Me resulta muy difícil hacer una reseña de este libro, trata temas muy complejos y que me han dejado bastante tocada. Escrito en primera persona desde el punto de vista de un niño que perdió a su hermana en un atentado, nos habla de lo difícil que se hace a unos padres seguir viviendo con algo así. Es fácil poder criticarlos por su actuación pero creo que nadie que ha pasado por ello debería hacerlo. ¿El dolor puede bloquearte de tal manera que se te olvide que tienes otros hijos? Supongo que sí. Y pasarles tus odios a los pequeños debe ser una manera de hacerle frente a todos esos sentimientos negativos. Que con 10 años tu mayor compañía sea un gato es muy triste, como también lo es la xenofobia, el acoso escolar o el abandono familiar. Todos temas muy presentes en esta novela. Aunque no es de fácil lectura porque muchos fragmentos duelen, sí se lee rápidamente. Aconsejo su lectura si estáis subiditos de ánimo. |