Naturaleza muerta

OPINION

Emilio Bueso, un autor que ha explorado con maestría los rincones más oscuros del terror literario y la ciencia ficción, nos presenta "Naturaleza Muerta", una obra que se desliza sutilmente entre los géneros, desafiando las etiquetas y sumergiendo al lector en una atmósfera densa y cautivadora. Con una trayectoria que incluye el reconocimiento de dos premios Celsius consecutivos, Bueso se ha consolidado como una voz prominente en la literatura de terror en España.

"Naturaleza Muerta" es una novela que juega con la percepción de la realidad, donde la narradora, Claudia, nos guía a través de su aislamiento voluntario en una alquería, buscando paz lejos de su pasado turbulento. La tranquilidad de las marismas se contrapone con la inquietante presencia de algo que acecha, algo que Bueso insinúa con maestría, manteniendo al lector en un estado de tensión constante.

La obra no se adhiere estrictamente al género de terror; más bien, se sitúa en la frontera, donde la realidad se entremezcla con lo fantástico. Bueso construye una ambientación que es, en sí misma, un personaje más de la trama, con sus toques de terror cósmico que evocan a Lovecraft, pero con voz propia.

La prosa de Bueso es elegante y precisa, punzante e hiriente, con un estilo literario que atrapa y no suelta. Para mí, que me adentro por primera vez en el universo de Bueso, la novela ha sido una revelación. Esta primera incursión ha sido tan convincente que, sin lugar a dudas, me ha animado a seguir explorando más obras del autor.

"Naturaleza Muerta" es una obra recomendada para lectores con mente abierta y dispuestos a sumergirse en las profundidades de la irracionalidad y la locura. Es un viaje literario que desafía las convenciones y se adentra en lo desconocido, ideal para quienes buscan experiencias de lectura que trasciendan lo ordinario. Si no estás preparado para dejar atrás las certezas y embarcarte en este peculiar periplo, quizás este libro no sea para ti.

A veces, la vida nos coloca tantas piedras en el camino que dan ganas de abandonarlo todo y empezar de cero. Y eso es precisamente lo que hace Claudia: dejar atrás su antigua vida para vivir en su nueva casa de campo junto un pantano valenciano. Allí, rodeada de dos docenas de gatos y bajo la atenta mirada de un espantapájaros muy peculiar buscará la tranquilidad que tanto anhela.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, las turbias aguas del pantano esconden oscuros e inquietantes secretos…

Hace dos semanas que leí esta historia y no he escrito antes la reseña porque necesitaba “digerir” lo que había leído para contaros lo que me ha parecido, así que, a pesar de que me resulta muy complicado, allá vamos…

¿Habéis oído hablar del terror cósmico o lovecraftiano? En mi caso, lo conocía, pero nunca había leído nada de este subgénero así que cuando leí la sinopsis de esta novela decidí que había llegado el momento de darle una oportunidad.

En Naturaleza muerta, acompañamos a Claudia Carbonel, la protagonista, mientras se instala en su nuevo hogar, la Finca Elisa. Allí los días son largos y su única compañía es Mao, un gato con el que mantiene conversaciones, sí habéis leído bien: Claudia habla con Mao, y lo más sorprendente es que él la responde en castellano. Esto me resultó extraño al principio, pero después de leer todo el libro creo que es lo menos insual porque pasan cosas muy extrañas e inexplicables en esta novela, aunque no entraré en detalles para no destriparos la historia.

En mi opinión uno de los puntos positivos de esta novela es la brevedad de sus capítulos, lo cual hace que la lectura sea ligera y menos mal, porque si no, dudo que hubiera podido terminar su lectura.

La trama en mi opinión es muy rara y no ha logrado engancharme en ningún momento. Cuando ya había leído prácticamente la mitad del libro pensé que el libro se encaminaba, pero fue una falsa ilusión.

En cuanto los personajes, son poquitos los que aparecen en la novela, el ochenta por ciento del tiempo se centra en Claudia y Mao y en el tiempo restante aparecen los vecinos, unos seres muy peculiares por decirlo de alguna manera.

