Sinántropos

Cómo me gusta encontrar escritores que me sorprendan y qué difícil es. Carlos Bassas del Rey lo ha conseguido, y no por la historia que me ha contado, en realidad he leído historias parecidas, sino por como lo ha contado. En un primer momento su estilo me ha descolocado, pero después algo en mi cabeza a hecho clic y he conseguido entenderlo. La forma en la que está escrita esta novela es original, diferente, casi poética. Un soplo de aire fresco que me muestra que no todo está dicho en este género. No puedo decir que me ha encantado porque no ha sido así, pero sí me deja con ganas de leer más. Este no es un libro para todo el mundo, pero si te animas, si corres el riesgo, quizás te sorprenda como a mí.
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El frío es implacable.
El frío es invisible.
El frío no tiene cuerpo ni peso ni masa, por eso siempre encuentra el modo de abrirse paso, un resquicio, la fisura más menuda; se desliza por la piel hasta dar con la herida y se te mete dentro.
El frío es más listo que el viento.
El frío tiene dedos más pequeños que la lluvia.

CURIOSIDADES

📢 Carlos Bassas es un escritor nacido en Barcelona licenciado en periodismo que se define a si mismo como un "juntaletras de fortuna que ha escapado a tiempo del periodismo". Ganador del premio Hammett en 2019, se presenta como un peso fuerte del panorama español de novela negra.

📢 "Sinántropos" es el tercer libro de la "Trilogía de la oscuridad", formada por Justo, Soledad y esta misma. Son novelas independientes, sin personajes en común, pero todas pivotan sobre un mismo tema, la venganza.

OPINION

Cuando la oscuridad hace acto de presencia y lo torna todo en pesadilla se gesta la usurpación de la vida por la venganza.

Novela muy negra en la que una trama desarrollada al milímetro desencadena una historia de dolor, furia, traición, frío y vacío, en la que no hay cabida para el perdón pero sí para el remordimiento.

Una historia que esconde la vida de barrio pobre donde se hace lo necesario para sobrevivir, caiga quien caiga y pese a quien pese. Drogas, marginalidad, supervivencia, abuso. Decisiones inoportunas, momentos equivocados.

Con un estilo impecable, limpio, lírico y profundo el autor consigue transmitir una historia en la que realmente nada (o todo) importa, salvo la consecución del objetivo planeado. Corto me ha parecido un gran personaje, aunque los personajes secundarios no se quedan atrás.

Es una historia que va ganando puntuación según va reposando en el tiempo. He necesitado digerir el mal cuerpo y la sensación de que puede ser una historia no tan lejos de la ficción. Si os gustan este tipo de historias no dejéis de leerla.

“Corto entiende al fin que hay agujeros de los que es imposible salir; laberintos de los que no se puede escapar. Ha creído ser Bruno, pero jamás ha dejado de ser Corto”. ~ Sinántropos de Carlos Bassas del Rey.

Sinántropos es una historia de perdedores. Así, claramente. A pesar de que el origen de la palabra, como dice la sinopsis, procede de la adaptación al medio creado por el humano, en este caso no hay éxito en la adaptación, o por lo menos a mi no me lo parece.

Un joven, Corto, regresa su barrio del que huyó hace diez años. Vuelve a reunirse con su pandilla y su ambiente de delincuencia callejera. Todo gira en torno a él, a unos hechos que se van descubriendo poco a poco y que tejen la tela de araña de la que Corto no puede escapar, bien porque no da los pasos adecuados, bien porque la tela está demasiado tupida; son demasiadas arañas tejiendo.

Me ha encantado la forma en la que el autor ha liado y desenredado la madeja así como la personalidad que le ha dado a los personajes, sin necesidad de entrar en mucho detalle. He podido sentir la miseria del barrio, el polvo por mis zapatillas, el aire cargado, la tristeza que rezumaba de cada esquina y de cada ladrillo, sin descripciones intensas.

Por momentos hasta he pensado que iba a sucumbir a la pena que sobrellevan algunos personajes y he deseado que todo les saliese bien pero ¿qué es salir bien en ese ambiente?¿Basta con sobrevivir o es necesario algo más? Una historia de calles sucias y de almas arrasadas que intentan justificar su existencia.

Libro leído gracias a la iniciativa #masacritica de Babelio y a Editorial Alreves que está apostando por unas historias fabulosas.

