Marianne y Connell son compañeros de instituto pero no se cruzan palabra. Él es uno de los populares y ella, una chica solitaria que ha aprendido a mantenerse alejada del resto de la gente. Todos saben que Marianne vive en una mansión y que la madre de Connell se encarga de su limpieza, pero nadie imagina que cada tarde los dos jóvenes coinciden. Uno de esos días, una conversación torpe dará comienzo a una relación que podría cambiar sus vidas (sinopsis de Goodreads).
Es la historia de dos chicxs, que se encuentran, que se alejan, que se apoyan, que se distancian. Que siempre terminan regresando al lado del otro. En cierta forma, encuentro reconfortante leer sobre una relación no idealizada, como un respiro de que no todas las historias de amor son sencillas o altamente romantizadas. Que no necesariamente es sana, ni deseable: pero más real. Que a veces terminan dañándose más; y otras, apoyándose.
Más que una historia de amor, es sobre relaciones. Sobre el impacto que podemos tener en los demás: sobre los momentos de felicidad que podemos aportarles, los pequeños cambios o detallitos que podrían mejorar su vida. Y más que de relaciones, sobre la identidad. Cómo la individualidad se disuelve cuando compartimos tanto con alguien: al compartir se pierde y también se absorbe. A dónde y lo que podemos llegar a ser porque cierta persona estuvo en nuestra vida.
Es una novela sobre relaciones de poder, de dominación: en un principio se desarrolla de forma sutil, y ya al final de la novela de forma muy directa. Que trata de forma poca profunda los privilegios y clases sociales. Asimismo, abarca una variedad de temas: la inseguridad, la paz mental, la codependencia, la identidad, el tiempo, la violencia, las heridas, la soledad.
Sobre la narración: es genial. Fluida pero no superficial. Sally tiene una prosa que me encanta y hacen que las páginas se pasen volando. Me encantó la estructura en que escribe este libro: cada capítulo transcurre meses después que el anterior, por lo que conocemos 4-5 años de vida de estos personajes, no sólo uno. Asimismo, da más brincos el tiempo: flashbacks a la infancia, adolescencia temprana, incidentes que no se narran directamente. Descubrimos totalmente la vida de estos dos personajes y mejor aún, desde ambas perspectivas. Porque algunos capítulos los narra Conell y otros Marianne.
Una vez más, los diálogos brillan en la historia. Se nota que Sally escribe libros contemporáneos pues entre dejan ver la realidad sociopolítica de estos años de forma natural. Sí, habrá quienes lo encuentren pretencioso (especialmente cuando están en prepa: ahí sí se siente ligeramente forzado) pero recordemos que leemos principalmente personas de clase alta con acceso universitario en campos sociales y políticos. Como bien mencionan: si no hablan de estos temas en la universidad ¿en dónde más?
Sobre los personajes. Hubo momentos en que sencillamente odié a alguno, pero creo que refleja bien la naturaleza humana. Lo contradictorios que podemos llegar a ser. Es un libro que te enseñan que las personas cambian, pues el mundo alrededor de ellos no es estático. Y no necesariamente significa madurar o mejorar: sino que enfrentamos el mundo cómo podemos. A veces mejoramos, a veces caemos en los mismos círculos viciosos.
Como último comentario, cuando terminé el libro seguía resonando mucho en mi mente. No sabía determinar si me gustó mucho o regular; la historia y los personajes me generaban sentimientos encontrados. Hasta unos días después me di cuenta de que la autora te presenta una historia de amor no idealizada pero sin emitir juicios de valor: te presenta protagonistas con actitudes o acciones poco saludables o mezquinas pero sin juzgarlas abiertamente. Te enseña todo cómo es y te deja a ti como lector interpretarlo. Y es ahí donde me provocaba tantas dudas. Así que recomiendo ampliamente este libro: siento que es de esos que amas u odias, pero algo seguro: no los dejará indiferentes.
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