Confesiones de una criada

Franni Langton es una criada mulata que nació y creció en una gran plantación en Jamaica. Siendo ya joven viaja a Londres, donde su amo la regala a un reputado científico y a su excéntrica esposa francesa, con la que Franni establece una relación muy especial.
El matrimonio es víctima de una terrible asesinato del que Franni es la principal sospechosa.
La prensa la considera ya un monstruo y los prejuicios raciales de la época no la ayudan. Sólo le queda alzar su voz y contar su vida, sus memorias, como única defensa.
Con numerosas declaraciones de testigos, anotaciones o notas de prensa, así como la narración de nuestra propia protagonista iremos conociendo su vida y sus circunstancias. Desde su niñez en Jamaica y los atroces experimentos de su antiguo amo, a su vida en Londres y su relación con la señora de la casa.
Una vida que nos muestra cómo eran las condiciones sociales de muchas mujeres en el siglo XIX. También trata cuestiones como la raza, el sexo, la ciencia o la clase social, así como el esclavismo en la época. Una cuestión que aunque aparentemente erradicada en aquel Londres civilizado del siglo XIX, lo cierto es que aún se traficaba con personas. Una sociedad empeñada en aparentar, reprimir y esconder todo lo que no resultaba apropiado bajo una apariencia de respetabilidad y unas gotas de láudano.
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es una historia magistralmente escrita, con una prosa que cautiva y la convierte en una magnífica novela de misterio que no puedes parar de leer. La autora consigue incluso sembrar la duda sobre las declaraciones de la protagonista y crear en todo momento un halo de incertidumbre.
También quiero destacar la capacidad de la autora de mostrarnos la luz y la oscuridad de nuestra protagonista y la manera en la que permite que nos adentremos en sus pensamientos y emociones, haciendo que se conecte rápidamente con ella y dando veracidad a la historia, más allá de los meros datos o hechos históricos.
Una novela en la que nos adentramos en los claroscuros del alma humana y en la que nada es lo que parece.
Definitivamente un debut literario que me ha sorprendido bastante por lo diferente en la pluma de la autora, por la historia en sí, que muestra todos los matices de gris de la sociedad londinense de la época y por unos personajes tan complejos y elaborados. Una novela con tintes góticos que no puedo dejar de recomendar.

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Frannie Langton es mulata, bastarda, esclava, criada, amante, prostituta, adicta, ... y está siendo juzgada por el asesinato de dos personas. Pero ella no puede recordar nada de lo que ocurrió aquella noche.

Encarcelada a la espera del juicio escribe su historia desde que sus recuerdos se lo permiten en Paradise, la plantación de Jamaica donde nació. Nos contará el trato que recibía, un trato peculiar ya que la enseñaron a leer y escribir y eso no era lo normal y también nos contará lo que la obligaron a hacer...También contará cuando llegó con su amo Langton a Londres y fue regalada al matrimonio Benhan. Y todo lo que ocurrió a partir de entonces.

Una historia dura, una narración brillante, unas descripciones exquisitas unidas a una maravillososa ambientación y unos personajes femeninos inolvidables entre los que destaco a Frannie y Sal(aunque me hubiera gustado saber más de ella) hacen de este libro una lectura que me ha mantenido en vilo y a la expectativa de saber que ocurriría con Frannie.

La esclavitud, las injusticias, el amor imposible, el papel de la mujer en aquella época, los caprichos de las clases altas y las humillaciones a las que se ven sometidas las bajas son temas tratados a lo largo de la lectura hasta llegar a un final que aunque esperado me ha dejado 😥.

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La frase que da título a la novela no puede ser más reveladora de su contenido de lo que lo es. Como el mismo indica, a lo largo de esta novela conocemos la vida de una criada desde el momento en el que nace hasta el proceso judicial al que se ve sometida cuando es acusada de un doble asesinato.

En lo relativo a la temática, en esta novela se trata principalmente cómo es la vida de las criadas en el Londres del siglo XIX; pero no solo habla de eso, sino que también nos pone en la tesitura en la que se encontraban (y encuentran) muchas mujeres al vivir en un mundo de hombres y en una sociedad de clases. Esta situación de marginación y de inferioridad por motivo del sexo se veía claramente agravada por el color de piel y por su origen familiar. Junto a estas temáticas, la autora incluye otros temas tan importante como son la diversidad sexual, haciendo una especial referencia a las parejas entre mujeres; y las adicciones a sustancias estupefacientes.

