Cómo volé sobre el nido del cuco

Bonita manera de empezar las lecturas del 2019. En "Como volé sobre el nido del cuco" nos encontramos la historia autobiografíca de su autora (Ana) "Sydney Bristow" en el que nos relata los 37 días que pasó en un psiquiátrico por intento de suicidio y todo lo que su paso por aquél le cambió.

He de reconocer que hubo partes del libro en el que a pesar de avisar la autora que todo era 100% verídico me costaba creer, sobretodo el trasfondo de algunos personajes que conoció Sidney en el psiquiátrico, aún así y obviando si tiró de imaginación en algunas partes, la historia me ha gustado mucho y me ha hecho tanto reir como llegar a emocionarme. A veces si que se volvía un poco repetitivo con tantas presentaciones de personas y capítulos practicamente iguales entre si, pero al fin y al cabo no fue diseñado como un libro sino como un diario de autoayuda que fue compartiendo en un foro, por ello es comprensible.

Desde el punto de vista personal y lo que me produce la historia tengo sentimientos encontrados y más después de oir la entrevista de la autora en la radio. Debe ser muy muy duro tener TLP y además pasar por todo lo que cuenta Ana. A veces crees que una terapia en un centro psiquiátrico durante 2 o 3 meses puede llegar a curar a alguien y no es así sino que necesitas convivir con ello e integrarlo a tu vida y agarrarte a lo bueno para seguir adelante. Realmente en este aspecto Ana es admirable.
Muy contento de haber tenido la oportunidad de leer esta historia. 3,5/5

Cómo volé sobre el nido del cuco es un libro que nos cuenta una historia real de Sydney, quien ingresó en un psiquiátrico después de saltar de un puente, intentando acabar con su vida.
Cada capítulo corresponde a uno de los 37 días que estuvo ingresada, contando todo lo que iba ocurriendo, amistad, alegría, llanto.

Es un libro que habla sobre algunas enfermedades psiquiátricas y que se han ido normalizando tanto, que han perdido la importancia que en verdad tienen, enfermedades como la Bulimia, anorexia, Toc (Trastorno obsesivo compulsivo) y uno de los que ella padece TLC (Trastorno limite de la personalidad).
Es una historia que me ha gustado, contada con algunos toques humorísticos que hacen que la historia sea mas amena y fácil de leer. En todo momento hace que formes parte de la historia, introduciéndote en Sydney, llegando a sentir pena por ella, a querer que avance y que consiga su ansiada libertad.
Es un libro que recomiendo leer, ya sea por el mensaje que trasmite, en que hay que afrontar la vida de la mejor manera que nos sea posible, y vivirla, como también por la importancia que tiene conocer este tipo de enfermedades que afecta cada vez más a las personas.
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Hay un dicho muy conocido que dice que a veces hay que tocar fondo para poder salir a flote, y ese es el caso de lo que le sucede a la protagonista de este libro.

Como habéis podido leer en la sinopsis este libro cuenta la historia real de su protagonista, una mujer que intentó suicidarse pero sobrevivió. Sydney fue ingresada durante 37 días en la planta de psiquiatría de un hospital, y en este libro nos cuenta lo que vivió allí.

¿Qué decir? He sentido mil cosas con este libro. Podría decir que es una historia dura, por supuesto, que me ha puesto un nudo en la garganta mil veces. Pero también ha sido uno de los libros con los que más me he reído en mi vida. Me sorprendía a mí misma riendo a carcajadas cuando leía esas conversaciones tan reales entre los pacientes o también con las ocurrencias de Sydney, que tiene un humor muy parecido al mío.

Es un libro complicado, lo sé. Quizá no todo el mundo pueda llegar a comprenderlo. Quizá la gente no pueda entender que un día Sydney quiera comerse el mundo y al día siguiente esté hundida. Pero si eres capaz de empatizar con la protagonista, esta lectura se convierte en una experiencia muy especial, en todos los sentidos.

Conocer a los compañeros de planta de Sydney ha sido muy agridulce. Todos con sus peculiaridades, como cualquier persona, pero con historias realmente duras detrás... Y vuelves a ver la complejidad que hay detrás de la salud mental. No es como un pie roto o una herida, es algo muy abstracto y difícil de diagnosticar, y es una lástima que a día de hoy siga siendo tan tabú y no se le dé tanta importancia a nivel sanitario, porque todos acudimos al médico cuando nos torcemos un tobillo o cogemos una gripe, pero cuando estamos tristes o sentimos que no tenemos ganas de vivir es más probable que nos pasemos todo el día llorando en la cama a que acudamos a la consulta. Y una enfermedad mental no es una gripe, por supuesto, porque la gripe pasará pero es probable que lo otro te acompañe toda la vida y vaya a peor si no lo tratas.

