Catedral

Jérôme Loubry se ha convertido en uno de mis autores favoritos. Tras leer Las hermanas de Montmorts me lancé a esta primera novela y la verdad es que no he podido estar más acertada.



Es un thriller psicológico de esos que quieren volverte loca según lees. Aquí lo de los giros argumentales se queda corto, muy corto. Si la novela está dividida en tres partes, me he encontrado con prácticamente una novela diferente cada vez. Y luego el final, que hace volar todo por los aires y preguntarte qué demonios ha pasado, cómo has llegado ahí sin verlo venir ni remotamente. Jamás he visto una forma tan brillante y brutal de llevar una trama. He disfrutado muchísimo y he hecho mil cábalas y claro, no he acertado ni una pequeña parte. Vamos, nada.



No os cuento de qué va, tendréis que adentraros en la lectura para descubrirlo, y si os gustan los thrillers psicológicos que te vuelan la cabeza, aquí es.

«… los jóvenes que teníamos fe en nuestro tiempo, que crecimos en el nuevo siglo y habíamos encontrado amigos en todos los países… se nos impuso vivir la aniquilación de toda esperanza»

 

Tiene miga la frase, pero por desgracia, eso mismo podría decirlo hoy cualquier muchacho que crecía en Ucrania pendiente de sus seguidores en Instagram, estrechando lazos virtuales con muchachos de su edad por todo el mundo.

                Uno de los autores que, más recomiendo, su estilo es impecable, su magnifica construcción de los perfiles psicológicos me atrae como la luz a las polillas. Personajes cuyo desasosiego no caen en la indiferencia de los lectores, la condición humana en letras, con sus más y sus menos, con su maestría narrativa en busca del amor y ahondar en el suicidio.

                En la obra de hoy tenemos una reflexión, una digna lectura de filosofía, esta es la filosofía que me gusta, la que te hace pensar y cuestionarte la realidad, aquella que no da por bueno lo que otros dicen. Cuando las altas esferas se obstinan en quitarla de las aulas, cuando lo que habría que hacer es darle una vuelta de tuerca, tras ver los apuntes de mi hijo para la EVAU, me doy cuenta porque se hace tediosa una asignatura que es puro debate, como me la enseñaron a mí, en fin, que me disperso.

                Una reflexión, como os digo muy recomendable para pensar un poco, sobre la política que asolaba la vida del autor, de rabiosa actualidad, «todo el mundo se ve arrastrado por la corriente, consciente o inconscientemente, y nadie sabe hacia dónde va», tremendo el discurso de odio que hay hacia todo, mires por donde mires hay personas que solo buscan la separación y el enfrentamiento, ¿por qué? Y lo peor es que miles de personas siguen estas voces sin pensar en nada más, sin cuestionarse la veracidad de lo que cuentan.

                Caerá próximamente en manos de mis hijos.

 

Este es el cuarto libro que leo a la autora y creo que será, por el momento, mi preferido porque me cautivó por la agudeza psicológica en la descripción de los personajes, y también en las situaciones en que ubicó a éstos.



Es una novela coral a 3 voces, intimista, dulce-amarga y generacional, además que una novela de formación ya que seguiremos a 3 amigas durante un largo período. Anna Hope se vale para esto de frecuentes flash backs entre 1987 y 2008, lo que abarca el principio de la amistad hasta los fines de los 30 años, lo que permite hacer un balance.



Es la historia de la amistad entre 3 chicas, todas diferentes y que seguirán senderos diversos y vivirán, lógicamente, cosas muy diferentes, pero siempre cultivando la amistad. Se trata de una amistad « normal », con altos y bajos y hasta con sus vilezas.



La vida les reserva sorpresas, buenas y menos buenas, ellas cambiarán en consecuencia. Un recorrido lleno de vicisitudes para Hanna, Cate y Lissa. Los sentimientos serán diversos : amor, desamor, rivalidades, traiciones, actitud ante la maternidad, el trabajo, el matrimonio, las relaciones con los padres, la muerte.



Hanna está casada con Nathan desde hace tiempo, no han logrado tener descendencia, a pesar de los empeños patéticos de Hanna que han erosionado su pareja.



Lissa es bella y es actriz, pero lleva una vida precaria en el plano material, lo que la obliga a llevar de frente varios empleos mal pagados y agotadores.



Cate también está casada, tiene un hijo pequeño, pero no es feliz y rememora sus amores sáficos que elle ha idealizado con el tiempo. Cate piensa que no ama a su marido, el cual se desvive por atenderla y protegerla.



Después de los 30 años la insatisfacción es general. Llegarán los problemas. Era predecible.



La amistad sufrirá un golpe. Habrá traiciones. Las culpabilidades surgirán y el perdón es difícil.



Tres vivencias contemporáneas en un relato vibrante de realismo, con momentos desesperantes y otros gozosos con fondo de amistad femenina dónde predomina la comunicación, los intercambios de experiencias.



Una novela que me cautivó por momentos y dónde cada drama me llegó al corazón porque Anna Hope supo dar profundidad a sus personajes. Y cómo no evocar una nota autobiográfica puesto que la autora fue actriz a Londres, profesión que abandonó por la escritura tras una preparación en un taller literario. Tuvo una buena idea porque tiene talento para contar sus historias. Habrá que seguirla.
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