En todo clima el corazón de la mujer es tierra fértil en afectos generosos. Ellas en cualquier circunstancia de la vida saben, como la Samaritana, prodigar el óleo y el vino
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En todo clima el corazón de la mujer es tierra fértil en afectos generosos. Ellas en cualquier circunstancia de la vida saben, como la Samaritana, prodigar el óleo y el vino
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Pero un ángel, su querida, siempre a su lado velaba, y el espíritu y la vida que su alma heroica anidaba, le infundía, al parecer, con miradas cariñosas, voces del alma profundas, que debieran ser eternas; y aquellas palabras tiernas, o armonías misteriosas, que solo manan fecundas del labio de la mujer. |
¡Cuántas, cuántas maravillas, sublimes y a par sencillas, sembró la fecunda mano de Dios allí! ¡Cuánto arcano que no es dado al vulgo ver! La humilde yerba, el insecto, la aura aromática y pura; el silencio, el triste aspecto de la grandiosa llanura, el pálido anochecer. |
Gregorio Samsa es un ...