¿Y sobre el final qué os puedo contar? Que me ha resultado una paranoia con poco sentido y poco más puedo añadir al respecto.

Aún así, en mi opinión, tiene un punto positivo y es la atmósfera que crea el autor, he compartido el miedo y la inquietud de la protagonista sobre todo cuando la noche se acercaba en el pantano.

Como digo siempre, cada lector tiene sus gustos, aunque yo no haya disfrutado de esta historia puede que a ti te apasione así que si tienes ganas de leerla no te eches a atrás por leer mi reseña.

La publicidad de la contraportada ya nos avisa: una mujer que huye de todo, una casa aislada junto al pantano y la tensión que crece bajo el agua. de acuerdo con las tres, aunque con matices.
Claudia busca empezar una nueva vida y se muda a una finca en unos terrenos al lado de un pantano. Es una vida solitaria, centrada en su huerto y las labores del campo, que son la medicina que necesita para curar cuerpo y mente. Pero su nueva vecindad, que vive tan aislada como ella en esas tierras pantanosas, encierra secretos que son los que desencadenarán los hechos finales. Esa es la tensión que dicen que crece bajo el agua. El problema es que la tensión es tenue y el final algo precipitado. Y si lo que se busca aquí es terror... pues mejor ir pensando que vais a encontrar otra cosa.
Yo ya había leído la recopilación Ahora intenta dormir de Bueso y me había dejado muy buen sabor de boca. En Naturaleza Muerta el problema quizá sea intentar buscar un terror más o menos estandar y encontrar una narración que no se ajusta a lo que pensamos que vamos a encontrar. En mi caso eso mo ha supuesto gran problema, porque he disfrutado del relato del principio al fin, pero admito que me ha faltado un poco más de intensidad en algunos momentos, y eso que si sois fans del terror cósmico vais a disfrutar con ese final, tan fallero como lovecraftiamo.
Para mí lo mejor del libro es su protagonista, Claudia, que nos cuenta en primera persona su vida y sus pensamientos, sus ansias y su sufrimiento. Los diálogos entre ella y el gato Mao muy logrados. Y la descripción de sus brotes de enfermedad y dolor, eso sí puede ser lo que verdaderamente cause terror, porque es casi imposible no sentirse identificada con esa parte tan terrible de la vulnerabilidad humana.

31/3/24
Entrega del autor de Terror nacional de referencia.
Habla de una protagonista que deja el suelo urbano,y lo cambia por la vida rural.
Va viendo la mezcla entre lo urbano y lo que depara la vida rural,lo que le lleva el llevar una finca rural y encargarse del mantenimiento de toda una finca.
Va mezclando realidad y lo que al parecer no prevé que sea realidad.
Poco a poco va pensando que no todo es ireal y tiene más realidad que ficción.
Que los personajes son reales y que el sitio es especial comparado con los demás sitios.
Mezcla de géneros que al parecer no hace justicia con el autor de Terror, veremos que otras novelas sí están rondando el género .
Muy agusto con este género que irá mejorando según lea más del autor.
Me gustó mucho y espero repetir,recomendada la entrega y muchas gracias.

Que Emilio Bueso es uno de los autores de terror más interesantes que tenemos en España es algo que probablemente ya sepan. Sus historias no solo te atrapan y te inquietan sino que se quedan contigo mucho tiempo después de cerrar sus libros. La capacidad que tiene para que nos sumerjamos en sus escenarios de pesadilla y nos creamos a sus personajes, hace que sea casi imposible terminar una de sus novelas sin sentir que te estaban dando una paliza emocional. O que un poco de tu cordura se quedó entre las páginas mientras leías. Precisamente eso es lo que logra con su nueva novela: Naturaleza muerta. Que acaba de ser publicada por Ediciones B y que nos da material para toda una existencia de sueños angustiosos.

«Y así es como me quedo a solas por primera vez en Finca Elisa. Con mis cuatro maletas, mis dos docenas de gatos asilvestrados, mi espantoso espantapájaros y mi ejército de demonios interiores».

