El arte de la vida de Zygmunt Bauman
No hay «obligación» en la moralidad: ninguna orden, ninguna coerción; los actos morales son intrínsecamente opciones libres, expresiones de la libertad del ego para actuar (los seres humanos no libres —si esta contradicción de términos fuera verosímil— no serían «seres morales»). Paradójicamente (o en absoluto paradójicamente), seguir la exigencia ética significa olvidar su poder coercitivo. Seguir la exigencia ética significa guiarse únicamente por el bien del otro.
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