La parada de los freaks

Todos tenemos sueños, grandes o pequeños. Algunos nos parecen inalcanzables; otros, insignificantes. Lo cierto, sea como sea, es que siempre merece la pena luchar por conseguir aquello con lo que se sueña, incluso cuando nos arriesgamos a que nuestro anhelo se convierta en una pesadilla, pienso tras la lectura de la novela gráfica La parada de los freaks, del escritor Fabrice Colin y la ilustradora Joëlle Jolivet: la obra de la que hablaremos en esta reseña.
Tras una infancia terrible, Henry Monroe huye a Hollywood, lugar donde espera convertirse en el guionista de películas como las que le aportaron tanto consuelo durante su niñez. Allí acabará trabajando como cuarto ayudante en la película Freaks, la obra que acabaría arruinando la carrera de su director, Tod Browning y la de todos los que colaboraron con él de alguna manera. Pronto Henry se hará amigo de los actores, personas cuyas características físicas las convirtieron, en aquella época, en fenómenos de circo. Su fallido romance con una de las actrices, Olga Baclanova, el descubrimiento de las drogas en el rodaje y de las prácticas oscuras que se llevan a cabo cuando se apagan las cámaras en el plató harán que el sueño de Henry se torne en pesadilla.
Henry Monroe, nuestro narrador y protagonista, es un hombre marcado desde niño por la desgracia. de pequeño, su madre le maltrataba mientras su padre no se atrevía a hacer nada, lo que le dejó no solo secuelas físicas, sino también psicológicas de por vida. Una vez muerta su madre, Henry viajaría a Hollywood para descubrir que ser guionista de cine no era algo tan sencillo como proponérselo. Por suerte, o por desgracia, acabaría encontrando un trabajo como cuarto ayudante de dirección en la película maldita de Tod Browning: Freaks. Aunque las cosas comienzan allí más o menos bien para nuestro hombre, pronto todo se torna más y más oscuro, hasta el punto de tornarse una verdadera pesadilla.
Freaks, La parada de los monstruos en España, es una de las denominadas películas malditas, un film que arruinaría tanto a su director como a sus colaboradores. Para la grabación se contrató un amplio elenco de actores, profesionales o no, sacados de los circos de fenómenos de la época, personas, casi todas ellas, que se salían de todos los cánones estéticos del momento, como podéis imaginar. La parada de los Freaks nos cuenta la historia alguien que trabajó en la película, un hombre que se encontró con que la monstruosidad no era lo que todos pensaban, sino algo bien distinto. Algo que haría que odiara a sus semejantes.
Con respecto a las ilustraciones, perfectamente coordinadas con el texto, he de decir que suelen presentársenos destacando una sola gama de colores en cada página o en dos páginas consecutivas. Así, por ejemplo, podemos encontrar que en la página 78 todo está en tonos rosas y grises, mientras que en la 79 son tonos celestes y los grises los que predominan. ¿Qué efecto tiene esta técnica sobre el lector? Tendrás que hacerte con un ejemplar de este libro para comprobarlo por ti mismo.
La parada de los freaks, en definitiva, es una magnífica novela gráfica que nos habla de una película maldita, del Hollywood de esos años y de la vida atormentada de un hombre que solo pretendía convertirse en guionista. Se trata esta de una novela tan luminosa como oscura que nos hace pensar en la verdadera naturaleza del ser humano, en todas esas sombras que ocultamos y que hace que muchos de nosotros podamos ser considerados verdaderos monstruos en un momento dado. Y tú, ¿a qué esperas para conocer este gran rodaje?

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Reseña de la parada de los Freaks.

Hay cómics que van un paso más allá y no se dedican a contar una historia acompañado de unas viñetas, si no que buscan que el lector se implique y experimente distintas sensaciones y sentimientos. Y en el caso que nos ocupa, La parada de los Freaks logra todo eso, ya que estamos ante un cómic que relata con detalle las vivencias de Harry Monroe en el set de rodaje de una de las películas más polémicas, extrañas e inclasificable de la historia: Freaks, de Tod Browning.

De la mano de Harry asistiremos al día día de los distintos personajes que participaron en esta película, desde los "peculiares" actores hasta los componentes del equipo técnico. Como irá descubriendo el lector, no estamos ante una película más. Freaks fue mucho más que una simple película.

El guión de Fabrice Colin es sólido, firme, logra atrapar al lector. Los personajes son absorbentes, desde el protagonista, Harold Monroe hasta los actores del film, a los que el lector cogerá cariño y simpatía a algunos, pero por otros sentirá todo lo contrario. El guión mezcla de manera muy hábil realidad y ficción.

Y el dibujo de Joelle Jolivet es el complemento perfecto al guión de Colin. Un trazo algo tosco y que retrata muy fielmente a los personajes de las películas, siendo todos ellos absolutamente reconocibles. El dibujo de Jolivet logra atrapar al lector, retratando de manera genial el espíritu de la película. Todo ello junto, guión y dibujo logran crear una obra de una calidad muy alta.

Y por último destacar la edición de, Aloha, un álbum cuidado, en tapa dura y a color. Sin duda alguna, estamos ante un muy buen cómic, y que después de haberlo disfrutado, el lector querrá ver la película de Tod Browning. Absolutamente recomendable.

"La parada de los freaks" nos adentra en el rodaje de la película "La parada de los freaks", un film que mostraba todo tipo de personajes con deformidades y que dicen que fue un escándalo en su época.

Esta novela gráfica nos adentra en el rodaje de la mano de Harry Monroe que huye de una infancia terrible a Hollywood para dedicarse al cine. de casualidad consigue un trabajo como ayudante de producción y lo que parecía que iba a ser un trabajo sencillo se convierte en una pesadilla.

La historia me ha parecido espeluznante y mezcla distinto temas en muy pocas páginas, incluso hay algunas escenas difíciles de ver/leer. El personaje de Harry es un poco sosaina, hasta casi el final, pero es un buen narrador para todo lo que sucede, que es mucho. Por otro lado, las ilustraciones me gustaron mucho, me encantó que las distintas escenas tengan un fondo de un color distinto y el dibujo me parece muy bueno.

Le di tres estrellas porque aunque me gustó, me dejó un poco fría, aunque el trabajo de edición de Aloha ediciones es muy bueno.

¿Quiénes son los monstruos?
En 1932 la película La Parada de los Monstruos horrorizó al público con su historia de un Circo de los Horrores, donde sus integrantes eran víctimas de la sociedad. Hoy en día, el público no es tan inocente como antes y la película ya no escandaliza, pero sigue teniendo algo que te sigue removiendo por dentro.
Los creadores de este comic retoman la antigua pandilla de freaks para retorcer un poco más la historia y volver a escandalizarnos. El argumento se centra en el rodaje de la película para contarnos una historia ficticia (espero), sobre lo que pasó en dicho rodaje. al más puro David Lynch se mezclan los géneros, la realidad con la pesadilla y los hechos con la imaginación para introducirte en un mundo realmente incómodo, que te hace plantearte quiénes son los verdaderos monstruos en este mundo.
Una historia realmente oscura que se refuerza por unas viñetas donde reina el color, pero no el colorido y, desde luego, no la luz. Un mundo desdibujado, como la propia historia, que no se para en los detalles pero que muestra lo suficiente de un mundo demasiado horrible como para verlo al completo.
Una obra cruda, madura y retorcida para quien gusta de asomarse a los rincones más oscuros de la sociedad.