Lavinia de Ursula K. Le Guin
Sé quién fui, y puedo decirte quién podría haber sido yo, pero ahora sólo estoy en esta línea de palabras que escribo.
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Lavinia de Ursula K. Le Guin
Sé quién fui, y puedo decirte quién podría haber sido yo, pero ahora sólo estoy en esta línea de palabras que escribo.
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Lavinia de Ursula K. Le Guin
Todos somos contingentes. El resentimiento es estúpido y mezquino y ni siquiera la rabia es apropiada. Soy una mota de luz en la superficie del mar, un destello de la estrella del alba.
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Lavinia de Ursula K. Le Guin
No soy la voz femenina que podríais esperar. El resentimiento no es lo que me impulsa a escribir mi historia. La rabia, en parte, quizá. Pero no es una rabia sencilla. Anhelo justicia, pero no sé lo que es la justicia. Es duro que te traicionen. Es peor saber que tú misma hiciste inevitable la traición.
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Lavinia de Ursula K. Le Guin
Sé muy poco. Y lo que creía saber de ti... lo poco que había pensado sobre ello... era estúpido, convencional y poco imaginativo.
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El relato de Ursula K. Le Guin
El Futuro, en la ficción, no suele ser más que un modo de mirar el Presente.
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El relato de Ursula K. Le Guin
El abrupto y tremendo progreso tecnológico de Aka estaba basado en una rígida disciplina impuesta y autoimpuesta universalmente. En la ciudad parecía que todo el mundo trabajaba sin parar, trabajaba muchas horas, dormía pocas horas, comía rápidamente. Cada hora estaba programada.
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El relato de Ursula K. Le Guin
Para un gobierno que había declarado que serían libres de tradiciones, costumbres, e historias, todos los hábitos, los modos, las maneras, las ideas y las devociones de antaño eran fuentes de pestilencia, cadáveres putrefactos que debían ser enterrados o incinerados. La escritura que los había conservado debía ser eliminada.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
La luz es la mano izquierda de la oscuridad y la oscuridad es la mano derecha de la luz. Las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes en kémmer, como manos unidas, como el término y el camino
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Lavinia de Ursula K. Le Guin
"Me pregunté por qué un hombre dispuesto a ir a la batalla esperaba no salir herido. ¿Qué clase de batalla creía que iba a encontrar? " "Pero él esperaba matar, no que lo mataran, y parecía confundido por la injusticia de esté hecho". |
La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
La luz es la mano izquierda de la oscuridad, y la oscuridad es la mano derecha de la luz. Las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes... como manos unidas, como el término y el camino.
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Lavinia de Ursula K. Le Guin
"No se qué fuerzas me permitieron soportar aquella época. Supongo que, al igual que mi pueblo, estoy hecha de roble. Los robles no se doblan, aunque pueden llegar a partirse. Y yo ya conocía lo que se avecinaba. Había convivido largo tiempo con la muerte de Eneas, desde la primera vez que vi su rostro, sobre la proa de la nave, oscurecido en la penumbra del alba, sumido en una plegaria y en una esperanza ávida mientras su mirada recorría la línea del río. Tres años fueron, tres años exactos. Las tres viejas que hilvanaban y cortaban la hebra habían medido con precisión, hasta el último milímetro, sin dejar nada. Sin regalarme un solo día de verano".
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Cuatro caminos hacia el perdón de Ursula K. Le Guin
¿Cómo sería un mundo así, un mundo sin guerra? Sería un mundo verdadero. La paz era la verdadera vida, una vida de trabajo y aprendizaje. La guerra, que devoraba obras, enseñanza y niños, era la negación de la realidad.
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Cuatro caminos hacia el perdón de Ursula K. Le Guin
Siempre había una guerra que pelear en nombre de la Paz, la Libertad, la Justicia, el Señor. Las tribus recién liberadas peleaban por la tierra, los caciques de las ciudades peleaban por el poder.
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Cuatro caminos hacia el perdón de Ursula K. Le Guin
Solly no encajaba en ninguna parte. Iba por la ciudad sola, ocupaba una posición pública, y eso era una contradicción: las mujeres decentes permanecían en sus casas, invisibles.
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Cuatro caminos hacia el perdón de Ursula K. Le Guin
Todo conocimiento es parcial, infinitamente parcial… Todo conocimiento humano es local. Toda vida, toda vida humana, es local y arbitraria, el momentáneo e infinitesimal centelleo de un reflejo.
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Lavinia de Ursula K. Le Guin
Sin guerra, no habría héroes. ¿Y qué tendría eso de malo? Oh, Lavinia, esa es una pregunta de mujer. |
Voces de Ursula K. Le Guin
Venimos a la oscuridad en busca de luz, y al silencio en busca de palabras, y al temor en busca de bendiciones.
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Los desposeídos de Ursula K. Le Guin
Piensan que si la gente posee muchas cosas se contentará con vivir en una cárcel. Pero yo no acepto eso. Quiero derribar los muros. Quiero solidaridad, solidaridad humana.
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El invierno en...