En la novela hay tanto personajes masculinos como femeninos, sin embargo, son las mujeres las que tienen un especial protagonismo, siendo la propia narradora de la novela una mujer. Aunque suelo empatizar más fácilmente con personajes femeninos y fuertes como la protagonista, no he logrado hacerlo en gran medida con ninguna de ellas.

Aunque la premisa me ha parecido muy interesante: una criada mulata despierta junto a los cadáveres de dos europeos para los que trabaja y, a pesar de que no recuerda nada, es acusada de sus asesinatos; me ha faltado algo de ritmo, llegando a hacérseme en algunos momentos algo lenta. Igualmente, me habría gustado que el proceso judicial al que se ve sometida nuestra protagonista (Frannie Langton) tuviese un cariz más marcado y se hubiesen potenciado las intervenciones de las partes acusadora y acusada.

Por otra parte, la portada me ha parecido muy acertada y me ha permitido imaginarme el físico de Frannie. de ella tengo que destacar sus tonalidades violetas (supongo que un claro gesto al movimiento feminista) y el color y grafía elegidos para el título, pues denotan limpieza y sencillez o humildad. Continuando con la portada, valoro muy positivamente que el nombre de la autora esté escrito con una fuente inferior a la del título.

En cuanto al estilo de la autora, su forma de escribir no me ha parecido del todo ágil, llegando a utilizar ciertas estructuras gramaticales que la ralentizaban. No obstante, la novela está narrada de forma excelente y nos permite ubicarnos a la perfección en el ambiente y formar parte de la historia.

En definitiva, es una novela recomendable para quienes quieran acercarse a cómo era la vida de las criadas negras o mulatas en la Europa del siglo XIX, pero sin esperar descubrir algo especialmente revelador.

Esta es una de esas novelas que llegan a mis manos por sorpresa. Una de las que, probablemente por mí misma no me hubiera sentado a leer, pero que gracias a la oportunidad que me brindó la editorial decidí adentrarme en la aventura. Es necesario, muchas veces, salir de nuestra zona de confort, literariamente hablando también, porque solo de esa manera puedes descubrir historias que de una manera u otra te acaban marcando.

No quiero desvelar nada, absolutamente nada de la trama, porque así es como me he adentrado yo en esta historia y porque estoy segura que de haber sabido alguna de las cosas que me iba a encontrar el viaje no hubiera sido el mismo. Pero voy al lío, que me enrollo.

La narración es en primera persona, Frannie, nuestra protagonista nos va contando en forma de confesión todos los hechos que nos traen hasta el momento presente, empezando por el más lejano, en su Jamaica natal y acabando con el actual, en Londres. Esto ha hecho que, si bien haya habido partes que al ser contadas directamente con la voz de la protagonista me hayan llegado bastante, en otras el libro se me ha hecho algo lento. Sí que es verdad que es necesaria esta lentitud en diferentes momentos, pero que todos juntos se me han hecho un poco cuesta arriba.

La historia no está mal, no es nada que no se haya escrito antes, pero sí que la forma en que está narrada es bastante diferente. No ha habido nada que me haya dejado con la boca abierta, ningún giro que no viese venir y me han faltado cosas de algunos personajes con los que tengo la sensación de no haber llegado a conocer del todo.

La parte ambientada en Jamaica me enganchó bastante porque, como os digo antes, es la forma en que nos lo cuenta la autora lo que la hace diferente. Luego, una vez que llegamos a Londres se me ha hecho más cuesta arriba por diversos motivos que no os voy a contar porque os rompería toda la trama, pero que, en parte porque lo vi venir, en parte porque no me gustó como se trataron algunos temas, no ha terminado de llegarme.

Hay muchos temas sobre los que me hubiera gustado saber más y que quedan un poco en el aire. Y el final me ha resultado algo previsible y precipitado.

En resumen, una primera parte que engancha, pero que pierde fuerza hacia la mitad y que cuesta conectar con el final que, además, se cuenta como muy rápido todo dejando, como os digo, muchas cosas en el aire.

No es un mal debut de la autora, pese a todo. Y estoy segura que oiremos hablar mucho de ella.