El libro nos cuenta la historia de Claudia Carbonel, una ingeniera agrónoma de cuarenta y tantos años que quiere dejar atrás su vida en Madrid y se muda a una finca en el pantano valenciano. Allí espera superar su doloroso divorcio. El estrés y la ansiedad de un trabajo en el que se sentía estancada y menospreciada. Aunque quizás lo que realmente deseaba al mudarse en medio de la nada era desengancharse de todos los fármacos que tanto su angustiosa existencia como la fibromialgia la obligaban a tomar. La lista de drogas que nuestra protagonista tomaba cada día con el fin de aguantar esa existencia no era corta. La primera noche hace inventario de sus dolencias y los medicamentos que usaba para tratarlas, es un listado tan real como doloroso.

Claudia no tiene un plan B. Invirtió todos sus ahorros para comprar la finca en ese pantano, dejó la ciudad y su antigua existencia solo con cuatro maletas. Ella espera que la vida en la alquería, dedicada a sus huertos y en compañía únicamente de una legión de gatos que vivían ya en la finca la ayuden a sanar. Ansía que el cambio de dieta y el ejercicio físico le permitan vivir sin depender de las drogas. Lo que nuestra protagonista no puede ni imaginar es que ese pantano y sus fuegos fatuos esconden secretos que es mejor no descubrir. Entidades a las que es preferible no perturbar.

«―Este pantano te tragará. Se te llevará consigo en cuanto llamemos al gusano».

A modo de entradas de diario, veremos la manera en la que nuestra protagonista se adapta paso a paso a su nueva vida. A los ritmos de la huerta. Trata de salvar los cultivos del antiguo dueño (mientras intenta descubrir la forma en la que murió). Observaremos la manera en la que se acostumbra a la soledad. A temer salir por la noche porque todo el mundo afirma que es peligroso abandonar la seguridad de la finca cuando cae la noche. Aunque quizás lo más inquietante sea conocer a los otros inadaptados que habitan el pantano. Personas que al igual que ella parecen haber fracasado en la vida en la ciudad y encuentran en esos terrenos llenos de aguas estancadas su hogar. Personajes tan siniestros como el ruso lleno de tatuajes que afirma ser un brujo, y que se rodea de personajes (cada uno más inquietante que el anterior) a quienes llama sus larvas.

Así, lo que empieza como una segunda oportunidad para una mujer a la que la vida no ha tratado demasiado bien, se convierte en una pesadilla en la que la línea que divide la realidad de lo imposible se desdibuja continuamente. Con una narradora que sabemos desde las primeras páginas que no es demasiado fiable, cuyo principal interlocutor es un gato negro que podría ser el gato de Baba Yaga (sí, la bruja del folclore eslavo) y que lee justo antes de dormir un libro de un extraño culto dedicado a un gusano (el tipo de secta que tienen que descubrir por ustedes mismos).

«Hay puntos de la realidad en los que se unen las maldiciones del cielo con las del suelo y se acumulan las fulguritas y se acercan las tempestades, y tú te has instalado en el peor de todos».

Pantanos, gusanos, fuegos fatuos, pesadillas, brujas, cultos, segundas oportunidades, llaves, tormentas… Naturaleza muerta, de Emilio Bueso es una novela que te atrapa desde la primera página, aunque al principio todo parezca muy mundano y poco terrorífico (o precisamente por eso). Que crea un mundo inquietante, un reflejo de la España vaciada que se convierte en un asilo de almas. Y que se junta con un universo de pesadillas y horrores cósmicos, de manera que no puedes saber si existen límites entre un mundo y el otro. Y que tiene el tipo de final que te explota la cabeza y que te hace replantearte todo lo que has leído. Que te deja casi tantas preguntas como respuestas, pero que se disfruta en cada paso del camino. Si aún no han leído lo nuevo de Bueso no duden en darle una oportunidad.

¿Han leído Naturaleza muerta? ¿Les llama la atención?
Enlace: https://inthenevernever.blog..