La Débâcle de Émile Zola
Su padre había tenido que admitir un empleo de recaudador de contribuciones, en aquella ruina de la gloria que había alcanzado a los hijos de los héroes a la caída del imperio
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La Débâcle de Émile Zola
Su padre había tenido que admitir un empleo de recaudador de contribuciones, en aquella ruina de la gloria que había alcanzado a los hijos de los héroes a la caída del imperio
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La Débâcle de Émile Zola
Y el recuerdo del colegio, de las lecciones en él aprendidas, volvía a su memoria: la consagración de nuestros reyes, la santa ampolla, Clodoveo, Juana de Arco, toda la gloriosa y vieja Francia
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La Débâcle de Émile Zola
No siendo ya nada, una sombra de emperador indefinida y vaga, una inutilidad sin nombre, un estorbo del que no se sabía qué hacer, que París rechazaba y que no tenía ya puesto en el ejército, desde que se había comprometido a no dar ni una orden
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La Débâcle de Émile Zola
Esos acuerdos acababan de hallar una oposición tenaz en la emperatriz regente y en el nuevo ministerio. La emperatriz creía que si regresaba el emperador estallaba la revolución, y hasta se citaba esta frase de ella: "No llegaría vivo a las Tullerías"
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La Débâcle de Émile Zola
El 6° batallón, especialmente había estado a punto de asesinar a sus jefes. Y allá, en el campamento, los generales se veían a la continua insultados, y los soldados no saludaban ni al mariscal MacMahon, desde la batalla de Froeschwiller
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La Débâcle de Émile Zola
Lo mismo que a ti me importa a mí un bledo Badinguet, ¿lo oyes? Nunca me han importado nada la república ni el imperio, y hoy, como otras veces, cuando trabajaba en el campo, no deseo más que una sola cosa; la felicidad de todos, el orden y los buenos negocios ...
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La Débâcle de Émile Zola
Desde el momento en que los castigos no sirven, tendrás que entendértelas conmigo. Aquí ya no hay más cabo, no hay más que un hombre a quien estás reventando, y que te va a cortar la lengua ... ¡cobarde! No quieres batirte y quieres impedir a los otros que se batan ... ¡Repítelo si te atreves, cobarde!
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La Débâcle de Émile Zola
¡Mueran los chinches! ¡Mueran a Bandiguet! ¡Que mueran los que quieren que nos matemos!
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La Débâcle de Émile Zola
(Tras hablar del escape) estallaron aplausos; la perversión obraba y Chouteau triunfó entonces exponiendo sus teorías, con las que andaban mezcladas como en agua turbia, la república, los derechos del hombre, la pobredumbre del imperio, que había que tirar al suelo, la traición de todos los jefes que los mandaban, vendidos por un millón cada uno, como estaba probado
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La Débâcle de Émile Zola
Es repugnante enviar así un montón de hombres para que se rompan la cabeza por cosas que no les importan y de las que no saben ni una palabra
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La Débâcle de Émile Zola
Aquella indisciplina, aquella rebeldía de los soldados en los primeros contratiempos, hacían de ejército una facción sin lazos de ningún género, desmoralizada y dispuesta para todas las catástrofes. Allí, bajo los muros de Belfort, no habían visto aún a los prusianos y ya estaban vencidos
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La Débâcle de Émile Zola
El paso del Rhin en Markolsheim, el puente de barcas instalado a la luz de grandes focos eléctricos, todas aquellas noticias alarmantes, eran sencillamente una pesadilla, una alucinación del subprefecto de Schelestadt
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La Débâcle de Émile Zola
Por último, volvieron a emprender la marcha y Mauricio, cuya mirada se encontró en aquel momento con la de Juan, vio que los ojos de éste estaban preñados de gruesas lágrimas
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La Débâcle de Émile Zola
¡Cobardes!, ¡el Rhin no está allí!, ¡el Rhin está allá!, ¡cobardes!, ¡cobardes!
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La Débâcle de Émile Zola
En un momento de rabia imbécil, en medio de carcajadas parecidas a las de locos que se divierten, los fusiles empezaron a volar por el aire imitando los últimos a los primeros rezagados, esparcidos a lo lejos en el campo
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La Débâcle de Émile Zola
El fusil dio un par de vueltas en el aire, y fue a caer en un surco donde quedó largo e inmóvil, semejante a un muerto. Otros fusiles le siguieron
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La Débâcle de Émile Zola
Desde que arrastraba su cuerpo bajo aquel sol de justicia, en aquella retirada que parecía una derrota, se había convertido en una bestia más de aquella manada dispersa, desbandada, que iba sembrando hombres por el camino
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La Débâcle de Émile Zola
Los abandonaban, pues, sin remedio, y las riquezas acumuladas en la estación iban a caer en poder del enemigo, y la ciudad sería aquella misma noche una ciudad conquistada
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La Débâcle de Émile Zola
MacMahon derrotado, en Froeschwiller, Frossard derrotado en Spickeren, Failly sin poderse mover, inútil entre las dos ... En Froeschwiller, un solo cuerpo contra todo un ejército; se han hecho prodigios, pero todo inútil, la derrota, el pánico
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La Débâcle de Émile Zola
¡Austria derrotada en Castiglione, en Marengo, en Austerlitz, en Wagram! ¡Prusia derrotada en Eylau, en Jena, en Lutzen! ¡Rusia derrotada en Friedland, en Smolensk, en Moscowa! ¡Derrotadas todas las naciones, en todas partes, y hoy nos iban a derrotar! ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Había cambiado el mundo, acaso?
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Gregorio Samsa es un ...