Bajo el faro

No hay autor que no haya caído en la tentación de crear un personaje con el que sacar una y otra vez diferentes historias. Yo, como lectora, me desespero por momentos, porque me gusta el orden y no puedo ir y leer el que me dé la gana. Entiendo que una vez que encuentras la gallina de los huevos de oro no la aproveches pero me termina por entrar el hastío. Aún así, a pesar de lo dicho, supongo que leeré el segundo para ver cómo ha evolucionado mi amigo Thorkild. En principio parece que van a ser solo tres entregas; ya veremos.

Como supondréis esta reseña debe comenzar por hablar del protagonista: el investigador de la desaparición de un hombre, una que termina por complicarse por momentos. Será él el que nos relate su día a día. Sus pocas ganas de hacerlo pero que no le queda de otra. El autor ha creado un personaje con mil problemas, demasiados, ya os digo: recién salido de la cárcel, depresivo, adicto a los fármacos, sin trabajo, ni futuro. Este muchacho compró todos los boletos para la repartición de la mala suerte. Se me hizo algo tedioso en los inicios; un tanto encasillado, con los mismos pensamientos negativos dándole vueltas por su cabeza. Tal vez esa sea la parte que menos me convenció.

de vez en cuando Thorkield recuerda su pasado, en especial a una chica, lo que te va dando la información necesaria para lograr juntar todas las piezas y saber porqué su vida se fue al garete. Un modo interesante de colocar las bases y comprender el modo de actuar del investigador.

Un aspecto que definiría a este escritor es el modo peculiar que tiene para describir lo que sucede alrededor del personaje, así como las emociones y los lugares que visita. Te hace sentir cómodo y casi como si tú estuvieras allí.

No nos podemos olvidar de ese toque surreal con el que en en ocasiones te encuentras, sin saber si son fantasmas, visiones reales o tan solo la imaginación desbocada de Thorkild. Tantos medicamentos y alcohol no son una buena combinación. Por supuesto eso queda para el futuro lector descubrir que es real o imaginario.

Sin contar ese inicio con el que no me terminaba de encajar el protagonista principal, me he encontrado con una historia interesante, dinámica, con toques de irrealidad. Un personaje peculiar con el que te quedan ganas por descubrir cómo le habrá afectado a su estado emocional todos sus últimas vivencias; a mi al menos si. Y no nos podemos olvidar del caso de investigación que comienza siendo una mera búsqueda de un cuerpo ―para que los padres tengan un lugar en el que dejar flores― pero que se va enredando a cada página y a ti con ella.



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“Todavía no. No hasta que encuentres a Rasmus y lo traigas de vuelta a casa. Después podrás volver a arrastrarte al agujero del que has salido y hacer lo que te de la gana durante el resto de tu vida” ~ Bajo el faro de Heine Bakkeid.

Thorkild Aske era policía pero fue expulsado del cuerpo tras un accidente de tráfico en el que falleció su acompañante. Tras salir de prisión, Aske acepta un encargo: encontrar a un joven que restauraba un faro en una isla para convertirlo en centro de ocio. El policía se desplaza allá y el primer día que visita el faro encuentra un cadaver, pero no es el del joven sino que pertenece a una mujer. Sin embargo, el cadaver desaparece y una serie de extraños sucesos comienzan a suceder. En todos se ve implicado Aske.

No sé muy bien que pensar de este libro. Hay partes que me han sobrado por completo. Como ejemplo los problemas estomacales del protagonista y como soluciona su estreñimiento crónico. de verdad, no hacía falta. Y es que así, pasa de describirnos escenas extrañas a párrafos de lucidez en los que disfrutas de la narrativa y de la historia.

Creo que esperaba más de la trama. Quizá me había imaginado una historia menos rara; o quizá es que al estar narrada en primera persona en la voz del protagonista, los puntos de vista se ven limitados a lo que el protagonista vive. Y claro, entre las drogas y sus alucinaciones, me ha resultado una historia extraña por todo: los personajes, los diálogos, secuencias que mete en la trama que no vienen a cuento... no sé. Aún así le daré una nueva oportunidad a este detective. Creo que hay otro libro y cuando lo traduzcan quizá lo lea. Este, como digo, me ha dejado un poco descolocada y aún no sé si eso es bueno o malo.

