Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea

Me resulta muy difícil hacer una reseña de este libro, trata temas muy complejos y que me han dejado bastante tocada.
Escrito en primera persona desde el punto de vista de un niño que perdió a su hermana en un atentado, nos habla de lo difícil que se hace a unos padres seguir viviendo con algo así. Es fácil poder criticarlos por su actuación pero creo que nadie que ha pasado por ello debería hacerlo. ¿El dolor puede bloquearte de tal manera que se te olvide que tienes otros hijos? Supongo que sí. Y pasarles tus odios a los pequeños debe ser una manera de hacerle frente a todos esos sentimientos negativos.
Que con 10 años tu mayor compañía sea un gato es muy triste, como también lo es la xenofobia, el acoso escolar o el abandono familiar. Todos temas muy presentes en esta novela.
Aunque no es de fácil lectura porque muchos fragmentos duelen, sí se lee rápidamente. Aconsejo su lectura si estáis subiditos de ánimo.

Este libro parte presentando una familia brutalmente golpeada por la tragedia. Rore era la hermana de Jamie y murió en un atentado terrorista en Trafalgar Square (Londres, Reino Unido). Él no recuerda demasiado de ella, pero Jasmine, la gemela de Rose, se encarga de recordársela.

"Mi hermana Rose vive sobre la repisa de la chimenea. Bueno, al menos parte de ella. Tres de sus dedos, su codo derecho y su rótula están enterrados en una tumba en Londres. Mamá y papá tuvieron una discusión de las gordas cuando la policía encontró diez pedazos de su cuerpo. Mamá quería una tumba que pudiera visitar. Papá quería incinerarlos y esparcir las cenizas en el mar."

Annabel Pitcher, Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea

Jasmine y Jamie viven con su padre, totalmente destrozado por la pérdida de su hija e incapaz de superarlo, que decide mudarse junto a sus dos hijos, para comenzar una nueva vida lejos de Londres. Será en Ambleside (Distrito de los Lagos) donde arranque esta historia contada en primera persona por Jamie.

La narración cautiva desde el principio, por el discurso sencillo, sin tabúes y profundo. Tan cruel como real, la autora nos sumerge en los esfuerzos de cada uno de los miembros de la familia por recomponer sus vidas. La superación del duelo, la aparición de personajes que obligarán al pequeño a cuestionarse todo aquello inculcado por su padre, la esperanza de un niño por recuperar la familia feliz que recuerda y el papel magistral de la hermana como pilar fundamental en la vida de Jamie. Y será a través de sus ojos como se nos plantearán cuestiones tan complejas como el terrorismo, el alcoholismo o el abandono de los padres.

De lectura imprescindible y para la reflexión, que surge espontánea sin que el lector se percate. Esta pequeña novela, corta pero de intensidad rampante, arrastra al lector hasta el final.

Annabel Pitcher es una escritora inglesa nacida en Yorkshire (Norte de Inglaterra), licenciada en Filología Inglesa.
Enlace: http://lacopela.blogspot.com..

Esta es una novela que encontré por casualidad hace muchos años y que me encantó cuando la leí. Tenía vagos recuerdos de ella a pesar de lo mucho que la disfruté y ahora, era el momento de hacer una relectura. Sin duda la he disfrutado igual. Me ha apenado lo mismo y he sonreído por las mismas cosas que la otra vez. Es una novela de esas que voy a ir releyendo varias veces a lo largo de mi vida. Su corta extensión ayuda para leerlo en apenas una tarde y sin duda merece muchísimo la pena. Te llevas unas enseñanzas, una congoja en el alma, que se hace imprescindible. Es un libro que me arriesgo a recomendar a todo el mundo. Creo que todos lo podemos disfrutar a nuestra manera y que a todos nos dejará algo en qué pensar. Un duelo, amor de hermanos, madurez, infancia rota, racismo, amistad. Una novela llena de emociones y de vivencias.

Toca un libro al que tenía ganazas. Siempre intento no ir con las expectativas muy por las nubes, por “miedo” a posibles batacazos –porque, obviamente, esto pasa-, pero si con este las tenía… cumplió con creces.

De hecho fue de cabeza a mi top de lecturas del año.

Hacía mucho que no tenía que “descansar” tras terminar un libro… de estas veces que te quedas sentada en el sofá mirando al vacío y pensando en lo que acabas de leer. Y me hizo emocionarme especialmente al llegar a los últimos capítulos.

