El ladron en el armario

Aunque dotado de un fino sentido del humor Bernie Rhodenbarr nunca habría imaginado una situación más absurda: su dentista le encarga el robo de unas joyas en un elegante apartamento neoyorquino cuya propietaria es la ex esposa del dentista, y Bernie, maestro de la ganzúa, se queda encerrado accidentalmente en un armario mientras, a unos metros, la dueña del apartamento retoza entre las sábanas con su amante. Pero la anécdota no tiene un final feliz. Cuando Bernie sale del armario dispuesto a coger el botín, las joyas han desaparecido y la mujer ha sido asesinada. Ahora tendrá que convencer a la policía de que él no tiene nada que ver... .
Es el segundo libro de la serie de Bernie, y aunque no los he leído todos, este me encanta. El sentido del humor del autor y su fina ironía hacen que esta historia con algún que otro cliché necesario sea emocionante a la par que divertida, ya que trata los robos, chantajes y asesinatos como algo sin importancia sin profundizar en temas sociales, incluso hace una sutil crítica a la clase alta neoyorquina y su superficialidad. A veces dan ganas de darle un par de guantazos a Bernie, pero terminas simpatizando con él a pesar de su poca ética. Con una relación entre medias, de estas que aparecen de la desesperación porque no te pillen y la soledad de dos personas, te mantiene con la intriga y te hace reir mucho 😁

Bernie es un buen ladrón, un muy buen ladrón, experto en ganzúas y robos sin que le pesquen. Pero tiene muy mala suerte. Sólo a él se le ocurre quedarse encerrado en el armario durante un robo mientras la dueña del piso es asesinada. Una situación surrealista en un libro que parece estar escrito para eso, para el surrealismo.

Y es que las diversas situaciones, coartadas, móviles y demás son tan absurdos que aunque al principio hacen gracia al final resulta hasta cansino.

El libro se deja leer, es entretenido, pero ahí lo dejo. Para mi gusto no da más de sí