“Tu carta me ha emocionado mucho y me ha hecho quererte mucho más. Te veo solo lleno de amor y de espíritu y de belleza, y siento tu soledad como un hermoso paisaje donde yo me dormiría para siempre”. Federico García Lorca a Eduardo Rodríguez Valdivieso, abril de 1933. En un época en la que en nuestros buzones apenas nos esperan ya noticias de nadie (obviando a nuestra entidad bancaria o a nuestra suministradora de electricidad) Nicolas Bersihand nos ha regalado un bello homenaje al género epistolar, ya prácticamente extinguido, con una con una extensa y variada compilación de cartas al amor en una edición deliciosa. El chisme, el salseo, está servido con unos textos en los que los protagonistas relatan sus amores, deseos y desamores. Con más o menos poesía, con más o menos rabia, con más o menos desesperación, todos se abren en canal para dejar fluir sus sentimientos sobre el papel para que el destinatario (que no siempre es la persona amada) comparta con el remitente sus inquietudes amorosas. En estas misivas encontramos reflejados casi todos los tipos de amor en los que podamos pensar: el amor místico, el amor platónico, el amor más pasional y s3xual, el más tortuoso y martirizante. He vibrado con las palabras maduras de Tolstoi a su esposa Sofía (“Ya amo en ti tu belleza, pero solo estoy empezando a amar en ti lo que es eterno e incluso precioso: tu corazón, tu alma”), me he emocionado con las serenas palabras de desamor que el pintor Edvard Munch recibió por parte de Eva, un amor imposible (“Y así, algo que tanto para mí como para ti, posiblemente para cada uno a su modo, hubiera podido ser muy bonito, acabó resultando un fracaso para ambos”) y la pasión loca, indomable que poseía a Gabriela Mistral cuando no estaba junto a Doris Dana, y que se lo transmitía así: “Yo necesito de tu presencia de una manera violenta, como del aire. Parece que estuviese viviendo una asfixia”. Estos centenares de cartas o fragmentos de ellas con el amor como protagonista representan una oportunidad magnífica para acercarnos a la personalidad oculta de personajes ilustres, de quienes conocemos en gran parte sus obras, creaciones y legado, pero muy poco sus sentimientos. Con este volumen, su vida privada aparece desnuda ante nuestros ojos para conocer, de su puño y letra y sin filtros, quienes eran las y los causantes de sus ilusiones, sus tristezas y sus desvelos. Como recomendación personal, dada la gran cantidad de cartas y la intensidad de las mismas, aconsejo la lectura de este libro a sorbos, sin prisas. Yo la he intercalado con otras lecturas, leyendo algunas decenas de cartas cada día, y creo que así he disfrutado de esta compilación mucho más que si la hubiese devorado sin pausa. Lo dejo a vuestra elección. + Leer más |