Contra el viento del norte

Pero la música es vida, mientras suene nada muere para siempre.

Usted no es concreto, (...), no es tangible, no es real, es tan sólo una fantasía (...), ilusión de dicha infinita de los sentimientos, éxtasis apartado de la realidad, una utopía de amor hecha de letras.

Tú no eres para mí un amigo normal. Significas mucho, mucho más para mí. Eres para mí. Eres. Eres. Eres el que responde a mis preguntas no formuladas: sí, me siento sola, y por eso te escribo.

No podemos vivir lo que escribimos. No podemos reemplazar las numerosas imágenes que nos formamos el uno del otro.

—No reduzcas siempre nuestra relación al hecho de que dormimos juntos mentalmente de vez en cuando.
(...)
—¿Tú has dormido conmigo mentalmente de vez en cuando? Es la primera noticia que tengo. Pero suena bien.

Pues el entusiasmo presupone mirarse a los ojos al menos una vez.

Tienes que volver a enamorarte. Sólo entonces sabrás lo que ha estado faltándote todo este tiempo. La intimidad no es la interrupción de la distancia, sino su superación. La pasión no es la falta de perfección, sino un continuo encaminarse y aferrarse a ella.

No puedo. No puedo hablarte de este mundo. Jamás podrás formar parte de él. Es demasiado compacto. Es una fortaleza. No puede ser conquistada, no admite intrusos, es hermética.

(...)¡haz el favor de no volver a odiarme nunca preventivamente! No lo soporto.

Soy una persona que necesita partir de lo peor para desarrollar fuerzas suficientes para soportarlo luego si resulta cierto.