De hecho, creo que este libro tiene un "final" totalmente acorde con la realidad. Básicamente, vemos que no todo se va a solucionar por ingresar unos días en un hospital psiquiátrico. 37 días de encierro, pastillas y terapias varias no van a hacer que salgas de rositas como si nunca hubiera pasado nada. Sydney aprende mucho, por supuesto, y no es la misma persona que ingresó en ese hospital después de esa experiencia, pero no todo es felicidad al salir. La vida sigue siendo una piscina de olas, la única diferencia está en aprender a no ahogarse en ella.

Una de las cosas que más me han impactado es que expresa muy bien la realidad de cómo es la atención en los hospitales. No ha estado nada edulcorada, y creo que es necesario que se sepa que el trato que reciben los pacientes en un hospital a veces es vergonzoso. Que se sepa y que se tomen medidas, porque para nadie es plato de buen gusto tener que estar viviendo en un hospital, ya sea por su salud física o mental, y con un poco de amabilidad todo se hace menos cuesta arriba.

Puede ser que este libro os guste más o os guste menos, pero de lo que estoy segura es de que os removerá muchos sentimientos y no os dejará indiferentes.
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Una historia con mayúsculas.

Totalmente adictiva, te atrapa y engancha desde sus primeras páginas, llegándote a lo más hondo. Muy bien escrita.
A pesar de lo dura que puede ser, es bastante inspiradora.
La manera que tiene su autora de relatar los hechos, me ha cautivado.
He reído, sufrido y vivido en mi propia piel con esos fantásticos personajes de la planta cuatro, entendiendo sus problemas y sus frustraciones.
Esta historia me ha demostrado una vez más como alguien que lo tiene todo puede sentirse tan desdichada, hasta el punto de intentar acabar con su vida, y como las pequeñas cosas hacen que todo vaya fluyendo, poco a poco. Nos hace pensar en las debilidades y fortalezas del ser humano, en la capacidad para hundirse o resurgir, en los miedos y en los anhelos que nos acompañan en la vida.
La protagonista cautiva desde el minuto uno y muestra cómo puedes encontrar la felicidad en los lugares más insospechados.
Su protagonista nos relata su día a día entre esas cuatro paredes durante su internamiento que duró 37 días, aunque pueda parecer pocos, fueron muy intensos. También nos hace participes de su dolor, frustración, alegría, y amor... Haces que te rías mucho con su ironía y su forma de relatar los hechos.
En definitiva, una cruda realidad contada de una forma maravillosa, desde un punto de vista optimista.
Un libro totalmente recomendable al 100%. El cual todo el mundo debería leer y conocer su historia.

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Publicar hoy una novela no tiene nada que ver con lo que era hace unos años. En la actualidad las redes sociales son las protagonistas y, si no tienes una fuerte presencia en ellas, es probable que pases bastante desapercibido. Lo que traigo hoy es algo así, pero llevado al extremo: este libro fue subido por capítulos a ForoCoches, donde su autora era forera asidua, y lo escribió entero desde su móvil (hago una pausa dramática porque este dato me parece digno de admiración). Se generó un hilo que atrajo nada menos que 200.000 visitas y 6.000 comentarios (estas cifras probablemente sean ya más altas) y hubo una editorial muy avispada que se dijo que tenía que aprovechar ese tirón y publicar el libro en formato físico.

¿Y qué es lo que cuenta esta chica para haber atraído una atención así? Pues lo que ocurrió los 37 días que Ana/Sydney, una abogada de 32 años, pasó ingresada en una planta psiquiátrica tras haber intentado suicidarse tirándose de un puente. Cuando le dieron el alta en el hospital y vio que no se iba a casa, sino que la metían en un psiquiátrico, pensó que tenía ante sí los peores días de su vida. Sin embargo, lo que encontró fueron risas, locuras (claro), empatía, ternura y nuevas amistades de vínculos inquebrantables.

Es un libro que se devora no solo por lo que cuenta (saber anécdotas de un psiquiátrico siempre despierta curiosidad...), sino por la voz particular de la narradora: prosa muy ágil, mucho sentido del humor y un lenguaje tremendamente forocochero. de hecho, esa es una de las pocas pegas que puedo ponerle al libro: no sé hasta qué punto va a envejecer bien: me partía cada vez que Sydney terminaba una frase con Hulio, pero ¿se entenderá el chascarrillo dentro de cinco años? Mi madre se perdería montones de referencias, ¿disfrutará ella de este libro igual que lo he hecho yo?

Por un momento, temí que la autora se escudara demasiado en el sentido del humor y tendiera a frivolizar tanto su estancia como el tema de las enfermedades mentales, pero pasados los primeros capítulos vemos que no es así: al contrario, la autora logra un buen equilibrio entre narrar estos temas con sensibilidad y contarlo de una forma que enganche al lector. También es muy valiente cómo Sydney se abre por completo en este libro, cuenta sus problemas del pasado (la relación con su madre me pareció desgarradora) y confiesa sus enfermedades y recaídas, al tiempo que afronta con valentía el futuro.

