Imperfectas navidades

Lo peor cuando alguien te echa de malos modos de su vida una vez es que, por más tiempo que pase, una parte de ti siempre está esperando, aunque sea de manera inconsciente, que vuelva a suceder.

Y así es como, desde hoy mismo, esta pista de hielo se ha convertido en mi lugar favorito del mundo

Iba a decir que yo llevo demasiado tiempo soñando con esto, aunque no lo sabía. ¿Suena raro?

No. Creo que he soñado con esto sin saberlo mucho tiempo también.

Lo sentí anoche mientras la abrazaba y sentía que todo volvía a ponerse en su sitio, pero de un modo distinto. Mejor. Cómo si el puzle que fuimos de adolescentes estuviera incompleto y este, el de adultos, ansiara encararse por sí mismo.

Somos solo ella y yo intentando recuperar algo de lo que tuvimos.
O a lo mejor somos Olivia y yo intentando construir algo nuevo. Algo tan fuerte como lo que tuvimos, pero de un modo distinto, más maduro y... mejor.

Sé bien que, cuando no puedes hacer nada para subir una situación, lo mejor que puedes hacer es buscar la manera de sacar provecho de ella.

Cuando pierdes a las dos personas que mas quieres en el mundo, pocas cosas tienen logica.

Hay personas que adoran la Navidad y es comprensible, pero también hay personas que aborrecen las fiestas y, cada vez más, pienso que el resto del mundo no entiende a esas personas.

El tiempo está haciendo de las suyas, me roba los días con ellos y a veces… a veces siento que podría volverme loco solo con imaginar el final.

Eso es lo más complicado de ser padre: ver que tus hijos van directos a estrellarse y no puedes hacer nada por evitarlo porque, por más carteles luminosos que les pongas indicándoles otro camino, no quieren verlo.