La historia ya en sí me parece una genialidad como propuesta y como (¡ojo!) primera novela de la autora, creo que es un súper acierto el hecho de que el narrador sea el hermano pequeño, Jamie.

A nada de cumplir los diez años y de padres separados, se va con su padre, su hermana adolescente Jas y su gatete Roger para empezar desde cero en el norte de Londres. Y es que han pasado cinco años desde la muerte de Rose, la gemela de Jas, en un atentado terrorista islámico que dio la vuelta al mundo.

Como es lógico, cada uno pasa el luto a su manera, dándonos cada personaje visiones de lo más diferente, con las que por supuesto no tenemos por qué estar de acuerdo –de hecho habría abofeteado al mendrugo de su padre y a la palurda de su madre, menudos ineptos y egoístas de mierda-.

Si bien la familia parece haberse venido abajo, Jamie observa cómo las cenizas de su hermana reposan sobre la repisa de la chimenea… mientras la vida pasa e intentan salir adelante.

La premisa me pareció ya de entrada muy muy interesante, de hecho, ostras, no me esperaba algunas cosas de las que suceden, ni desde luego el tono del libro, que me encantó.

La autora consigue que te metas en la piel de Jamie y lo comprendas a la perfección, pareciéndote aún más injusto el comportamiento de los adultos (los padres, que como he comentado más arriba son unos egocéntricos, por mucho que intente empatizar con ellos).

Los personajes tienen un carisma tremendo, destacando también a Jas y a su relación con Jamie, a ese amor tan bonito y tan de verdad.

Si bien no es un dramón de novela, pese a que lo pueda parecer con el título, es una historia muy amena que se lee realmente bien, además de hacernos sonreír en alguna ocasión… pero ha sido llegado al final cuando he dicho “joder”.

Muchas sensaciones, mucho nudo en el estómago y la garganta. Me encanta cuando un libro consigue todo esto y te deja esa mella y esa necesidad de vaciar el cerebro y ordenar toda esa información que acaba de recopilar.