Tercera novela que leo de este autor, seguro estoy de que no será la última, tras Cielos de Plomo y "El honor en una mortaja" puedo declararme fan de este autor de novela negra, tan negra y oscura como original y particular.

En esta ocasión el autor nos invita a conocer a Corto, un protagonista muy oscuro que vuelve a su barrio marginal tras una huida obligada 10 años atrás, retomará el contacto con su madre, su amor adolescente, su grupo de amigos, los cuales no son quizás lo que pensaba, y sobre todo se encontrará con su mayor enemistad quien de verdad marcó su fuga- El Chino, un maleante que controla todas las cloacas de dicho barrio, desde los negocios mas turbios hasta los consumidores de los ultimos gramos de droga que se mueven por sus calles.

A este personaje le desaparece cuatro ladrillos de cocaína, Corto y sus amigos se ven involucrados en esa incidencia y en torno a ello gira la trama de la novela. Con un filón vengativo, en un ambiente de desolación, en una sociedad sin esperanza, que vive con el miedo y la culpa permanentemente, en la que personas sin escrúpulos campan a sus anchas se desarrolla la novela.

El autor, con un estilo poético por momentos, muy turbio, sin centrarse en la acción como tal si no en como viven los diferentes personajes, las razones para decidirse en la toma de decisiones sobre todo del protagonista.



Un novela muy recomendable si os gusta el género negro, no policiaco, turbio, oscuro y cruel, mas centrado en la evolución de los personajes que en la propia acción.


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«Así es la culpa, capaz de adoptar las formas más extrañas, muta según la presa».
 
Brutal, me ha gustado muchísimo, me ha hecho sentir miedo por el protagonista. Desde las primeras líneas y sin conocer las razones, Corto me encandila, hay algo que no cuenta, hay algo que oculta que le produce una herida que le desangra por dentro. Ha vuelto a vengarse, tiene un odio que no quiere, que le duele, que le convierte en lo que no desea ser. Lo que he sentido ha sido muy parecido a la ansiedad, ese es el estilo de Carlos Bassas del Rey, meterte dentro de la historia y hacerte sentir preocupación y miedo por Corto, deseas que por una vez las cosas le salgan bien, que encuentre la paz y el camino a cierta felicidad, que pueda ser quien él quiere en un barrio decadente y miserable.
 
«Hay culpas que no prescriben nunca».
 
                Porque hay errores que no pueden subsanarse, el tiempo juega en nuestra contra, las personas se distancian, se mueren, y todo queda prendido en un limbo. La solución nunca es la distancia, las culpas nos acompañan, los miedos y las dudas, tampoco lo es mirar hacia otro lado, solemos tomar malas decisiones de las que luego nos arrepentimos.
 
«A todo acto le acecha una consecuencia».
 
                Y la frase anterior es la clave de la novela, un aprendizaje que Corto conoce por las malas, que es como se aprende, nadie escarmienta en piel ajena.
 
«Solo se añora la soledad cuando sabes que prescribe».
 
                Una novela impactante emocionalmente, siento tanta rabia cuando tengo el cuadro completo de la vida de Bruno Garza, Corto, es tan injusto todo lo que le sucede, una consecuencia de actos ajenos a él que le arrastran sin piedad, no puede huir, impotencia. Para escapar de la realidad busca la distancia, pero entenderemos al final que esto es un autoengaño hasta para nosotros los lectores, porque Carlos Bassas no dejará libre a Corto.
    Y al terminar, sé quién matará a Corto y cómo, lo que no sabemos es cuándo. Pedazo tortura, porque hasta él lo sabe, no hay escapatoria. 
 

En ocasiones, más de una vez lo he comentado en varios sitios, me fijo unas determinadas expectativas que se cumplen en la mayoría de ocasiones pero, en el otro extremo, hay momentos en los que esas expectativas por lo que sea no llegan a cumplirse y "Sinántropos" de Carlos Bassas del Rey es una de estas novelas que no logran alcanzar las expectativas. Sinceramente, después de leer tres novelas de este autor, me esperaba algo más de "Sinántropos".

La idea, la trama o cómo queráis llamarlo, en líneas generales está muy bien planteada saliéndose al mismo tiempo de lo cotidiano, de lo normal puesto que en ningún momento aparecen los investigadores para nada. Es una novela que se centra en el punto de vista de los más desfavorecidos, de los más pobres, de aquellas personas que lo han perdido todo y, como se suele decir, no tienen en donde caerse muertos. También es verdad que, en varias fases de la novela, parece como que se quiere contar mucho en pocas páginas sin ningún orden en la redacción del escrito. Desde mi punto de vista, que puede estar de acuerdo con el vuestro o no, hay demasiadas interrupciones en el ritmo de la narración.

