—Jamie…—susurré. —¿ Qué? Lo miré más allá de los ojos.—Gracias. Se detuvo en medio de la multitud, como siempre contrariado por mi agradecimiento.—¿ Por qué?—Por dejarme enloquecer cerca de tu cordura |
—Jamie…—susurré. —¿ Qué? Lo miré más allá de los ojos.—Gracias. Se detuvo en medio de la multitud, como siempre contrariado por mi agradecimiento.—¿ Por qué?—Por dejarme enloquecer cerca de tu cordura |
El amor de verdad te deja ir y quizá, solo quizá, se queda velando por ti en esa vida partida, en una ciudad extraña, en las decisiones correctas y equivocadas, y en el nombre, que susurra historias de todos y de nadie
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Manolito ...