Los chicos de mi juventud

Mi relacion con los libros de relatos ha ido 'in crescendo', aunque todavía ninguno me había terminado de convencer totalmente, he aprendido a disfrutarlos. Cuando empecé a leer este pensé que sería una más, pero se ha convertido en el libro de relatos perfecto y desde ya digo que será uno de mis mejores libros del año.
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En "Lo chicos de mi juventud" la estadounidense Jo Ann Beard expone su vida a través de doce relatos autobiográficos. Uno a uno los relatos dibujan la vida de la autora desde su niñez hasta su etapa de mujer madura y divorciada.
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A pesar del título los chicos no son los auténticos protagonistas del libro; no voy a negar que tienen hueco y que ese hueco es importante, pero el peso de los relatos recae en ellas: Jo Ann, su madre, su tía, su hermana, su prima y sus amigas. En las charlas que la autora tiene con cada una de ellas y en las que, además de chicos, se habla sobre todo de la vida y los acontecimientos que la cambian.
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Cada relato es un ejercicio de talento. La autora escribe con acidez, un gran sentido del humor y sobretodo con mucha verdad y honestidad. al leerlo me sentía totalmente sumergida en el universo creado por la autora. Su tono cercano hizo que conectara con ella de forma casi instantánea y, sin haberla leído antes, llegué a tener la sensación de que ya éramos viejas conocidas.
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No os puedo decir que relato me ha gustado más o ha sido mi favorito porque creo que cada uno de ellos es necesario para que el resto cobre sentido. Cada relato se alimenta del siguiente, consiguiendo que el libro crezca a medida que lo vas leyendo.
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Imagino que ya os habéis percatado que estoy entusiasmada con él. Además, considero que este es el mejor libro de relatos para los y las lectoras a las que no les gustan los relatos, ya que, gracias a la conexión de los textos, se lee casi como una novela.
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Gracias Babelio y a su #masacrítica por elegirme y a la editorial Muñeca Infinita por el envío y por el gran trabajo que habéis hecho con este libro. La cubierta me tiene totalmente enamorada 😍

En esta colección de relatos autobiográficos, Jo Ann Beard hace un precioso recorrido, que va desde su infancia hasta el fin de la juventud. En la mayoría de los relatos, las historias nos llevan a vivencias cotidianas en las que fácilmente pude verme representada. Especialmente, el tramo de la infancia, me ha trasmitido una ternura y una nostalgia increíble.

La autora consigue extraer de esa cotidianeidad los sentimientos que en uno u otro momento nos acaban atravesando a todas. Mostrando los roles que cualquiera de nosotras podremos sentir como nuestros; hija, hermana, prima, amiga, novia, esposa…

Es de admirar la capacidad de la autora de abrirse en canal, mostrándose sin tapujos y con una honestidad tal y como si estuviera charlando con una amiga. Con un estilo directo y divertido, a la vez que original y evocador en algunos de los relatos.

La ambientación, en pleno oeste americano, llevándonos desde la vida diaria en esos pequeños pueblos, hasta la naturaleza más recóndita, da el trasfondo perfecto a estas memorias.

Puedo decir que cada vez le voy cogiendo más el gusto a esto de los relatos. En Los chicos de mi juventud, aunque los relatos tuvieran historias aparentemente independientes, no son si no retazos de un conjunto que permiten leerlo prácticamente como si de una novela se tratase.

Me atrevería a recomendarlo a cualquiera. Aunque no conectes con los relatos, o no leas no ficción, creo que este recopilatorio es fácilmente disfrutable.
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Doce relatos autobiográficos, absolutamente maravillosos en los que nos cuenta sus recuerdos más destacables sobre su vida desde la infancia hasta la vida adulta.

La autora nos habla de sus amigos, de su familia, de sus mascotas y hasta de un coyote. Nos habla de la infancia, de la traición, del divorcio o de la muerte. Nos habla de sus recuerdos, del fin de su juventud, de su vida y de lo que significa crecer.
Y lo mismo que en la vida aquí hay dolor, tragedia, emociones y recuerdos.
Y lo mismo que los recuerdos, que nos vienen a ráfagas, sin orden, estos relatos tampoco llevan un orden cronológico pero da igual porque ella toma esos recuerdos sobre lo diario y lo rutinario y lo convierte en algo maravilloso haciendo que podamos comparar como era entonces y como es ahora lo que nos lleva a conocer su evolución personal.

