Naturaleza muerta

A veces, la vida nos coloca tantas piedras en el camino que dan ganas de abandonarlo todo y empezar de cero. Y eso es precisamente lo que hace Claudia: dejar atrás su antigua vida para vivir en su nueva casa de campo junto un pantano valenciano. Allí, rodeada de dos docenas de gatos y bajo la atenta mirada de un espantapájaros muy peculiar buscará la tranquilidad que tanto anhela.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, las turbias aguas del pantano esconden oscuros e inquietantes secretos…

Hace dos semanas que leí esta historia y no he escrito antes la reseña porque necesitaba “digerir” lo que había leído para contaros lo que me ha parecido, así que, a pesar de que me resulta muy complicado, allá vamos…

¿Habéis oído hablar del terror cósmico o lovecraftiano? En mi caso, lo conocía, pero nunca había leído nada de este subgénero así que cuando leí la sinopsis de esta novela decidí que había llegado el momento de darle una oportunidad.

En Naturaleza muerta, acompañamos a Claudia Carbonel, la protagonista, mientras se instala en su nuevo hogar, la Finca Elisa. Allí los días son largos y su única compañía es Mao, un gato con el que mantiene conversaciones, sí habéis leído bien: Claudia habla con Mao, y lo más sorprendente es que él la responde en castellano. Esto me resultó extraño al principio, pero después de leer todo el libro creo que es lo menos insual porque pasan cosas muy extrañas e inexplicables en esta novela, aunque no entraré en detalles para no destriparos la historia.

En mi opinión uno de los puntos positivos de esta novela es la brevedad de sus capítulos, lo cual hace que la lectura sea ligera y menos mal, porque si no, dudo que hubiera podido terminar su lectura.

La trama en mi opinión es muy rara y no ha logrado engancharme en ningún momento. Cuando ya había leído prácticamente la mitad del libro pensé que el libro se encaminaba, pero fue una falsa ilusión.

En cuanto los personajes, son poquitos los que aparecen en la novela, el ochenta por ciento del tiempo se centra en Claudia y Mao y en el tiempo restante aparecen los vecinos, unos seres muy peculiares por decirlo de alguna manera.

¿Y sobre el final qué os puedo contar? Que me ha resultado una paranoia con poco sentido y poco más puedo añadir al respecto.

Aún así, en mi opinión, tiene un punto positivo y es la atmósfera que crea el autor, he compartido el miedo y la inquietud de la protagonista sobre todo cuando la noche se acercaba en el pantano.

Como digo siempre, cada lector tiene sus gustos, aunque yo no haya disfrutado de esta historia puede que a ti te apasione así que si tienes ganas de leerla no te eches a atrás por leer mi reseña.