Lo que sí tiene la novela y que me ha gustado mucho ha sido la psicología de los personajes. Como tratan de prosperar en la vida tan aciaga que les ha tocado vivir.

Carlos Bassas del Rey, guionista, escritor y periodista español, es conocido por su labor en la docencia y por sus propias obras, siendo ganador de premios como el Plácido a Mejor Guión o el Ciudad de Carmona de Novela Negra.
“Sinántropos” es una novela negra cargada de reflexiones, venganza, intriga y tensión bajo un marco ambiental oscuro y turbio, en donde la realidad parece envolver la ficción.
Carlos consigue, de forma magistral, que sus personajes sean muy humanos, sacando lo más vil de cada uno de ellos. El egoísmo, la vanidad, la violencia, la venganza, la desesperación, la impotencia, la humillación o la supervivencia son algunas de las características más relevantes que destacan en la novela.
Llena de simbolismos y metáforas, el autor hace muestra de su gran bagaje cultural al complementar su obra y relacionarla con fragmentos de textos bíblicos, datos científicos o personajes de la mitología, entre otros. Todo ello, además de aportar información muy interesante sobre curiosidades, también embellecen una narrativa elegante, sencilla, directa y amena convirtiéndola en un texto poético.
Los capítulos son breves en su mayoría, lo que favorece la agilidad en la lectura, así mismo los diálogos incluidos son precisos y claros ya que cumplen con una función. Además, el lenguaje de Carlos está muy pulido, es refinado incluso para describir escenas tan horrendas como abusos sexuales o asesinatos, e incluye numerosas comparaciones.
La novela mantiene la intriga desde el principio, ya que el protagonista esconde un pasado que se va revelando a lo largo de la trama y que, a su vez, vertebra la novela, sin embargo, personalmente no me ha atrapado. La trama es bastante lineal, no consigue transmitir la inquietud ni el desasosiego ante las brutalidades acaecidas, así mismo, en su conjunto lleva impresa un aura triste, derrotista, en donde no hay salida para ningún personaje y, en ocasiones, creo que las actitudes de odio, violencia o violaciones no están justificadas, sino que más bien el autor las ha introducido para magnificar el dramatismo de la historia.
Aún así es una buena oportunidad para todos aquellos que deseen sumergirse en un oscuro mundo en donde, de forma metafórica, se nos muestra en extremo cómo nos puede llegar a afectar nuestra procedencia, el ambiente en que nos criamos y las posibilidades que se nos ofrecen a lo largo de nuestra vida, así como la gran dificultad que supone salir de ahí una vez has tocado fondo.

Me gusta empezar a leerme libros sin saber bien de qué van, por dónde me va a llevar la trama, y que me acaben sorprendiendo. Y este libro lo ha hecho y con creces. Hacía mucho tiempo que no me pasaba con un libro.

Un libro que de primeras parece que va a ser una historia con drama social, se acaba convirtiendo en eso pero en mucho más oscuro, grotesco, desalentador. Esta es la historia de una venganza y a cada página, siguiendo a Corto, su protagonista, nos vamos hundiendo con él en ese pozo donde sólo espera la muerte y la desidia, la nula esperanza por todo. Sólo hay cabida para la venganza.

El uso de un lenguaje explícito, sin tabúes, oscuro en muchas ocasiones, se entremezcla con frases cortas, sentencias que se repiten, jugueteando con la poesía y lo lírico. Carlos Bassas del Rey nos demuestra tener un gran dominio de la narrativa en cuanto a la novela negra se refiere, y en esa habilidad que supone meterse en la cabeza de su protagonista hasta los rincones más oscuros del propio ser humano. Rincones en los que uno ya está tan dañado que no le importa a su vez dañar a personas a las que quiere. Nos narra escenas muy duras, de esas que por lo que sea, no son fáciles encontrar en cualquier libro. Carlos no le tiene miedo a eso, porque no trata de agradar al público, y eso es de admirar.

Para mí desde ya, una voz a tener en cuenta en la novela negra española. Una voz que sabe en qué liga juega. Y la juega muy bien.
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