Primer contacto con el autor. Si bien no ha sido una mala experiencia de lectura, el final ha hecho que la historia se me desinfle totalmente. Vamos por partes, estamos ante una novela con una trama atrapante: Asesinatos con connotación ritual que ocurren tras intervalos de tiempos y a los que al no encontrar ninguna clase de indicios para ser resueltos los han dejado olvidados en archivos hasta que una reciente desaparición parece dar a entender que el asesino podría haber vuelto a atacar... Si bien el desarrollo del caso me gustado no me ha terminado de enganchar, las descripciones hacen que por momentos la lectura se torne lenta y eso dificulte el ritmo de la narración, las detectives Rais y Croce, no han brillado cada una a su manera como suele ocurrir con este tipo de personajes y eso también le ha restado algunos puntos al libro. Lo que más me ha gustado es el trabajo de investigación del autor respecto a todo lo que rodea el caso, realmente no tenía ni idea de ninguno de esos datos y nunca está de más aprender sobre nuevas costumbres, ritos y cultura. Cómo escribí al inicio de esta reseña el final me ha sabido amargo, y no solo me refiero al que da el broche a la investigación (Que también se me ha hecho algo apresurado para los personajes secundarios y con una resolución que parece que se sacan del sombrero de improviso) sino en particular del que da cierre a la historia: me había esperado mucho más... Sin embargo si vuelven en un nuevo caso estaría atenta para poder leerlo. + Leer más |