Pequeño, grande

Pequeño, grande es una obra compleja que nos cuenta la peculiar historia de varias generaciones de una misma familia. Comienza con el viaje a pie de Smoky Barnable, a través de estados y ciudades que se suponen son Estados Unidos, hasta un lugar llamado Edgewood con la intención de casarse con Daily Alice, tal y como le han profetizado. Edgewood se presenta como un lugar (una casa) único, epicentro de un mundo mágico y misterioso, donde la familia ha vivido durante generaciones y dónde cada uno ha desarrollado diferentes habilidades especiales, todas relacionadas con ese mundo habitado por hadas que ha marcado la vida de todos sus habitantes. Este es un mundo que me ha recordado mucho al realismo mágico sudamericano, con el que tiene muchos puntos en común, aunque se ve que es propiamente norteamericano. Toda esta historia familiar se mezcla también con una especie de distopía que nos presenta un país azotado por la depresión económica, con ciudades sumidas en el caos y con la sombra de un tirano que pretende hacerse con el poder. Como veis, elementos de sobra para hacer de esta una lectura tremendamente interesante.
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La lectura ha sido muy interesante pero también un poco complicada. Se tiene la sensación de recibir una cantidad de información tal que a veces es dificil procesarla. Es densa, requiere una lectura pausada para poder entenderla; y no ayuda la ambigüedad del espacio-tiempo que recorre toda la obra, ni la riqueza descriptiva de la prosa, hermosa y delicada pero con un punto irritante y que se recomienda digerir poco a poco. Tengo que decir que me ha costado leerla pero, a la vez, no podía dejarla. Tiene el magnetismo de lo onírico y lo precioso, el sabor del viaje que deja huella.