A medida que avanzamos en la lectura es inevitable tomar cariño a los personajes del libro, tanto a las enfermeras (como Alicia) que realizan bien su trabajo y son un tremendo apoyo para los pacientes, como a los enfermos de la planta: Lolo, Chema, Nati, Naiala... Para algunos la historia termina bien, para otros no tanto, pero todos reflejan la lucha titánica que es tener una enfermedad mental y que, detrás de eso, en realidad son personas como cualquiera de nosotros. Este creo que es uno de los puntos principales que pretendía esta novela: desestigmatizar las enfermedades mentales, hacernos ver que detrás de los enfermos hay personas que ríen, lloran y sienten, y que en definitiva son de carne y hueso.

Una lectura que recomiendo muchísimo, con la que lloraréis y reiréis a partes iguales. Haceos con esta novela si podéis: todos los personajes se harán un huequito en vuestro corazón.

Y a la autora le mando un fuerte abrazo y le envío mis mejores deseos.
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En primer lugar me gustaría agradecerle a la editorial Penguin Random House por enviarme este ejemplar. Porque me siento muy afortunada de haber leído esta historia y se ha convertido en un libro muy querido, que pienso releer muchas veces.
Gracias también a la autora por habernos hecho partícipe de su historia. No tengo palabras para describir lo que me ha hecho sentir mientras leía: porque no solo he llorado también he reído un montón. Y pocos libros logran emocionarme tanto.

Un libro basado en la vida de la propia autora. Ya desde el principio me puso los pelos de punta.
Sydney es su pseudónimo y nos cuenta cómo después de un intento de suicidio fallido la ingresan en un psiquiátrico. 37 días en los que seremos testigos de un cambio y una evolución increíble.
Habrá muchos momentos cómplices con sus compañeros y veremos que gracias a los amigos, a las personas que sufren a su lado y que la acompañarán en todo momento, serán los que te harán ver la vida de otra manera.

En este libro nos encontraremos con muchas cosas, maravillas de la vida: amistad, fuerza, valor, amor, superación, bondad, sinceridad, alegría, lecciones valiosas, la vida misma...
A mí me ha encantado vivir las experiencias de la autora y sentir tantas emociones fuertes. Para mí un libro que cuenta una cruda realidad pero de una forma maravillosa, desde un punto de vista optimista. Trata temas serios como enfermedades mentales, el tema de las drogas, problemas, etc.
Y aún así la autora ha sabido tratarlo de una forma muy cercana gracias a su forma de escribir, su vocabulario y sus expresiones. Sí es cierto que empleaba muchas veces palabras fuertes pero en mi opinión le ha dado un toque cercano y realista.

Para mí ha sido un libro muy especial, único y valioso. Lo he devorado en poco tiempo y todos los capítulos me han parecido entretenidos e interesantes.
Una lectura agradable que desde luego pienso repetir algún día. Super recomendable. Un libro que ayuda y que te tiende la mano para seguir avanzando.

"Una historia conmovedora, increíble y maravillosa. Una lectura imprescindible."
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Esta no va a ser una reseña fácil de escribir porque el libro no lo es.
En primer lugar pedir disculpas porque no puedo valorar el libro en cuanto a tecnicismos se refiere porque los desconozco absolutamente todos, y en segundo lugar agradecer a su escritora Sydney Bristow (fue Jennifer Garner en Alias) alter ego de Ana, dar visibilidad a tantas y tantas enfermedades mentales que a veces, como ella misma relata se idolatran como es el caso de la anorexia sufrida por la modelas ya que ella la sufrió y nunca la llamaron de la pasarela Cibeles.
La protagonista y escritora de este libro es Sydney que tras un intento de suicidio al tirarse de un puente pasar por el hospital para realizarse las operaciones provocadas por la caída, es ingresada en la 4ª planta del hospital, ella piensa que saldrá pronto pero son exactamente 37 días los que pasó allí y los cuenta en este libro.
Narrado en forma de diario, nos cuenta como fue su ingreso en psiquiatría, su relación con los demás pacientes y el personal que la atendía, me ha sorprendido muchísimo la frialdad al principio de su estancia y al mismo tiempo la empatía con otros pacientes.
Sydney sufrió anorexia, bulimia, consumió drogas y acabó tirándose por un puente, una mujer que lo tenía todo, familia estable, novio, carrera universitaria y trabajo de abogada, al salir quiso contar su experiencia y lo plasmó en la página ForoCoches y de ahí saltó a convertirse en el primer libro nacido en el mayor foro español de internet.
Sólo me queda decir que he sufrido con ella, con la relación con su madre que me partió el alma por (por circunstancias personales me sentí muy identificada), reí con su ironía, aprendí la cantidad de enfermedades mentales que hay y que no todas tienen un perfil definido y lloré, al final lloré.

Desde aquí, si me lees, desearte lo mejor del mundo, de corazón.