Todos son maravillos pero los que más me han gustado han sido
Primas, El cuarto estado de la materia , La hora familiar, Intimidación parental, La Espera y Los chicos de mi juventud.

Si os gustan los relatos no lo dejeis escapar y si no os gustan darle una oportunidad porque ya os digo que estos os van a encantar.
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“LOS CHICOS DE MI JUVENTUD" de Jo Ann Beard-
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En “Los chicos de mi juventud”, la escritora americana Jo Ann Beard, con una prosa que combina los recursos de la ficción, con el rigor de las memorias, nos acerca a doce fantásticos relatos, en los que nos cuenta los recuerdos más destacables de su vida en el medio oeste americano, abarcando desde su más tierna infancia, hasta su ya bien entrada edad adulta.
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Y si, en estos relatos, la autora nos habla de los chicos de su juventud: de su querido e inseparable muñeco de infancia, del perro que fue su mascota, de su padre alcohólico, de sus primeros novios, de su exmarido...Pero aquí, las que tienen realmente el protagonismo, son las mujeres; esas madres, primas, y amigas, que dotadas de gran carácter y personalidad, han tomado parte en los momentos más importantes de su vida.
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Me ha sorprendido mucho la gran capacidad de la autora, para con un estilo ácida y sincero, y a modo de retazos, reflejar tan bien momentos concretos de su vida, así como para hacer que cada relato sea una pieza importante del puzzle, que aunque en un principio puede parecer inconexa, forma parte de un todo, en el que ocupa justo el lugar que corresponde.
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Un ejercicio magistral y fascinante de buena literatura, que refleja de un modo muy original, aquellos elementos cotidianos que al fin y al cabo componen la vida misma; pues aquí hay dolor, hay tragedia, y hay muerte, pero sobretodo hay crecimiento, y hay evolución.

Tras leer ‘Los chicos de mi juventud', puedo decir Jo Ann Beard llega a mi vida para quedarse. Considerada una de las autoras y ensayistas más influyentes en EEUU, reconozco que hasta hace nada, no había oído hablar de ella y qué bien que eso haya cambiado.
 
Este volumen agrupa doce relatos (siendo el último y más largo, el que da nombre al conjunto: Los chicos de mi juventud) focalizados en distintos momentos de la vida de una misma persona (Jo Ann). Así, pueden enfocarse como relatos independientes, sin duda. Pero para mi, todos ellos forman parte de un todo, cuanto más vas leyendo, más profundidad cobra el conjunto porque puedes apreciar la evolución los personajes (muchos son comunes), las relaciones y los tiempos…
 
También, puedes entenderlos como ficciones o como relatos (semi)autobiográficos de la vida de la autora, que da su nombre a la protagonista, que también es escritora, por si hay dudas. Personalmente, creo que da igual, qué es ficción y qué no, los relatos son absolutamente brillantes.
 
La autora escribe de una forma que sientes que una amiga cercana te está contando un suceso o también, que tu misma estás recordando algo que has vivido. Tal es su capacidad de crear escenarios, retratos de personajes y sobre todo de transmitir emociones. al mismo tiempo, consigue crear una clara fotografía de la vida familiar en Illinois, su juventud en los 60's, cómo el feminismo irrumpió en su vida en los 70's… y cómo muchos de los sucesos, podrían suceder hoy perfectamente y cómo la vida de las personas, en lo importante, no ha cambiado: cómo afrontamos la muerte de los seres queridos, cómo nos vemos ante el espejo, cómo hay amistades que están ahí toda tu vida, cómo en todas las familias hay problemas… Además, crea una magia muy especial, narrando todos y cada uno de los relatos en presente, congelando el tiempo de alguna manera. Todos ellos están pasando, todo el tiempo.
 
Los relatos muestras diferentes momentos importantes en la vida de Jo Ann, momentos de inflexión, pero también de aprendizaje, de experimentación o de despedida. No se presentan ordenados en orden cronológico, lo cual le da un dinamismo increíble (para nada difícil de seguir). Son tramas donde las relaciones lo son todo: con su madre, con su hermana, su prima, su marido, sus compañeros de trabajo, su juguete favorito. Relatos capaces de ponerte un nudo en la garganta y necesitar un abrazo, y otros para pasarlo bien y reírse en voz alta. Me ha resultado absolutamente increíble como una adulta es capaz de reflejar tan bien la visión de la infancia.
 
