Siempre fuiste tú

Un amor inesperado por largo tiempo ansiado fruto del más puro anhelo.

Emily Delevigne con Siempre fuiste tú nos ofrece una breve historia, sencilla y fresca, con un bello y tierno romance que atesorar y recordar por siempre.

Abbey lleva años suspirando por el mejor amigo de su hermano y aunque éste nunca se ha fijado en ella no desiste en que algún día se dé cuenta de sus sentimientos, no obstante, el tiempo pasa y su corazón empieza a aceptar lo que todos saben ofreciéndole la oportunidad de fijarse en alguien inesperado. de esta forma, Will, tras tiempo enamorado de un imposible empezará a tener esperanzas de que sus sentimientos serán correspondidos, comenzando un juego de insinuaciones, donde los roces y las conversaciones dejarán claro a nuestra heroína quien es el verdadero dueño de su corazón, el cual, con dulzura y hermosos detalles se ha convertido en una constante en su vida. Así pues, la verdad saldrá a la luz ofreciéndole a Abbey el amor que siempre ha buscado y a Will la mujer con la que no ha dejado de soñar, un final de cuento para un romance de ensueño.

Emily Delevigne nos regala una corta historia donde nos cuenta un amor no correspondido, un romance que nos ofrece desilusión, desamor, persistencia y mucho amor, sentimientos que pelearán por hacerse ver descubriéndoles la mayor de las alegrías. Asimismo, pese a las pocas páginas que encuentras en la novela, la transmisión de emociones es notable, fluyen con claridad, un breve relato destinado a dar esperanzas a aquellos que buscan el amor verdadero. Por lo tanto, Will con su cabezonería demostrará a nuestra protagonista lo que significa ser amada por aquel que piensa todos los días de su vida en ella. Así pues, nos encontramos con una novela destinada a una lectura sencilla y adictiva, ideal para intercalar entre otras más densas que te harán imposible no enamorarte de una historia sin muchas pretensiones, pero con fuertes y puros sentimientos, por lo que animaros con este libro que tantos buenos momentos puede ofreceros.

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Una novela cortita, de sólo 98 páginas, que aborda la historia de Abbey y Will. Se lee bastante rápido y tiene el cliché de 'se enamora del mejor amigo de su hermano'.

Me ha faltado un poco de profundidad en la historia y el final me ha parecido súper precipitado pero, aún así, la historia está bien y la recomiendo para una tarde de desconexión.

Una novela corta que se devora en nada y entra sola.
Will me ha encantado y es un protagonista con mucho potencial. Abbey tiene su qué, pero me ha faltado un poco entenderla y que no fuese tan de repente todo.
Va todo demasiado deprisa y a veces cuesta hacerse a la idea de que pueda ser real, pero realmente su lectura es amena y se hace bien para una ligera.