Naturaleza muerta

Que es terapéutico. Y algo terapéutico tiene que ser como mil veces gigapéutico, dice Alexa.

La inteligencia artificial no puede competir con la estupidez natural, dicen.

El monstruo me ha pillado sin paliativos y ha venido cabalgando una pesadilla atroz, de la que yo solo recuerdo una profunda angustia. Para más inri, se ha traído de segundos de a bordo una ansiedad de infarto y un agotamiento fisico que ni arando caballones en el patatal me habría derrengado tanto. Estoy exhausta, muerta de miedo y, al principio del primer asalto, solo consigo gañir y explorar los centros neurálgicos de mi neuralgia, tan colapsados.

-Perdemos el culo yendo tras putos espejismos, relumbrones de vanidad y postureo, hasta fracasar miserablemente, para al fin acabar dando con nuestros huesos en el sitio donde bailan los fuegos fatuos. La vida nos manda sarcástica al asilo.

- pero tampoco te enciendas, que tú misma has empezado diciendo que al final ha sido para bien.
- dentro del mal, Claudia, dentro del p*** mal.

Y así es como me quedo a solas por primera vez en Finca Elisa. Con mis cuatro maletas, mis dos docenas de gatos asilvestrados, mi espantoso espantapájaros y mi ejército de demonios interiores.

―Este pantano te tragará. Se te llevará consigo en cuanto llamemos al gusano.

Hay puntos de la realidad en los que se unen las maldiciones del cielo con las del suelo y se acumulan las fulguritas y se acercan las tempestades, y tú te has instalado en el peor de todos.