Una pasada de lectura que va de cabeza a mi lista de libros favoritos.
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Mudanzas y comienzos
Jamie se mudó a un nuevo vecindario junto con su padre y su hermana Rose, después de que su hermana Jas muriera en un atentado terrorista. Desde entonces, durante estos cinco años ha pasado de todo y no ha pasado nada: si madre se fue, su padre no para de beber y tanto su hermana como él no han parado de crecer solos.
Así se nos plantea la historia en donde la voz narradora será la del propio Jamie, un niño de diez años que nos cuenta su punto de vista de la realidad que le rodea: el colegio, su casa, el vecindario… Su comprensión del mundo será la propia, es decir, una visión ingenua y limpia de lo que sucede, a la que veremos enturbiarse poco a poco con el crecimiento del personaje.
Por ello, dentro de este pensamiento, propio de la infancia, Jamie convocara el hechizo del todo irá bien y pensará que si consigue hacer algo que cambie sus vidas (la de su familia) todo volverá a arreglarse. En este sentido, efectivamente, la muerte de Jas en la que impera todo, sí, pero es de lo que menos nos hablará el protagonista.
A toda la situación familiar, además, se unirán los pensamientos propios de la edad: el descubrimiento del mundo, de cómo cambian los estatus de poder; la amistad y lo que implica, comprender lo que es el perdón o el querer a una persona… Todo ello, con la reflexión de un niño, sí, pero que en muchos casos nos da la oportunidad de volver a entender estos sentimientos, como si los hubiéramos olvidado.
Otorgando la voz
Para que la historia nos llegue tan bien y podamos entender perfectamente a Jamie, la autora ha empleado un estilo que tiene una dulce sencillez, la que nos ofrece la perspectiva de un niño de diez años, pero que a la vez nos muestra la crueldad propia de la edad, la que la inocencia ofrece al describir hecho que no se comprenden pero que duelen de verdad. La violencia del padre, los intentos de su hermana por volver a ser una y ella misma, el abandono de la madre, etc.
Y es que no solo Jamie será voz cantante, sino que a través de la suya podremos comprender, aunque no estar de acuerdo, el sufrimiento de su padre, el abandono total al que se ve sometido; podemos ver a Rose que, después de perder a su gemela, tiene que aprender a ser solo una, tiene que aprender qué es ser adolescente y cómo se vuelve a sentir.
Por otro lado, y siguiendo con el estilo encontraremos una historia particular porque no encontraremos diálogos al uso, sino que el estilo será indirecto, potenciando aún más el discurso continuo del protagonista, asemejando al flujo de pensamiento de la infancia.
Aprender de todos los sitios
Como decíamos anteriormente, Jas muere en un atentado terrorista. En concreto será el terrorismo islámico quien se lleve a la hermana de Jamie y, sin embargo, su mejor amiga será una niña musulmana llamada Sunya. Esta relación, que podría parecer al lector el colmo para la beatificación, se nos ofrece tal cual es, la relación de dos niños que están aprendiendo cómo es el mundo juntos. Ella aprende cómo ser niña con hiyab y él aprende cómo ser un niño sin madre, ya está. Pero, por supuesto, encontraremos un gran grito a la tolerancia y respeto al otro en esta relación. Como dicen ellos mismos: «las madres y los padres no se enteran de nada».
En este sentido, los valores asimilados en la novela son muy especiales, porque más allá de los temas que duelen de verdad, los que hemos mencionado antes, encontramos esperanza. Encontramos el apoyo de los que nos quieren de verdad, la comprensión que tenemos que hacer a los mayores, por supuesto, pero reivindicada también, la que ellos tienen que hacer a los pequeños. Además, entendemos la vida y su fugacidad no como algo trágico, sino como algo inherente a ella misma. Comprenderlo se vuelve muy difícil, pero vital si queremos seguir adelante.
Juveniles para mayores
Este libro llegó a mis manos porque estaba en el departamento de lengua del cole en el que trabajo. Llevo un tiempo leyendo juveniles por si mis alumnos me piden que les recomiende novelas y este me pareció muy buena opción. Me ha resultado una lectura dura, porque la cuestión de la muerte está tan bien tratada que si la has vivido de cerca vuelve a ti, pero además me ha gustado mucho. Creo que el que se nos ofrezca la historia desde la perspectiva de un niño de diez años nos permite ver cuestiones muy importantes: la muerte, el odio, la tolerancia, la amistad, la familia… con una perspectiva tranquila y objetiva.
Os la recomiendo más allá de que seáis jóvenes o adultos. Todos podemos aprender algo nuevo cada día y desde luego si lo que aprendemos es a gestionar lo que sentimos y lo que el mundo nos provoca, no vamos a malgastar el tiempo. Espero que os guste y que la recomendéis, todos necesitamos comprendernos un poquitín más.

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Compré este libro atraída por su portada y, confieso, que no fue para nada lo que me esperaba en un principio.
El narrador es Jamie, un niño de 10 años cuya hermana falleció hace cinco en un atentado terrorista islámico.
Jamie nos cuenta su vida junto a sus dos hermanas y su padre, ya que su madre se separó y se marcó a vivir con su nuevo novio. Este pequeño que tiene que abandonar su hogar en Londres, se siente increíblemente solo porque desde el atentado su familia se ha separado y cada cual vive sus problemas.
Pero su soledad se extingue cuando conoce a Sunya, con quien entabla una estrecha y preciosa amistad hasta que su padre descubre los orígenes de la nueva compañera de su hijo y le prohíbe todo trato con ella y su familia, aunque a él le resulta incomprensible esta decisión.
Sin duda, es una historia que toca el corazón de cualquier lector a la altura de El niño con el pijama a rayas, además de hablar sobre valores y lacras sociales como es el racismo.
Es uno de los mejor libros que he leído.

He reído, he llorado, me he emocionado muchísimo con esta historia.
Dura, muy dura, pero estar narrada bajo la voz de un niño hace que esa ingenuidad le reste crudeza (o puede que esa misma voz infantil lo haga más emotivo).
Un libro de perdones. de perdones en todos los aspectos. Y un libro de convivencia, también de convivencia en todos los aspectos. A veces resulta más difícil convivir con nuestros propios demonios que con los del vecino.
Una grandisima historia.

