen, "Todos los Ojos" destaca como una obra maestra de ineludible belleza y complejidad, esencial para aquellos que buscan una exploración literaria profunda y gratificante. Isobel English ha creado una narrativa que, sin lugar a dudas, perdurará en la mente y el corazón del lector mucho después de que las páginas de este libro hayan sido cerradas.

“Todos los ojos” es la historia de Hatty, escrita en primera persona y alternando recuerdos de infancia con presente, de forma que nos permite conocer a la protagonista con más aristas que si solo se centrase en una voz y en un tiempo.

Por contextualizar, está escrita en 1956 y la protagonista siente que no encaja en el mundo que se le presenta y en lo que se espera de ella. Muchos de los capítulos se desarrollan en Ibiza, donde Hatty está de viaje con su reciente marido y hacen de la isla un personaje más, bastante alejado de la imagen de anuncio de cerveza que tenemos actualmente de este lugar.

Me ha encantado la forma en la que está escrito y me ha hecho descubrir a una autora que no tenía en mi radar pero voy a investigar, ya que narra como los escritores de grandes clásicos. Una lectura breve para leer en un par de ratitos.