Un océano para llegar a ti

El miedo camina siempre por el sendero más seguro, pero allí no se encuentran los verdaderos deseos.

A veces andar con desconocidos espanta demonios, ausenta los malos pensamientos o, por lo menos, por decoro, los mantiene a buen recaudo.

No hay condimento mejor que el amor para alejarse de los malos pensamientos.

A veces, vivir en tiempos distintos hace que no coincidas con la gente que más te conviene o que estás destinada a conocer.

El deseo es lo primero que desaparece con la pérdida.

La edad no solo te envejece, sino que además te engrosa la cobardía.

El dolor tiene reacciones confusas e inesperadas.

Las muertes, sean nuestras o no, nos reviven de un modo u otro.

Una muerte nos conecta de un modo animal con el resto. Todos aullamos nuestras pérdidas.

Perder parte de tus orígenes hace que te sientas vulnerable ante los que te quedan y que quieras aferrarte a la tierra, a tu suelo.