Este libro nos enseña el punto de vista de Jaime, un niño de 10 años que no entiende porqué sus padres actúan de una forma tan rara.. Una de sus hermanas mayores murió antes de nacer el y siempre se ha preguntado porqué una vez al año sus padres ponen un trozo de tarta encima de la chimenea junto a la urna con las cenizas de su hermana. Es una historia muy dura vivida desde la mente de un niño. A veces no somos conscientes de hasta donde llega la comprensión de un niño a esa edad y le exigimos mas de lo que deberíamos. Es una historia adorable, emotiva y que te toca el corazón

La historia comienza cinco años después de que un atentado islamista en Londres acabara con la vida de Rose la hermana mayor de James Matthew. El suceso causa la ruptura familiar al ser esta incapaz de superar el dolor de la perdida de Rose. Con apenas diez años James debe hacer frente a la nueva situación familiar, al abandono total por parte de sus padres de la vida familiar y además debe convivir con la continua presencia de su hermana fallecida cuya urna funeraria descansa sobre la chimenea de la casa. Tras mudarse de Londres a Ambleside, James debe enfrentarse a otros problemas como la adaptación al nuevo colegio y las dificultades y el rechazo que conlleva la amistad con una niña musulmana. Junto a su hermana Jas, gemela de la fallecida Rose, James luchará para superar la desunión y el dolor que envuelve a la familia.

Para presentarnos esta historia Annabel Pitcher se vale de un narrador protagonista James Matthew, un niño de diez años que, desde su propio punto de vista, nos irá mostrando como a raíz de la durísima perdida de su hermana Rose en un atentado terrorista, su familia se desintegra. Con este punto de vista Pitcher nos presenta una trama con una narración fresca, presentada de una forma atractiva, que consigue calar en el lector al empatizar rápidamente con las reflexiones y la visión peculiar del pequeño Jaime. Con un estilo indirecto la trama fluye manteniendo el ritmo en todo momento hasta el desenlace.

James o Jaime, el protagonista nos resulta creíble y real. Tenemos a un niño que se ve obligado a madurar de golpe. le vemos enfadado ante la constante presencia de los restos de su hermana fallecida en la casa. Rose actúa como una antagonista, su presencia roba todo el protagonismo al pequeño James y este se rebela ante esta situación.

Se muestra esperanzado con el retorno de su madre algún día sin que esta llegue a producirse. Resulta creíble cuando nos muestra su soledad, también cuando se apoya en su hermana para llenar el vacío que siente. Y le vemos esforzarse por recuperar una vida que para nada es una vida normal.

El dolor causado por la muerte traumática de Rose es el hilo conductor de la obra. El vacío dejado por una madre que se siente culpable y huye abandonándolo todo, junto con el alcoholismo y la depresión del padre incapaz de hacer nada para superar el dolor por la muerte de Rose y la pérdida de su esposa, se convierten en el potente leitmotiv que harán actuar a James.
Sin embargo el resto de subtramas que en un primer momento resultan atractivas no encuentran un desarrollo tan satisfactorio. Es el caso del acoso escolar que sufren tanto el protagonista James por ser de otra ciudad, como su compañera y amiga de clase Sunya por ser de origen pakistaní, no acaban de resultar del todo creíbles. Si bien es posible que el acoso se pueda producir, no resulta tan verosímil que el profesorado y la dirección del centro no actúen de alguna forma ante un problema tan grave o hagan oídos sordos ante las reiteradas agresiones y las evidencias físicas que muestra el protagonista.

Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea es un lectura que puede atrapar por las emociones que genera en el lector. Trata el tema de como la muerte la muerte afecta a la familia desde el punto de vista del niño con la naturalidad y el realismo que permite la ingenuidad y el sentido del humor del niño y así nos lo transmite la autora.

La unión al tema principal de la muerte de otros problemas como el acoso escolar, la amistad, el primer amor o el abandono familiar convierten el conjunto de la obra en una trama de superación.
Una lectura esté destinada a un público juvenil, amena y con temas para reflexionar en los que le autora solo pasa por encima.
6/10

En esta historia conocemos a Jamie cuya hermana falleció en un atentado terrorista en Trafalgar Square, el dolor destroza a su familia que se empieza a desmoronar de a poco y todo empeora cuando tiene que cambiar de escuela porque su papá odia a los musulmanes y se hace amigo de una niña musulmana.
Mientras leía este libro estaba muy triste y cuando lo iba a terminar lloré pero al mismo tiempo me hizo sentir con esperanza de que la gente puede cambiar y aunque el narrador es un niño de 10 años no se siente absurdo ni ridículo, se siente muy linda, inocente y genuina y sobre todo inteligente. No soy capaz de transmitirles todo bonito/doloroso que es este libro, solo les puedo decir que lo recomendaré hasta el fin porque si vale toda la pena del mundo.