El chico que se comió el universo

¡Que novela! Quisiera decirles que no necesitan nada para animarse a leerla, que deben hacerlo y ¡ya! Siento que nada de lo que les diga le podría hacer justicia a esta historia, pero voy a intentar hacerlo lo mejor posible.

El chico que se comió el universo es una novela COMPLETA, con una historia a la que no le vas a poner ningún “pero”, no vas a sentir que le haya hecho falta nada, absolutamente nada. Es una historia tan integra que todo el tiempo te mantiene enganchado, es de esas historias que te pueden llevar por un camino y otro pero en todos, absolutamente todos, te mantiene completamente embelesado.

Debo confesarles que al ver el volumen del libro me intimido un poco, pero al ir iniciando la lectura te das cuenta que cada página vale la pena, que cada página y cada párrafo son completamente necesarios y no sientes un solo declive donde te aburras. Es totalmente cierto cuando dicen que en esta novela puedes encontrar frases que te harán reír y llorar al mismo tiempo, puedes estar esbozando una sonrisa y a la vez tener un nudo en la garganta, es algo increíble.

Pero ¿de qué va la historia?, en El chico que se comió el universo nos encontraremos con la vida de Eli Bell y todo lo que lo rodea. Es a través de su voz, la de un chico de 12 años sumamente inteligente y perspicaz, que vamos conociendo a su familia disfuncional y a su niñero tan peculiar, Slim Halliday "el Houdini de Boggo Road", un ex convicto que tuvo la osadía de huir de la cárcel en varias ocasiones y lo llevo a convertirse en una leyenda dentro y fuera de las rejas.

Eli tiene interés en las letras y es gracias a la recomendación de Slim que comienza a escribirle cartas a Alex Bermúdez, un preso que no recibe cartas de su familia. A los presos les gusta que les relaten los acontecimientos con detalles y son precisamente esos detalles con los que está narrada la novela que transportan al lector al día a día del chico y te hacen sentir una gran empatía, un deseo de darle un abrazo a él o a su hermano August, quien es apenas mayor que nuestro protagonista pero que desde los 6 años decidió dejar de hablar.

Todos los personajes son sumamente interesantes y entrañables, inclusive los que se podría decir que son "los malos" nos muestran ese lado humano, esa ambivalencia que todos llegamos a tener y te hace saber que nadie es completamente malo o completamente bueno y es por eso que es muy difícil no encariñarse con más de alguno de los personajes. Pero a mi Eli me llego al corazón desde un principio, ese niño tan inteligente, con una resiliencia envidiable que hace todo por su madre y su hermano ¡lo ame!.

En resumen, una historia con una prosa inigualable y una historia que nos muestra que no importa que tan malo este todo a nuestro alrededor, todo es más llevadero cuando se tiene a un hermano como August.

Hay muchos libros maravillosos, impactantes, brutales, verdaderas joyas literarias, libros que marcan a los lectores, que los transforman, que se quedan en la mente y el corazón de quien los lee, que se unen a la lista de favoritos de las personas y que se convierten en una recomendación constante, y para mi ese es el caso de El chico que se comió el universo de Trent Dalton editado por HarperCollins.

Antes de leerlo ya había leído muchos comentarios muy positivos sobre este libro, lo recomendaban ampliamente y contaba con críticas muy buenas, y ahora, después de leerlo puedo decirles que todas esas buenas calificaciones le hacen justicia, no solo cumplió con mis expectativas, sino que se ha convertido en uno de mis libros favoritos de la vida, así de bueno es, de hoy en delante será una historia que recomiende hasta el cansancio.

La historia de Eli Bell, su hermano August y su amigo Slim es distinta a todo lo que pudieras haber leído anteriormente, esta es una novela que tiene de todo, es muy cruda por momentos, incluso con pasajes crueles, pero también es emotiva, muy emocional, incluso tierna, cambia constantemente y con una velocidad trepidante, montando al lector en una rueda de la fortuna de sentimientos y emociones sin igual.

Eli Bell y su hermano August son dos chicos bastante peculiares, muy diferentes a los demás, pero eso precisamente los hace especiales, además les toca vivir una vida que cualquiera de nosotros podemos etiquetar como injusta y muy complicada, con un padre los había abandonado años atrás y con una mama que es drogadicta y que se involucra con un traficante de droga, abandonando prácticamente a sus hijos y dejándolos a la deriva, a tener que cuidarse solos y el uno al otro. Hasta aquí podrán decir que parece una historia ya muchas veces contada, pero que tal si les digo que Eli Bell entabla una entrañable amistad con Slim, un ex convicto condenado por asesinato, aquí ya la cosa es distinta ¿cierto?, esta amistad es uno de los pilares de la vida de Eli, lo marca para siempre, Slim funge como una especie de maestro de la vida para Eli, termina siendo como un modelo a seguir, así es, pero esto responde a que Eli termina descubriendo el mejor lado de Slim, lo descubre como un hombre bueno, porque después de todo, todos tenemos algo bueno y algo malo dentro nuestro.

Por otro lado, la relación entre hermanos, entre Eli y August, siempre unidos siempre juntos, una relación también muy peculiar porque August no habla, decidió no hablar desde un evento traumático ocurrido con su padre cuando eran más pequeños. August escribe en el aire, con su dedo, es la forma en cómo se comunica con Eli, quien termino por entender esta forma de hablar. August es el mayor por lo que siempre ha cuidado y protegido a Eli. Ambos son muy inteligentes y ven la vida diferente a como la vemos los demás, August es muy analítico, muy observador y eso le permite siempre estar un paso adelante, mientras que Eli ve el color de las cosas, de las personas, de los sucesos, de la vida misma.

