Los miedos

"Los miedos" de Eduardo Blanco Amor, es una novela de aprendizaje protagonizada por un niño que se enfrenta a los cambios del paso de la infancia a los primeros años de la adolescencia.


Pedro Pablo Valdouro, es un niño huérfano  quien está bajo la tutela de su abuela, una mujer que se ha hecho a sí misma, no pródiga en cariño con quien vive en la ciudad de Auria, topónimo con que el autor se refiere a Ourense, y pasarán ,como todos los veranos, en un  pazo de su propiedad en una villa no muy alejada de la capital. Estará rodeado junto a otro chicos de su edad con quienes buscará entretenimientos para hacer más llevadero el aburrimiento veraniego.


A través de los ojos de Peruco, haremos un recorrido por la sociedad rural gallega de principios del siglo XX y conoceremos sus usos y costumbres y las marcadas diferencias entre las personas de una y otra clase, y veremos a una aristocracia venida a menos pero resentida a la que el autor alude tirando de retranca. Con los juegos y desafíos que comparte con otros chicos, hay momentos en los que nos encontraremos con alguna escena homoerótica pero siempre vista con la inocencia de un niño lo que no le evitó acla novelacser objeto de censura.


Hacía años que no había vuelto a leer a Eduardo Blanco Amor y agradezco mucho la oportunidad que he tenido de reencontrarme con el autor en esta novela, la cual desconocía. Lo que no me ha gustado que se haya castellanizado los topónimos gallegos por muy en castellano que esté editada aunque agradezco que las expresiones gallegas utilizadas por el propio autor se hayan respetado.

No conocía 'Los miedos', algo extraño teniendo en cuenta que soy gallego y que Blanco Amor forma parte del currículum académico. Pero en todo puede haber sesgo y este título, silenciado en la dictadura, ha acabado sufriendo las consecuencias de esa ocultación más allá de la duración del régimen. Es de agradecer que esta edición ayude a rescatarlo y a que deje de considerarse no sé si diría como obra menor, pero sí como secundaria.

La obra narra las peripecias de Peruco, un niño que vive con su abuela ante la falta de referentes paternos, y que se dedica a jugar con otros niños a 'los miedos', es decir, retos para combatir el aburrimiento mediante subidones de adrenalina.

Leí 'A esmorga' en el instituto, y ya había olvidado lo divertido que puede llegar a ser Blanco Amor, con esa retranca tan característica con la que disemina las dinámicas sociales, las distinciones entre clases y sus grandes absurdidades (especialmente entre las altas o las que tienen ínfulas de serlo). Me ha gustado mucho cómo representa ese modelo de sociedad ya marchito, mostrando las primeras evidencias de estar en vías de extinción, y que sin embargo en su ruralismo sigue estando bastante vigente.

Quizás me esperase que fuesen más palpables o constantes las referencias homoeróticas. Soy consciente de que no podían ser demasiado evidentes y nada explícitas por el contexto político en que fue escrita. Pero para mí no ha dejado de ser algo anecdótico, habida cuenta también que el protagonista es todavía muy niño, en relación a la importancia que se le ha dado al tema en el márketing alrededor del lanzamiento de esta edición crítica. A mí me han marcado más los episodios en los que descubre la sexualidad, pero más como un concepto abstracto, como algo que simplemente existe en el mundo, más que las lecturas que se puedan hacer sobre el despertar del propio Peruco.

Al ser lector casi exclusivo de contemporánea, reconozco que el lenguaje me ha dificultado por momentos la lectura y he tenido que volver atrás en un par de ocasiones. Quizás sea injusto con la obra por ser algo personalísimo, pero también forma parte de mi experiencia, y no me ha pasado con todas las obras ni de su época ni anteriores. Tampoco me ha gustado que en el prólogo el editor haya optado por la toponimia castellanizada. Hubiese agradecido el gesto.

Eduardo Modesto Blanco Amor (1897-1979) fue un escritor y periodista gallego que vivió entre España y Argentina, y cuya obra fue relegada debido a su posicionamiento de izquierda, el carácter crítico de su obra y su homosexualidad declarada.

Y esta novela es un claro ejemplo de ese boicot, pero gracias a la Editorial Cátedra volvemos a tener este libro a nuestra disposición. Una novela costumbrista y de aprendizaje que se desarrolla en un verano de principios de siglo en una aldea gallega donde conoceremos a Pedro Pablo, Peruco, un niño a punto de enfrentarse a la adolescencia. Pedro, junto a sus amigos deciden, como medio de ahuyentar el aburrimiento inventar retos con los que sentir miedo.

Obra de calidad incontrovertible donde resulta atrayente que unos niños busquen el miedo y descubran que lo que más les asusta son las relaciones adultas. Pero la verdad, es que no me ha gustado tanto como esperaba, tal vez sea porque me ha parecido demasiado costumbrista o por el lenguaje de la época 🫤, no sé. Aun así, pasada la primera mitad del libro, el relato, contiene otras cosas no esperadas que al final han conseguido engancharme a la historia, especialmente por ese final tan sorprendente.

El autor logra transmitir la infancia en el pueblo, el temor y la inocencia de un niño y su proceso acelerado de maduración, o la más decisiva revelación de aquel verano, el descubrimiento del sexo. de esto último, hay que destacar un par de escenas, que me da a mí, fueron bastante controvertidas para la época.

Decir que tampoco ha ayudado la edición, mis ojitos lindos ya no leen cualquier tipo de letra. Pero en general, creo, que es una buena novela para quien le gusten las historias protagonizadas por niños.

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