Creo que ‘El cuarto estado de la materia' que narra una masacre en una universidad, puede ser el mejor relato que he leído nunca y ya solo por eso, este volumen vale la pena. ¿Lo mejor? El resto no le siguen muy de lejos, son geniales.  Tras leer ‘Los chicos de mi juventud', puedo decir Jo Ann Beard llega a mi vida para quedarse. Considerada una de las autoras y ensayistas más influyentes en EEUU, reconozco que hasta hace nada, no había oído hablar de ella y qué bien que eso haya cambiado.
 
Este volumen agrupa doce relatos (siendo el último y más largo, el que da nombre al conjunto: Los chicos de mi juventud) focalizados en distintos momentos de la vida de una misma persona (Jo Ann). Así, pueden enfocarse como relatos independientes, sin duda. Pero para mi, todos ellos forman parte de un todo, cuanto más vas leyendo, más profundidad cobra el conjunto porque puedes apreciar la evolución los personajes (muchos son comunes), las relaciones y los tiempos…
 
También, puedes entenderlos como ficciones o como relatos (semi)autobiográficos de la vida de la autora, que da su nombre a la protagonista, que también es escritora, por si hay dudas. Personalmente, creo que da igual, qué es ficción y qué no, los relatos son absolutamente brillantes.
 
La autora escribe de una forma que sientes que una amiga cercana te está contando un suceso o también, que tu misma estás recordando algo que has vivido. Tal es su capacidad de crear escenarios, retratos de personajes y sobre todo de transmitir emociones. al mismo tiempo, consigue crear una clara fotografía de la vida familiar en Illinois, su juventud en los 60's, cómo el feminismo irrumpió en su vida en los 70's… y cómo muchos de los sucesos, podrían suceder hoy perfectamente y cómo la vida de las personas, en lo importante, no ha cambiado: cómo afrontamos la muerte de los seres queridos, cómo nos vemos ante el espejo, cómo hay amistades que están ahí toda tu vida, cómo en todas las familias hay problemas… Además, crea una magia muy especial, narrando todos y cada uno de los relatos en presente, congelando el tiempo de alguna manera. Todos ellos están pasando, todo el tiempo.
 
Los relatos muestras diferentes momentos importantes en la vida de Jo Ann, momentos de inflexión, pero también de aprendizaje, de experimentación o de despedida. No se presentan ordenados en orden cronológico, lo cual le da un dinamismo increíble (para nada difícil de seguir). Son tramas donde las relaciones lo son todo: con su madre, con su hermana, su prima, su marido, sus compañeros de trabajo, su juguete favorito. Relatos capaces de ponerte un nudo en la garganta y necesitar un abrazo, y otros para pasarlo bien y reírse en voz alta. Me ha resultado absolutamente increíble como una adulta es capaz de reflejar tan bien la visión de la infancia.
 
Creo que ‘El cuarto estado de la materia' que narra una masacre en una universidad, puede ser el mejor relato que he leído nunca y ya solo por eso, este volumen vale la pena. ¿Lo mejor? El resto no le siguen muy de lejos, son geniales. 
 
Poco más que deciros, me ha encantado. Textos llenos de matices y detalles a los que volveré. Un descubrimiento muy especial para mi que espero que os animéis a leer y me contéis qué tal.
 
Poco más que deciros, me ha encantado. Textos llenos de matices y detalles a los que volveré. Un descubrimiento muy especial para mi que espero que os animéis a leer y me contéis qué tal.
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Ante todo, lo más importante que debo decir es lo agradecida que estoy con Babelio por haberme dado la oportunidad de leer estos relatos o artículos a través de Masa Crítica.
No suelo leer este tipo de libros pero en esta ocasión, salir de la zona de confort acostumbrada ha sido todo un acierto, porque acercarme a la infancia, juventud y recuerdos varios de Jo Ann ha sido estupendo. Me ha hecho reír, me compungido, me ha extrañado e incluso he sentido tensión.
El relato más duro sin duda es el de la Maranda de Iowa, sobre todo porque no lo ves venir. No se espera que en medio de la normalidad de repente se cuele algo tan horrendous, igual que en la vida: un día vas a trabajar como todos los días y puede pasarte lo que pasó en aquel edificio, sin esperarlo.

