—Alabaster Snowball es el elfo encargado de la lista de regalos, e informa a Santa de si nos hemos portado bien, pero Bushy está a cargo de todos los juguetes. Mejor no enfadarlos.
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—Alabaster Snowball es el elfo encargado de la lista de regalos, e informa a Santa de si nos hemos portado bien, pero Bushy está a cargo de todos los juguetes. Mejor no enfadarlos.
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Y aprendí que la Navidad, además de buenos momentos, también trae el recuerdo de los que ya no estan, y a los que echas de menos siempre, pero, sobre todo, en esas fechas.
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La necesidad de demostrar lo que dos cobardes eran incapaces de verbalizar por temor a perderlo todo, porque preferían una cuenta atrás traicionera a la indiferencia impostada.
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—Cuento contigo para el belén de este año. Y nada de llegar tarde, o te adjudico el caganer del último turno.
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—Es que era imposible que hiciesen algo normal.
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No. Martín no le gustaba. De Martín se había enamorado sin apenas darse cuenta. Hizo un cálculo rápido para asegurarse del dato, cómo no. Resultado: margen de error, cero.
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Y mientras Ryan y Martín permanecían ocupados comunicándose con la mirada, José dio media vuelta con una sonrisa espléndida en los labios. «Esos pequeños detalles… El guiri es para mi Martín».
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—Bien. Pero en esta casa no se cena pavo, ni se bebe ponche o se come tarta de manzana. Ni mucho menos vamos a cubrir la fachada de luces, como si esto, en lugar de una casa de bien, fuese un puticlub. Aquí somos de sopa de galets y de pelota y butifarra. De turrones, mantecados y hojaldres. Y de barquillos, esos que no falten. ¿Estamos? —Martín y Ryan asintieron con determinación—. Vamos a ver qué diablos nos has comprado, muchacho.
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¿Qué tipo de trauma sufrirían los españoles con las heces para que estuviesen tan presentes en las fiestas navideñas?
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Si Ryan ya había flipado con el árbol artificial, cuando, después de la cena, Milagros trajo un leño con patas, cara, ojos, nariz, boca y provisto de una gorra roja con una banda negra en la parte inferior, y todos empezaron a darle palos para que cagase, le saltaron los plomos.
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Gregorio Samsa es un ...