Vida líquida de Zygmunt Bauman
[...] el espacio en el que lo estético celebra su triunfo definitivo está vacío de "obras de arte" o, al menos, de las obras de arte "tal y como las conocíamos", es decir, objetos preciosos y raros, rodeados de un aura, provocadores de una experiencia única, sublime y refinada tanto en ocasiones como en lugares igualmente únicos, y todo ello a lo largo de prolongados (puede que incluso infinitos) lapsos de tiempo.
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