He sentido gran ternura cuando habla de su relación con su prima, de la juventud, de las confidencias, las locuras, que me hacían acordar de mis propias locuras con mis primas en la juventud y que ya parecen tan lejanas. Ha sido un relato cercano que sin duda he disfrutado mucho.
Pero esto no es todo, Jo Ann nos acercará a su existencia incluso a través de animales como el coyote, en un colmo de originalidad.

No dudaría en recomendar esta lectura a los amantes de la no-ficción que no busquen algo sesudo, sino algo cercano y familiar. Me ha gustado mucho y no sólo por los temas tratados, sino sobre todo por la manera de narrar de Jo, tan amigable que pareciera que estás tomando café con ella en el porche de su casa. La recomiendo mucho.

Los chicos de mi juventud es una colección de relatos autoficcionales escritos, de manera casi burlona, en presente. Así, en la escritura de Beard, las manecillas del reloj comienzan a girar en sentido contrario y la lectora se precipita por su propia cronología hasta igualar su edad a la de la autora y hasta que las escenas que se le están narrando comienzan a desfilar por delante de sus ojos como si las estuviera viviendo. Por ello, me parece una maravillosa metáfora de la cotidianidad de nuestras vidas y un ejercicio narrativo capaz de convertir lo fugaz en eterno.

El objetivo de Jo Ann Beard queda claro tras girar la última página de estas memorias: la autora hace partícipe a la lectora del final de la juventud y la transporta a aquella época como si nunca antes hubiera pasado por ella. Y para conseguirlo, relato tras relato, se nos presenta en todas sus facetas: como hija, prima, amiga, compañera, esposa y divorciada, una mujer empoderada. Pero hace más, y es que se dirige a la lectora en calidad de amiga, como si de una conversación íntima y repleta de confesiones se tratara.

La capacidad de Beard para capturar sentimientos, personalidades y relaciones y plasmarlos tan bellamente sobre el papel es indiscutible. Ella escribe lo que muchas de nosotras hemos intentado hacer, es decir, nuestra historia, y, al hacerlo, le confiere un carácter universal que nos ahorrará a las escritoras wannabe las horas y horas de intentos fallidos.

La estadounidense Jo Ann Beard nos ofrece una exploración íntima de su vida, desde su infancia en el Medio Oeste hasta su edad adulta, en esta colección de relatos memorísticos que destacan por su sensibilidad y atención al detalle, así como un esporádico tono burlón que se agradece. Se me viene a la cabeza el relato protagonizado por una Jo de 3 añitos un poco traviesilla, y el muñeco de tela al que disfrutaba torturando. Tiene un final brillante.

Pero no en todos los relatos está ese tono humorístico. También hay melancolía y dolor. Hay un relato centrado en el alcoholismo de su padre, y otro en los últimos días de la vida de su madre. Hay relatos que hablan de las miserias de su matrimonio. Hay uno espeluznante sobre un conductor que la persigue por la carretera. Hay otro aún más espeluznante del que os hablo al final de la reseña.

Es curioso pero, pese al título del libro, son las mujeres de la vida de Jo las que cobran mayor importancia en la mayoría de relatos: su madre, su tía, su prima, su mejor amiga… Su amistad con Elizabeth protagoniza el relato que da nombre al libro (también el más largo), con quien mantiene una conversación telefónica en la que van recordando momentos de su infancia y juventud y los distintos chicos con los que salieron o hacia quienes se sintieron atraídas.

Aunque, como suele ser habitual en las ediciones recopilatorias, no todos los relatos me sedujeron por igual, aprecio la habilidad narrativa y el enfoque reflexivo, ácido y libre sentimentalismos de Beard para captar la complejidad que esconden las vidas comunes.

Ha un relato que sobresale por encima del resto, en mi opinión. “El cuarto estado de la materia” me pilló de improviso (no suelo leer las sinopsis que aparecen en las contraportadas), y fue un mazazo emocional. Se trata de un texto impactante que nos introduce en un momento de gran trauma para la escritora. Solo por este relato, que se publicó originariamente en The New Yorker, creo que merece la pena acercarse al libro.