La turba lucía gorros verdes aquel día, que después cambiaron por otros rojos, azules y blancos, los colores de los republicanos del duque de Orléans. Las calles permanecieron tomadas por la turba hasta bien entrada la noche; lls guardias alzados en armas y todos cuantos habían tomado parte en el asalto a la Bastilla estaban salvajemente borrachos y arrastraban por las calles, a la luz de las tétricas antorchas de la masa, cuerpos decapitados.
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