Café hasta la muerte

¡Hola lectores!
Qué tienen estas novelas que se devoran, y es que son ideales para una tarde de lectura acompañados por un buen café.

En este caso les traigo la reseña de la segunda entrega de la serie Coffee Lovers Club, ambientada en nuestra cafetería preferida, el Village Blend en la ciudad de Nueva York. Una cafetería muy cuqui y con un estilo vintage y algo bohemio, regentada por Clare Cosi, una mujer muy espabilada y con altas dosis de deducción, que prepara unos cafés de muerte.
Pero literal, porque resulta que varias clientes habituales de la cafetería están muriendo misteriosamente.

La policía cree que se trata de suicidios, pero para el teniente Quinn no está la cosa clara, sospecha que un asesino anda suelto y que encima es un hombre que la propia Clare ha conocido en una web de citas.
Continúa esa atracción entre el frío y distante teniente Quinn y Claire, que piensa que su nuevo rollo no es ningún asesino, imposible, si es el hombre perfecto, y que son solo celos por parte del teniente. No le quedará más remedio que investigar por su cuenta y riesgo para demostrar su inocencia.

Esta es una historia que continúa con la ambientación ideal de la novela anterior y que además hace un recorrido por la historia y la cultura de la ciudad de Nueva York que resulta una delicia. Y también descubriremos nuevas curiosidades del mundo del café, así como nuevas recetas que encontraremos, al igual que en la novela anterior, al final del libro.

La relación entre Claire, su exmarido y el teniente sigue su curso y me ha gustado mucho ver cómo va evolucionando y además con este nuevo pretendiente que viene a añadir más tensión.

Una historia que es igual o más buena que la anterior y que cuenta con un giro final y un culpable que no me vi venir para nada.

Sin duda, maravillosa novela que recomiendo mucho si buscas un buen misterio y que además cuenta con buenas dosis de ironía y de humor, pero también mucho drama. Deseando leer más novelas de esta serie.

¿Nos vemos en el Village Blend?