Aprendiz de asesino de Robin Hobb
La gente se siente intimidada ante aquel que actúa sin que en apariencia le importen las consecuencias. Compórtate como si fueses intocable y nadie se atreverá a tocarte.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
La gente se siente intimidada ante aquel que actúa sin que en apariencia le importen las consecuencias. Compórtate como si fueses intocable y nadie se atreverá a tocarte.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
-Demasiado tarde para disculparse. Ya te he perdonado.- me oí decirle.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Entrar en la mente de otro se consigue principalmente estando dispuesto a salir de la tuya.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Las privaciones y el dolor son una manera de debilitar las defensas de una persona.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
La Maña no ejercía el control sobre las bestias, solo permitía asomarse a su vida.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Me despedí de mis animales, intentando transmitir a Herrero que habrían de pasar muchas comidas y muchas noches antes de que volviéramos a vernos. Se agitó, me lisonjeó y protestó para que lo llevará conmigo, arguyendo que lo necesitaría. Había crecido demasiado para cogerlo en brazos y abrazarlo. Me senté, se subió a mi regazo y lo sujeté. Era tan cálido y sólido, tan próximo y real... Por un momento sentí que estaba en lo cierto, que lo necesitaría para sobrevivir a aquel fracaso. Pero me recordé que él estaría aquí, aguardando mi regreso, y le prometí varios días de mi tiempo para él solo cuando volviera.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
No hay nada que desaliente tanto a un hombre como la expectación del fracaso.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Si fuese capaz de tomar una decisión cuya firmeza durara más de un segundo, pondría fin a todas mis desdichas.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Pero mis ansias de encumbramiento, mi afán de demostrar sin sombra de duda mi derecho a aquella magia real, me habían predispuesto a aceptar cualquier majadería que él tuviera a bien ofrecerme. Algo chascó en mi interior, como si de repente hubiera encajado en su sitio la pieza fundamental de un rompecabezas de madera. Me habían sobornado con ofertas de conocimiento igual que podrían haber sobornado a otro con promesas de oro.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Pero no fui capaz de asir la inmensidad de lo que de improviso supe que había llegado a sentir por ella. La simple verdad huyó de mis labios, [...] y la oportunidad se perdió para siempre, volatilizada como la espuma en alas del viento.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Bueno, ¿qué pensabas hacer? ¿Pasarte el resto de tu vida escondido en los establos? No. Tienes que volver. Tienes que volver, mantener la cabeza erguida y compartir la mesa con el resto de los habitantes del castillo, dormir en tu cuarto, vivir tu vida.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Se abatió sobre mí la soledad, la mortífera melancolía de saber que ella nunca había sido ni sería más conciente de mí de lo que era de Herrero en ese momento. De modo que acepté sus lacónicas palabras como acepta un ave un puñado de migas de pan duro y me propuse respetar la cortina de silencio que había corrido entre nosotros.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Todo parecía normal y rutinario, y se apoderó de mí un anhelo tan intenso que me sorprendió. Quería recuperar aquello, el cálido olor de los caballos, los perros y la paja, las tareas sencillas, bien hechas, y el reparador sueño que traía consigo el cansancio de todo un día de trabajo. Extrañaba todo aquello, pero el sentimiento de inutilidad que me embargaba me hacía predecir que aun en eso fracasaría.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Se acercó a la cama y trepó hasta colarse bajo las mantas a mi lado para consolarme con su confianza. En la sombría desolación que se abatía sobre mí, él era mi única luz.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Mis palabras iban acompañadas de una ola de desaliento, culpa y vergüenza que me bañó, llevándose el breve consuelo que encontrara en la familiaridad del entorno.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Crecía en mi mente un lamento por mi destino, una diminuta voz desafiante que se oponía a mi muerte, que negaba mi fracaso. Era cálida y luminosa, además, y aumentaba en intensidad mientras intentaba encontrar su origen. Me detuve. Me quedé inmóvil. Estaba dentro de mí. Cuanto más la buscaba, más fuerte se hacía. Me quería. Me quería aunque ni yo mismo pudiera amarme. Me quería aunque yo la odiara. Hincó sus dientes diminutos en mi alma, con fuerza, impidiendo que me siguiera arrastrando. Y cuando lo intenté, profirió un aullido de desesperación que me traspasó, que me prohibía traicionar aquella confianza sagrada. Era Herrero. Lloraba con mi dolor, físico y mental. Y cuando dejé de esforzarme por alcanzar la pared, se sumió en un paroxismo de júbilo, una celebración del triunfo de ambos. Y todo cuanto yo pude hacer para recompensarlo fue quedarme tendido y dejar de intentar destruirme. Y él me aseguró que con eso bastaba, era la plenitud, era la dicha. Cerré los ojos. |
Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Por qué nos esforzamos por soportarlo, lo desconozco. Así de rápido nos convertimos en cómplices de nuestra propia degradación.
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Aprendiz de asesino de Robin Hobb
[...] y parecía que conociera mis pensamientos incluso antes que yo, y veía cosas que yo tenía enterradas en lo más profundo de mi ser.
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Cual es el nombre completo de Dumbeldore?