Intriga y suspense dentro de un entorno idílico, con un protagonista que es difícil de comprender.

Es una novela nórdica que cumple con lo que se espera de ella. Tiene un crimen, un policía muy especial, hay que resolver pistas en un islote, y un final cerrado. La novela tiene buen ritmo, y tiene algo que engancha.

Ahora bien, el protagonista te puede sacar de quicio o puedes ir llevándolo por la curiosidad de ver qué sucede, en mi caso lo segundo. Thorkild Aske (impronunciable, como todo nombre nórdico) es un ex policía con bastantes traumas y problemas. La novela está narrada en primera persona por él y hay capítulos muy buenos y otros que no sabes por qué están, no le dan sentido a nada. Es difícil comprender a este hombre: una personalidad sumamente compleja y aproximada a la locura en muchos momentos.

Por lo demás el libro es entretenido, no tiene una trama compleja ni rebuscada, pero sí me he llevado alguna sorpresa con algún que otro personaje.

Es el primero de una serie, el segundo está ya publicado, “Cicatrices”, el cual no descarto leer por saber si Aske sigue siendo igual o ha evolucionado a un ser más “de verdad”.

Thorkild Aske, expolicía, después de salir de la cárcel participa en una oferta de ayuda para la reinserción social. le proponen buscar posibilidades para la reincorporación a la vida laboral en un campo diferente de la policía. Pero antes, y de manera privada, es contratado para investigar una investigación de una desaparición en un faro al norte de Noruega. Pero Thorkild ha tocado fondo. La nueva vida al otro lado de las rejas se le hará cuesta arriba.

Una vez que me hube acostumbrado a los nombres imposibles noruegos y situé mentalmente el faro de Blekholmen y el escenario de la desaparición todo marchó sobre ruedas. Es una novela a la vez atmosférica y llena de suspense. No hay que olvidar que el clima está íntimamente relacionado con los países nórdicos, por lo tanto la meteorología en esta novela es un actor primordial junto con el personaje principal, Thorkild Aske, un hombre desmotivado que acaba de salir de la cárcel. En ambos casos, el tiempo noruego (intensa lluvia, frío extremo, el mar embravecido) y Thorkild Aske (con las huellas psicológicas imborrables que deja el pasar por un episodio fatídico) me han convencido. Como pasa en casi todas las novelas hay detalles mejorables o que a mí personalmente sobran o faltan pero en líneas generales me ha parecido un buen comienzo para esta serie de novelas protagonizadas por Thorkild Aske.

El tema de un policía apartado del cuerpo policial y suspendido de empleo y sueldo no es nuevo. Aquí, la vuelta de tuerca viene marcada por la inestabilidad psicológica de Thorkild Aske que pasó de ser un prestigioso policía a ser un paria del que su propio cuerpo reniega. Lo dicho, no cae erróneamente en los cliqués de la novela policíaca.

Hablando de los diálogos, tan importantes y difíciles de escribir, en esta novela están escritos eficazmente para dinamizar la lectura y con el tono irónico que tanto me gusta. La narración es rápida, envolvente y, como dije anteriormente, muy atmosférica.

Resumiendo, es un thriller extraño y complicado. Algo retorcido y con un toque paranormal que no llegué a pillar muy bien. Lo mejor es el escenario y el clima nórdico que todo lo cubre. Las paranoias del personaje principal son comprensibles dado su situación por la que pasa aunque a veces me resultan latosas. En líneas generales, me ha gustado. Mejorable, sí. Pero esperaré al siguiente libro para decidir si continúo con la saga o no.

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Este es el primer libro de una serie que, seguramente, no continuare porque, para empezar, no he conectado con el protagonista. Entre sus neuras, su pasado y su forma de portarse no me ha simpatizado en ningún momento. El resto de personajes tampoco es que me hayan dicho mucho y, sobre los asesinatos, tampoco les veo justificación. En fin, leedlo vosotros y juzgarlo, pero si no os gusta no digáis que no os lo advertí, je, je, je.