Era reconfortante tener un hombro en el que llorar, alguien que, aunque no pudiera solucionar sus problemas, la escuchara y le dijera que las cosas iban a salir bien.
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Era reconfortante tener un hombro en el que llorar, alguien que, aunque no pudiera solucionar sus problemas, la escuchara y le dijera que las cosas iban a salir bien.
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(…) Tendría que evitar a ese hombre todo lo posible, suponía un peligro para su corazón el verlo o pasar tiempo con él.
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Ver el mundo a través de los ojos de una niña era fascinante, las cosas cotidianas se convertían en algo asombroso.
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-Bueno, cuando alguien me importa suelo recordar todo lo que me dice.
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-Tenemos que ayudarnos los unos a los otros, querida. Nunca se sabe cuándo vamos a necesitar una mano amiga
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?