Sueño de un mediodía de verano de Yannis Ritsos
Antes hacíamos nuestros deberes, rezábamos nuestras plegarias y repetíamos que dos más dos son cuatro. Ahora, dos flores más dos rayos de luz no son cuatro - son nuestra alma. Y una rosa más una mariposa no son dos - son un Dios. Y un Dios es todo. ¿Cuántos son entonces nuestra alma más el alma de Dios? El maestro no sabe. Nosotros sí sabemos cuántos son: uno. Lo leímos hoy en el libro abierto del sol; hoy, que olvidamos los demás libros. |