El chico que se comió el universo es una novela con personajes fuertes, inteligentes, y bien definidos, la historia de cada uno de ellos suma a la trama de esta novela, ninguno está de más, todos aportan a este bombardeo contante al que el lector es sometido conforme avanza en sus páginas, odiaras a algunos, sentirás empatía por otros, te enamoraras de alguno y sentirás ternura por más de uno. Se trata del típico libro que no te deja ser indiferente y con el que más de alguno se sentirá identificado o conectado alguna u otra forma.

Su lectura es ágil, es trepidante, lo inicias y no puedes parar hasta que lo terminas, incluso cuando los ojos se te humedecen o el corazón se te apachurra quieres seguir leyendo y cuando lo terminas desearas mantener a Eli y a August en tu vida.

Por ultimo quiero comentar que si todo esto no te ha convencido de leerlo entonces permíteme decirte que, lo que más encontraras en las páginas de El chico que se comió el universo son lecciones de vida, se trata de un libro lleno de consejos que a la mayoría de nosotros nos serán de utilidad.

Es un libro que recomendare hasta la eternidad, algo que ya empecé a hacer y que ya he podido confirmar que a todo aquel que lo lea le encantara, para muestra está mi amiga Vianey del blog Mi Tijuana lectora, tuve oportunidad de regalarle el audiolibro y ha causado en ella el mismo impacto que en mí, búsquenlo, cómprenlo, léanlo y me platican como les va con él.
Enlace: http://www.papalector.com/20..

Eli es un chico de doce años, con un hermano que ha decidido no volver a hablar y escribe las palabras en el aire, con una madre drogadicta, un padre que se fue de casa, un padrastro que se dedica a trapichear con droga para salir adelante y que tiene como canguro a uno de los ex presidiarios más famosos de Australia.
Por si su vida no fuera lo suficientemente complicada, se cruzará con uno de los más peligrosos traficantes de droga de la zona.
El chico que se comió el universo es la historia, contada en primera persona, de un chico de doce años, por más que las experiencias que tiene que vivir le hagan ser mucho más maduro

Esta novela viene avalada desde Australia por un montón de buenas criticas y por el apoyo del público que la ha convertido en un éxito de ventas. Antes de comenzar a leerla, me preguntaba cuánto había de verdad en ello y cuánto de propaganda editorial. Además, bien pudiera ser que el gusto australiano no tuviera nada que ver con el mío.
Pero una vez terminada la novela, entiendo muy bien el por qué de ese éxito. El chico que se comió el universo es una novela cargada de emotividad, de sentimientos, capaz de convertir una historia muy dura, en algo cargado de poesía gracias a la visión de ese niño capaz de ver el bien en cualquier ser. O por lo menos de intentarlo y no cejar en el empeño.
Un niño al que vemos crecer a lo largo de la novela y desarrollarse a medida que crecen sus problemas, capaz de cualquier cosa por aquellos a los que quiere. Alguien cargado de ternura que nos hará sufrir y gozar con él, que nos emocionará y que nos invitará a soñar con un mundo mejor. No en vano, gracias a su ilusión y arrojo, se convirtió en el chico que se comió el universo.

Tengo que reconocer que el principio de la novela, hasta que me centré en quién era quién, me costó un tanto, pero que una vez superadas las primeras cincuenta páginas (una dificultad que pudo ser solo mía, que a veces me cuesta arrancar o concentrarme con un libro), me atrapo de tal manera que es desde luego una de esas novelas que me va a costar olvidar.

Una novela muy recomendable y sobre todo, muy diferente a lo que al panorama literario suele ofrecernos. No te la pierdas.
Enlace: https://www.elbuhoentrelibro..

Comienzo diciendo que se trata de un libro de casi 500 páginas que no se hace para nada largo. En esta novela conoceremos a Eli Bell, un joven que vive con su hermano August, su madre y la pareja de ésta, Lyle. Pero su familia no es una familia corriente, su hermano no habla después de un trauma y se dedica a dibujar palabras en el aire que Eli sabe descifrar; y su madre y su padrastro pasan de ser drogadictos a traficantes de droga, lo que hará que la vida del joven Eli pase por momentos duros a lo largo de su adolescencia. La cercanía de Eli a Slim, un hombre que ha pasado gran parte de su vida en la cárcel y escapando de ella; el odio del chico al traficante Tytus Broz, la reconciliación con su padre y su sueño de ser periodista, nos acompañarán a lo largo de su historia.

A pesar de ser una historia dramática,y sintiendo a través del protagonista, la frustración, el dolor, la tristeza, el odio, el miedo e incluso la venganza. También tiene espacio para el sentido del humor, los buenos sentimientos, ya sean por los lazos familiares, las relaciones de amistad o del primer amor y sobre todo la ternura que despierta el protagonista al que vemos crecer en la novela pasando de ser un niño inocente y aparentemente frágil a un adolescente decidido a luchar por los que verdaderamente quiere.

Una novela que no te deja indiferente y que capta tu atención desde el principio. Una novela contundente, con una trama interesante y unos personajes fantásticos y bien construidos.

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