Se inclinó, la besó y, mientras Bella cerraba los ojos sucumbiendo a la magia del beso, el mundo se desvaneció hasta que pareció que sólo existían ellos dos, atrapados en una historia tan antigua como el tiempo.
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Se inclinó, la besó y, mientras Bella cerraba los ojos sucumbiendo a la magia del beso, el mundo se desvaneció hasta que pareció que sólo existían ellos dos, atrapados en una historia tan antigua como el tiempo.
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En realidad, no tenía demasiado en común con los demás. Y, si era sincera, le gustaba más leer que los cotilleos, le encantaba viajar a tierras lejanas y vivir aventuras asombrosas, aunque sólo fuera en las páginas de sus libros favoritos.
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Sin embargo, quedaba una briza de esperanza: la rosa que le había ofrecido al príncipe estaba encantada. Si éste aprendía a querer a alguien y lograba ser correspondido antes de que cayera el último pétalo, se rompería el hechizo. Si no, entaría condenado a ser una bestia para siempre.
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Ante ella tenía lo más bonito que había visto nunca: una biblioteca.
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No deberíais dejaros engañar por las apariencias, la belleza está en el interior.
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Hasta ahora le hemos querido a pesar de cómo era, pero desde que llegó esa muchacha le queremos por cómo es.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?