Almas

Me encantaría estar en su mente, leyendola como si fuese un manuscrito. Contrastando cada palabra, viajando por cada frase.

Y el universo parece un lugar pequeño para nuestra pasión.

Que tal vez hiciera falta una vida eterna para minimizar esa pasión que se cernía sobre nosotros.

No sé, ¿tan difícil es estar abierto a todo lo que venga?

Tal vez moriría sin conocer a qué sabe el deseo cuando lo pruebas desde la necesidad, o si es posible anhelar algo que jamás experimentaste.

Que simplemente se trataba de desistir, de entregarse, de desnudarse y de fusionarse dondequiera que vayan las almas al morir.

Tan solo había un hilo invisible que, de algún modo, nos unía en una dimensión paralela, en un submundo compuesto por sincronías y colores.

Nos sentimos igual cuando lo tenemos todo que cuando no tenemos nada.

Y todo parece un capítulo de un libro antiguo y lleno de polvo que te encuentras de nuevo abierto entre las manos sin saber que hacer, porque te olvidaste incluso hasta de leer.

Ponerle sonido a esos labios que se ahogaban entre matices, los mismos que hubiese callado a base de besos y guerras.