Es lo que tú escribes y lo que yo entiendo: en cierto modo las dos cosas me ayudan a imaginarme a un hombre que podría existir en realidad.
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Es lo que tú escribes y lo que yo entiendo: en cierto modo las dos cosas me ayudan a imaginarme a un hombre que podría existir en realidad.
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Pienso en ti todo el tiempo. Ocupas unos milímetros cuadrados de mi cerebro (o de mi cerebelo, o de mi hipófisis, no tengo idea de con qué parte del cerebro se piensa en alguien como tú). Te has establecido allí definitivamente. No sé si eres como el que escribe. Pero con que fueras sólo una parte de él, ya serías muy especial.
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(...) hasta cierto punto uno sólo puede pedirle a los demás que sean lo que es uno: un montón de caprichos, un cúmulo de dudas de sí mismo, una combinación de divergencias.
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En la «vida real», si quieres que las cosas salgan bien, si quieres resistir, debes pactar continuamente con tu emotividad: ante TAL COSA no puedo reaccionar de forma exagerada, TAL OTRA tengo que aceptarla, respecto a TAL OTRA debo hacer la vista gorda. Uno adapta sus sentimientos al entorno sin descanso, es indulgente con quienes ama, asume cientos de pequeños roles cotidianos, hace equilibrios, compensa, sopesa para no poner en peligro toda la estructura, pues uno mismo forma parte de ella.
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No quiero ser víctima de tu odio preventivo, fundado en ideas confusas y abstrusas asociaciones de tu cerebro minado por la desconfianza.
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Cuando estás sobrio, siempre te esfuerzas desesperadamente por no ser ese Leo que surge de un modo espontáneo en estado de embriaguez.
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¿Aún estás pensando cómo explicarte tus mensajes nocturnos a ti y, sobre todo, A MÍ? No hace falta. Me pareció bonito lo que sin querer me escribiste, es más, me pareció muy bonito.
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Me encantaría besarte. Me da igual qué aspecto tengas. Me he enamorado de tus palabras. Puedes escribir lo que te apetezca.
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Escribir es como besar, pero sin labios. Escribir es besar con la mente.
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Hemos hecho una pausa de tres días en los mensajes. Ya podríamos ir retomándolos, me parece. Espero que tengas un buen día de trabajo. Pienso mucho en ti, temprano por la mañana, al mediodía, por la tarde, por la noche, en los intervalos, un rato antes y un rato después de cada intervalo. Y también durante.
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¿Qué medida tomó el profesor Snape para proteger la Piedra Filosofal?